Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 4 de marzo de 2017

VIVIR EN Y A TU ESTILO, SEÑOR

Eso me gustaría, Señor, vivir como Tú lo has hecho en tu paso por este mundo. Vivir de forma misericordiosa, perdonando y amando. Haciendo el bien por todas partes y a todos, preferiblemente a los pobres y necesitados. Y, por eso y para eso, necesito estar injertado en el Espíritu Santo, que ha venido tras tu ascensión para quiarme y asistirme en mi camino pascual hasta compartir mi muerte contigo, Señor. Abrirme a la acción del Espíritu y dejarme conducir por Él poniendo todo mi empeño y voluntad en seguirle y actuar según su impulso.

Me llamas, a pesar de mis pecados, y me tiendes tu Mano. No vienes a curar ni a salvar a los justos, sino a redimir y salvar a los pecadores. Porque, ¿ quién puede considerarse libre de pecado? Todos estamos manchados por el pecado original, y nuestra naturaleza es débil. Necesitamos la fuerza de tu Espíritu y tu Misericordia para encontrarnos con tu perdón. Nos experimentamos perdonados porque Tú nos llamas e invitas a seguirte, y pones en nuestras manos la ingente tarea de ser misericordiosos como el Padre.

Esa confianza y ese amor nos descubre tu gran Misericordia y tu Infinito Perdón. Y, abiertos a él, queremos darte las gracias, y pedirte que nos transformes, para, como Tú y a tu estilo, esforzarnos nosotros también en prácticarlo y vivirlo.

Hoy es un día de agradecimientos. Agradecimientos por esa luminosa misericordia que nos regala y pone a nuestro alcance, por tu Gracia, alcanzar el perdón y la salvación. Nos sabemos limitados y pecadores. Imposible para nosotros subir la pendiente de nuestra propia pasión pascual aislado de tu Espíritu. Te pedimos, Señor, que nos acompañes para, con tu Gracia, poder compartir nuestra humilde pasión con la Tuya y ofrecerte nuestro dolor y sacrificio.

En Ti, Señor, confiamos y nos abandonamos, y ponemos todas nuestras esperanza en tu Infinita Misericordia. Amén.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¡SEÑOR, TÚ MI PRIMERA OPCIÓN!



Sé, Señor, que mis fuerzas me fallan, y mi condición humana me traiciona a cada momento. El camino, la subida se hace cuesta arriba y penosa. Me quedo a mitad del camino y me asaltan muchas tentaciones que me invitan a abandonar, a instalarme en la comodidad y placeres. Saber que Tú me invitas a seguirte y a subir contigo a Jerusalén no me seduce, porque me da pereza y, según me dices, no tienes donde reclinar tu cabeza. 

Siempre estás en camino. ¿Es esa tu invitación, Señor? No tengo fuerzas ni tampoco ganas, pero mi corazón, Señor, si siente deseos de seguirte. Pero, ¿cómo, Señor? Por eso empezaba mi humilde reflexión - oración desnudándome ante Ti. Porque soy débil y frágil. Mi esperanza es saber que Tú me conoces y, conociéndome a fondo, ¿me invitas?

Eso transforma mi corazón y lo llena de esperanza, porque Tú, Señor, no puedes mandarme nada que yo, contando con Tu Gracia, no pueda hacer. Gracias, Señor, por tu Amor y Misericordia, y porque, no sólo me invitas, sino que me acompañas. Así, con tu ayuda y tu presencia eterna, puedo caminar tranquilo y esperanzado porque sé que puedo superar todas las pruebas que se me presentan en el camino. Porque, contigo Señor, soy mayoría aplastante. Amén.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

LA ORACIÓN, LA MEDICINA PARA MANTENERTE SANO



Mientras caminas puedes enfermar. Y eso descubres que necesitas ser curado muchas veces. Experimentas que tu condición humana es pecadora. Es decir, está enferma, y a pesar de que sea curada y limpiada, siempre estás en peligro de volverte a manchar. No basta con una sola limpieza, se hace necesario limpiarte cada vez que te manches.

Ocurre lo mismo con las cosas de este mundo. Necesitan un mantenimiento y una limpieza constante. La ropa con la que cubres tu cuerpo necesita ser lavada, planchada y mantenerse limpia para poder usarla. ¿No ocurre lo mismo con tu alma? Necesitamos estar en alerta vigilante y en constante examen de conciencia para, viendo nuestras manchas, poder limpiarlas con frecuencia. Por eso, Jesús nos ha dejado su Iglesia y, en ella, los sacramentos. Así podemos limpiarnos y continuar el camino.

Pero hay un arma especial y muy eficaz, la oración. Con ella podemos estar en íntimo contacto con el Señor y en sintonía con el Espíritu Santo. Con ellos seremos invencibles y mayoría aplastante. En y por ellos podemos superar los obstáculos que se nos presentan a diario y, a pesar de nuestras debilidades y pecados, podemos sostenernos y levantarnos en y con la esperanza de seguir el camino.

El Señor sabe de nuestras debilidades, y conoces el limite de nuestras fuerzas. Por eso es Misericordioso, porque sabe de nuestra impotencia y pecado. Sin Él no podemos vencer ni salvarnos de la esclavitud del pecado. ¿Cómo no nos va a perdonar misericordiosamente? Si no fuese así no tendríamos remedio ni salvación. Y eso nos debe hacer reflexionar para, primero, dejarnos curar y perdonar por Él; segundo, saber que le necesitamos y que gracias a su Misericordia estamos salvados.

Gracias, Señor, por tanto Amor y Misericordia, que nos redime y nos salva. Danos la sabiduría de, por tu Gracia, abrirnos a la acción de tu Espíritu y dejarnos revestir de tu Amor y Misericordia. Amén.

domingo, 11 de septiembre de 2016

UN CORAZÓN MISERICORDIOSO COMO EL TUYO, SEÑOR



Mi cabeza no piensa así; mis criterios son otros; mi justicia es limitada y no alcanza la misericordia que Tú me presentas, Padre, necesito cambiar. Mejor, necesito que me cambies, porque yo no puedo. Soy como el hermano mayor y me cuesta recibir a mi hermano que regresa fracasado. No soy capaz de verme a mí mismo como pecador. Me experimento justo, mejor que él.

No entiendo como compartes con publicanos y pecadores. Ellos no lo merecen. Son los desechos de la sociedad. Nosotros somos los herederos a los que está destinado el Reino de Dios. ¡¡Que ciegos estamos, Señor!! Perdona nuestra ceguera y nuestra necedad. Ten Misericordia de nosotros.

Porque, ¿quién verdaderamente necesita médico? ¿Los buenos o los malos? El sentido común y la lógica nos responde que los malos. Es decir, los enfermos, los perdidos, los pecadores. Y eso es lo que hace Jesús, porque ha venido a curar y salvar a los enfermos, a los perdidos y pecadores. Esas son las ovejas perdidas, las que se alejan y quedan a merced de los lobos del mundo. ¡¡Sálvanos, Señor!!

Por eso te pedimos, Señor, un corazón misericordioso como el tuyo, Señor. Capaz de perdonar por encima de lo que es justo o no lo es: Capaz de perdonar por encima del pecado y de la sin razón. Un corazón abierto a la misericordia y al perdón. Danos, Señor, la Luz de poder entender tu Gracia y todo lo que nos has dado gratuitamente. Danos la virtud de sentirnos agradecidos, porque eso hará que te reconozcamos como Señor y Dios nuestro.

Y también nos ayudará a vivir en tu presencia, cercanía y Palabra y a experimentar que sólo el amor nos acerca a la verdad haciéndonos libres. Porque sólo Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

sábado, 3 de septiembre de 2016

SÓLO UNA LEY, LA DEL AMOR



Posiblemente, el reunirnos nos calma y acalla nuestra conciencia. Muchas veces ocurre que con nuestras reuniones justificamos nuestro apostolado y nos engañamos levantando espejismos de que hacemos algo. Nos llenamos de prácticas, leyes o normas, y hasta, sin darnos cuenta, nos agobiamos y también agobiamos a los demás. Será sensato pensar y dar sentido común a nuestra vida.

Somos pobres, limitados y pecadores. Por eso necesitamos un Mesías, un Salvador. Y Dios, nuestro Padre, ha enviado a su Hijo, Jesús, para darnos paz, tranquilidad y felicidad eterna. Es decir, salvarnos y liberarnos de este mundo donde estamos esclavizados. Por tanto, en principio tranquilidad y paz. Dios no nos exige sacrificios ni muchas leyes que nos agobien e inquieten.

Sólo una Ley nos manda: El mandamiento nuevo (Jn 13, 34-35), en la que nos dice que le amemos a Él sobre todas las cosas, y al prójimo como Él nos ama. No hay más. Todas las leyes que saquemos del bolsillo o nos inventemos sobran. Y eso no quiere decir que haya que poner alguna, sobre todo para recordárnosla, pero donde hay que mirar es al Amor.

Nuestra vida, liberada de todo debe fundamentarse en ese hermoso mandamiento novedoso, porque en él está contenido toda la Ley y los profetas. Y viviendo en él alcanzaremos la misericordia, hasta el punto de, por su Gracia, ser misericordiosos como el Padre. Cuando se ama se cumple toda ley, porque el amor no sólo busca el bien sino toda verdad y justicia.

Pidamos al Padre que nos dé un corazón misericordioso lleno de amor, para que vivamos en la ley y por encima de la ley, al servicio del hombre, poniendo la ley, valga la redundancia, para su bien. Pidamos sabiduría para que sepamos discernir lo que conviene y beneficia al hombre para su salvación, porque esa es la Voluntad de Dios. Amén.

viernes, 5 de agosto de 2016

AMAR ES SINONIMO DE CRUZ Y SACRIFICIO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



Nada sucede por casualidad sino por la casuista. Todo está relacionado y controlado por Dios, de modo que tu vida y mi vida tienen sentido cuando están dirigidas y miran a Dios. Así, ganar la vida en este mundo es sinónimo de perderla para el otro, único y verdadero paraíso al que estamos llamados. Porque ganar en este mundo significa ser primero, y son los últimos, los que renuncia a ser servidos y sí a servir, los que, perdiendo sus vidas aparentemente en este mundo, la ganan para el otro.

Danos, Señor, la sabiduría de conocerte y experimentar tu Amor, Misericordia y Salvación. Porque sólo cuando lo experimente sabré realmente quien eres y cuánto has hecho por mí y cada uno de nosotros. Y cuánto nos quieres a cada uno. Yo, de momento, Señor, seguiré, erre que erre, a tu lado, insistiéndote y siguiendo tus pasos, a pesar de mi pobre y mísera humanidad pecadora, limitada y enferma.

Confío ciegamente en tu Misericordia, y, a pesar de mi pobreza y miseria, sé, mi Señor, que Tú me quieres hasta el punto de regalarme, entregando tu Vida a cambio, el precio de mi rescate y salvación. Tu Testimonio no deja ninguna duda. Te has entregado siguiendo voluntariamente la Voluntad de tu Padre a una muerte de Cruz, para rescatarme de la esclavitud del pecado. Y no hay prueba más grande que esa.

Por tanto, Señor, sólo se decir gracias por todo, y seguirte aunque mi humanidad no me deje comprender y se le haga cuesta arriba seguir el ritmo de tus pasos. Permíteme, Señor, poder ir detrás de Ti y dame fuerzas para nunca desfallecer. Amén.