Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 1 de diciembre de 2017

NO LO NIEGO, SEÑOR, SÉ QUE UN DÍA ESTARÉ DELANTE DE TI

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Mi vida transcurre entre luces y sombras y cada día es una lucha por aminorar las sombras y dejar sólo la luz. Y, experimento, se hace pesado. Hay momentos que te llenas de optimismo, alegría y fortaleza, y otros que experimentas que la cruz de tu propia vida te pesa demasiado. 

Pero, entre esta lucha de tristezas, enfermedades, trabajos y también alegrías, Tú, Señor, ocupas el centro de mi vida. En Ti descansan todos mis problemas, y a Ti te lo remito. No observo o experimento que tengan rápida solución. Ni siquiera la solución solicitada por mis oraciones, pero, al pararme y reflexionar descubro que estoy vivo y que en muchos momentos de mi vida tu Mano me ha llevado por la solución correcta.

Sí, creo que sin tu presencia me sería imposible seguir mi camino con esperanza y alegría. Son muchos años juntos, aunque yo he estropeado algunos. Hay momentos que afloran algunas lágrimas de emoción y verdadera alegría, y eso me conforta y me anima. Vivo pendiente de Ti, Señor, y consciente de que algún día te conoceré. Y, te digo, que siento miedo. Miedo de no estar a tu derecha el día que te presentes. 

Hoy nos dice que tu Reino está cerca. Y yo lo creo, porque mis años está llegando a su recorrido final. Para mí estará muy cerca. No sé cuando llegarás Tú, mi Señor, pero confío en tu Infinita Misericordia y espero que me perdones todos mis pecados. Te lo suplico con toda mi alma. Pero, no quiero quedarme quieto. Quiero estar atento y dar todo lo que me resta dar, hasta el último segundo de mi vida. Me pongo en tus Manos, Señor y confío plenamente en tu Palabra.

Espero tu venida, al igual que cada año se renueva la vida y las estaciones. Y sabemos que están cerca por los signos que presentan. Tú nos dices hoy que Tú Reino esta cerca y sólo te pido Señor que no permitas que me distraiga ni me deje llevar por la corriente de este mundo pervertido y condenado a no quedar pierda sobre piedra. Sé, Señor, que un día no muy lejano estaré en tu presencia, y quiero, Señor, prepararme para acudir a tu llamada. Amén.

jueves, 30 de noviembre de 2017

¿CÓMO SEGUIRTE, SEÑOR?

Decimos muy a la ligera, quiero seguirte, Señor. Pero, ¿nos hemos parado a reflexionar sobre que significa y cómo hacer el seguimiento? Porque, es fácil decir que te sigo, Señor, pero, luego, lo hago de la manera que a mí me parece y a mis gustos y conveniencias. Yo elijo mi misión y lo que menos lata me da. Sería importante mirar hoy para ese lado del significado de mi seguimiento.

Porque, seguir es más duro de lo que pensamos. Seguir, según el diccionario, significa: Ir después o detrás de alguien. Ir en busca de alguien o algo; dirigirse, caminar hacia él o ello.  Proseguir o continuar en lo empezado. Ir en compañía de alguien. Vine con él y le seguí siempre. Cada una de estas definiciones tiene una gran significación e importancia. 

Y a la luz de estas significaciones me puedo preguntar: ¿Voy yo realmente detrás de alguien? ¿Voy yo en busca de alguien? Realmente, ¿camino hacia él? ¿Soy constante y continúo en lo empezado? ¿Soy consciente de que me acompaña alguien? ¿Estoy con él y lo sigo siempre? 

Las respuestas a estas preguntas, reflexionándolas con seriedad, compromiso y verdad, pueden darnos la medida de nuestra fe y perseverancia. Pueden descubrirnos la actitud de nuestra disponibilidad y entrega a dejarnos convertir por el Señor. Es evidente que Andrés, Simón, Santiago y Juan tuvieron esas respuestas y esos compromisos. También sabemos que no todo fue camino de seguimiento llano. Hubo dificultades y adversidades; hubo oscuridades y confusiones; hubo ignorancia e incomprensiones, y hasta negación y abandono, pero, la paciencia y perseverancia dan sus frutos, y se hizo la Luz después de Pentecostés. Las mentes se abrieron y gozaron de la ilusionante gloria de la Resurrección.

Quizás esos pasos nos sirvan para también nosotros plantearnos nuestro seguimiento. Jesús, el Señor, es el artífice y el que hace el milagro de transformarnos. A nosotros sólo nos queda la obediencia, el perseverante seguimiento y la disponibilidad para que Él decida nuestro cambio. Pero, claro, tenemos que sostener nuestra lámpara encendida. Pidamos perseverantes esa Gracia. Amén.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

H I M N O (LAUDES)


Estate, Señor, conmigo
siempre, sin jamás partirte,
y, cuando decidas irte,
llévame, Señor, contigo;

porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas.

Llévame en tu compañía,
donde tú vayas, Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía;

si tú vida no me das,
yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas.

Por eso, más que a la muerte,
temo, Señor, tu partida
y quiero perder la vida
mil veces más que perderte;

pues la inmortal que tú das
sé que alcanzarla no puedo
cuando yo sin ti me quedo,
cuando tú sin mí te vas. Amén.



Miércoles, XXXIV
 semana del Tiempo Ordinario, 
feria Salterio: miércoles de la segunda semana