Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 13 de marzo de 2018

¿A QUIÉN BUSCAS PARA QUE TE CURE?

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Esa es la pregunta de millón, y la que a muchos nos pasa desapercibida. ¿Busca tu salvación en el mundo? ¿Crees que en una piscina puedes encontrar tu salvación? Quizás, por sus aguas medicinales puedes mejorar, pero la salvación no está ahí. Y, si no despertamos, podemos gastar nuestra vida esperando lo que no se puede esperar. Tal es el caso de aquel hombre que llevaba, nos dice el Evangelio, treinta y ocho años esperando que alguien le ayudara a sumergirse en aquella piscina.

¿También tú y yo esperamos que el mundo nos cure? La medicina puede aliviarnos y hasta prologar nuestra vida, pero salvarnos, no. Sólo, Jesús, el Señor, nos puede salvar y darnos Vida Eterna. Y aquel hombre, a pesar de tanto años, lo encontró. También tú y yo lo podemos encontrar en cualquier momento de nuestra, pero, para ello, tendremos que buscarle o estar atento cuando se hace presente en nuestra vida.

Malgastamos el tiempo y lo derrochamos en una espera inútil. No podrás resolver tus asuntos, y menos los de otros, sin no te agarras al Señor. Posiblemente, nos quedamos cerca del agua, pero nunca entramos, porque no sabemos entrar. Todo es de Dios y todo está sometido a Él. No podemos alcanzar la sobrenaturalidad si no estamos injertados en el Señor. Nosotros pertenecemos al mundo natural y cuando nos proponemos algo sobre natural por nuestra cuenta, fracasamos. Sólo Dios puede hacerlo.

Hay muchas parálisis que nos afectan y no nos percatamos de ella. Y también muchos paráliticos a los que no podemos ayudar porque, nuestros pecados, nos paraliza, nos envejece, nos empobrece y nos hace imposible alcanzar la verdadera agua Bautismal que nos salva. Necesiamos encontrar al Señor y a su Gracia, y pedirle que nos sumerja en las aguas de la Gracia, de la oración, del silencio, de los sacramentos, para que fortalecidos por ellos superar esas parálisis que nos afectan a nuetras vidas y nos mantienen lejos del Señor.

Pidamos al Señor como aquel parálitico, que nos cure y que nos saque de nuestras parálisis que nos impiden amar, porque es en el amor donde encontramos nuestra salvación y nuestra felicidad. Amén.

lunes, 12 de marzo de 2018

MILAGROS CUANDO LA CIRCUNSTANCIA LO DEMANDAN

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Lo frecuente, quizás por nuestra vulnerabilidad y debilidad humana, es pedir milagros. Queremos ver cosas espectaculares que nos emocionen y nos asombren. Queremos ver para convencernos, y no cualquier cosa nos convence. Necesitamos milagros. Quizás, esa sea la razón, por la que acudimos a grandes oradores que nos aviven nuestra curiosidad y despierten nuestra fe estancada en las pruebas y milagros. Quizás sea esa la razón por la que buscamos lugares donde ocurran cosas extrañas o hayan curaciones.

Sí, sin lugar a duda, queremos ver algo excepcional y extraordinario que nos haga creer. Pedimos, no conversión, sino que se nos convierta con pruebas y milagros. Pero, Jesús, prefiere la fe. No hace milagros para convencernos, sino por compasión y necesidad de aquellas personas que lo necesitan. Tal es el caso del hijo del funcionario real del Evangelio de hoy. Jesús nos pide fe en Él, porque la fe exige confianza que nos dice la Verdad y que sus Palabras tienen verdadero cumplimiento.

Preguntarnos, ¿qué busco yo en Jesús? ¿Busco acaso que me demuestre que es Dios? ¿Busco que me pruebe su Poder y su Amor? ¿Busco que me convenza con pruebas, testimonios y milagros? Realmente, ¿qué busco? Sería una muy buena reflexión que me podría ayudar a encontrar el lugar de mi camino. Por donde voy en mi conversión. ¿He salido ya de Egipto?, ¿O estoy en el becerro de oro? 

¿Acepto la travesía por mi desierto y confío que el Señor me conduce a la tierra prometida? ¿Creo que Jesús es la Obra del Padre en el que ha puesto toda su complacencia y su Amén? ´¿Creo que Él es la Alianza del Padre y en Él tiene la plenitud de los tiempos? ¿O, todavía espero más pruebas, más milagros que me convenzan de que Jesús es el verdadero milagro de salvación?

Pidamos al Señor, convencidos como el funcionario real, que nos aumente nuestra fe y que creamos en Él sin pedir nada más. Porque, Él es el verdadero Hijo de Dios, el Mesías enviado, el amado y predilecto del Padre, que nos señala el camino y nos indica qué debemos hacer. Escuchémosle como nos dice el Padre en la presentación de Jesús en el Jordán. Amén.

domingo, 11 de marzo de 2018

EL MAL SE ESCONDE EN LAS TINIEBLAS

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La mentira se esconde en la oscuridad. El ladrón actúa en la oscuridad para no ser visto. Incluso, actuando en la luz, lo hace cuando no es visto. Su intención es siempre ocultarse, porque sabe que sus obras son malas. Por el contrario, el que actúa en la verdad no se esconde. Actúa en la luz y a la vista de todas las miradas para ser visto.

No son nuestras obras las que nos salvarán, sino nuestra fe. Es posible que muchos hombres que hacen buenas obras sean nombrados hijos adoptivos y preferidos de un lugar o país. Ya tienen su premio, porque por sus obras han buscado la gloria de sí mismo. Han sido correspondidos a su vanidad y a sus esfuerzos. Sus propias fuerzas han tenido su premio. a su dependencia.

El hombre necesita reconocer su pobreza y su dependencia de Dios. Es decir, creer que todo le ha sido dado por Dios y que, por su Gracia, ha sido salvado. Y será esa fe la que le dará sus buenas obras. Es decir, hay gran diferencia en actuar por mi propia decisión y hacer buenas obras, y actuar en nombre del Señor y apoyado en su Gracia por mi fe en Él. Porque, es la fe la que me salva y la que hará que mi vida dé frutos. Esos frutos que serán el resultado de mi amor.

Pidamos al Señor esa Gracia de recibir la Luz que nos ilumine y nos dé la fe que imprima en nuestras vidas esas obras de amor que conviertan nuestra vida en una esfuerzo de darnos y entregarnos a servir por amor a los demás. Pidamóslo con fe en la esperanza de sabernos guiados por el Espíritu Santo, sabiéndonos iluminados por su Gracia y por su acción.

Ven Espíritu Santo y llena los corazones de tus fieles y enciende en nosotros la llama de tu Amor para que nuestros corazones sean creados de nuevos. Haznos dóciles a tu Espíritu para que busquemos siempre el bien y gustemos de tu consuelo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.