Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 11 de octubre de 2019

LÍMPIANOS, SEÑOR, DE TODO MAL

Imagen relacionadaHOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


No estamos en un mundo bueno ni tampoco creyente. Hay muchas dudas y buscamos milagros que nos convenzan, que siempre, dicho sea de paso, no nos dejaran convencido del todo. La fe será siempre la cabalgadura que nos lleve por el camino que nos señala el Señor. Nada nos convencerá ni nos hará ver claro, pues eso desplazaría la necesidad de la fe. Y la fe es necesaria hasta que llegue la hora de estar en la presencia del Señor. Entonces sólo quedará la caridad - 1ª Co 13 - el amor, porque tanto la fe como la esperanza habrán llegado al final de su camino.

El pecado habita en este mundo y  nos ha contagiado. Pero, por la Gracia y Misericordia de Dios hemos sido purificados y lavados por el Espíritu Santo en la hora de nuestro bautismo. Sin embargo, en nuestra andadura por este mundo experimentamos las amenazas y peligros de volver a quedarnos manchados. Nuestra debilidad es grande y el Maligno, sabedor de ello, nos tienta y nos seduce aprovechando nuestras debilidades, pasiones y apetencias.

Te damos gracias, Señor, por habernos dejado la puerta del bautismo, por el que somos auxiliados y asistidos por el Espíritu Santo, pero, sobre todo, Señor, por ese Sacramento de la reconciliación que, por tu Gracia, recibimos la Infinita Misericordia que nos devuelve a la Vida de la Gracia y nos descontamina de todo pecado que infecta nuestra vida y la pierde.

Gracias, Señor, por ese hermoso regalo, y aprovecho para pedirte que nos auxilies y pongas en mi camino la ocasión y el medio para que, por la Gracia del Espíritu Santo y el poder conferido por Ti, Señor, limpie mi alma de todo pecado. En esa esperanza nos apoyamos, Señor, confiado en tu Palabra y en tu Amor Misericordioso. Danos también la paciencia necesaria para sostenernos firmes sobre la Roca de tu Palabra y de tu Amor, y aumenta y sostén nuestra fe firme y confiada en tu presencia con nuestra firme y segura respuesta a tu Palabra. Amén.

jueves, 10 de octubre de 2019

INUNDA MI ALMA, SEÑOR, DE TU ESPÍRITU

Resultado de imagen de Lc 11,5-13


H I M N O

Autor del cielo y el suelo,
que, por dejarlas más claras,
las grandes aguas separas,
pones un límite al hielo.

Tú que das cauce al riachuelo
y alzas la nube a la altura,
tú que en cristal de frescura
sueltas las aguas del río
sobre las tierras de estío,
sanando su quemadura,

danos tu gracia, piadoso,
para que el viejo pecado
no lleve al hombre engañado
a sucumbir a su acoso.

Hazle en la fe luminoso,
alegre en la austeridad,
y hágale tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad. Amén.
Laudes del jueves - 
XXVII semana del Tiempo Ordinario

miércoles, 9 de octubre de 2019

EN CUMPLIMIENTO DE SU VOLUNTAD

Resultado de imagen de Lc 11,1-4
La oración del Padrenuestro manifiesta esa Voluntad del Padre que es prioritaria en la vida de Jesús. Todo está puesto en Manos del Padre y mi voluntad será la del Padre. Esta actitud es la que vive Jesús en cada momento de su vida y, eso, es lo que se ve, se nota y se transmite.  No se trata, pues, de una oración doctrinal ni unas jaculatorias piadosas. Se trata de un diálogo con el Padre en el que le confesamos nuestra fe en que está en el Cielo y en la voluntad de ser dócil a su Palabra.

Padre del Cielo, también nosotros, siguiendo a tu Hijo Jesús, queremos pedirte que nos des la fortaleza y sabiduría para vivir en tu presencia reconociéndote y santificándote como nuestro Padre y haciendo presente tu Reino entre nosotros según tu Voluntad. Padre, te pedimos esa fuerza y capacidad para aceptar todas las cosas que la vida nos depara y que nos provea de todo lo que necesitamos para cumplir tu Voluntad.

También, Padre, te pedimos que nos enseñes a vivir en tu Misericordia y sabernos queridos y perdonados de nuestras faltas y errores por tu Infinita Misericordia. Pero, sobre todo, Padre, te pedimos que nos transformes nuestros corazones endurecidos por la soberbia y el egoísmo y sepamos, de la misma manera que tu nos perdonas, perdonar a nuestros hermanos.

El mundo es una ocasión de pecado, pues tiene muchas circunstancias y situaciones de seducción. Cada instante de nuestro camino trae también, Padre, su tentación. Ayúdanos a superarlas tal y como hizo tu Hijo Jesús en su paso por el desierto. Líbranos del Maligno, que está pendiente de nuestras debilidades para incitarnos al pecado, a la desobediencia, a las apetencias y concupiscencias que nos harían caer en el egoísmos y en el pecado. 

Padre, confiados en tu Palabra y en tu Misericordia, nos ponemos en tus Manos y siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida que tu Hijo, nuestro Señor, nos ha señalado, caminamos en la esperanza de llegar a Ti para, según tu promesa compartir la Gloria que Tú nos has dado por los méritos de tu Hijo, nuestro Señor. Amén.