Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 28 de diciembre de 2015

¿CÓMO ESCUCHAMOS LA VOZ DEL SEÑOR?




Posiblemente concluyamos en que a nosotros no nos habla el Señor. Me esfuerzo, pero no le oigo. Quizás suceda que cuando observamos que no nos hacen caso, dejamos de hablarle. Estamos cansados de tanto insistir y recibir risas e indiferencias que dejamos de hablar. ¿Puede pasarnos algo parecido con el Señor?

Posiblemente sea así, pero a la inversa. El Señor nunca se cansará de hablarnos, pero si nosotros de tratar de escucharle. Sí, nos confundimos al decir que le escuchamos, porque no lo hacemos. Nos escuchamos,  y también nos respondemos, nosotros mismos. Escuchar al Señor exige silencio, perseverancia, paciencia y constancia. 

No se trata de exigir, sino de estar atento a sus Señales y a su Palabra. Y eso exige oración, cercanía, alimento espiritual, diálogo diario y constante. Y mucha atención. Cada día hay una pregunta y una respuesta; cada relación implica una actitud y un saber estar; cada acción reviste una dosis de amor y de ternura; cada verdad exige desnudarse y mostrar la pureza del corazón.

El lenguaje del Espíritu está siempre activo, y cada instante es una oportunidad para avanzar por donde el Espíritu nos indica. Tal y como hizo José y María, y como también caminó Jesús después de que Juan Bautista preparó el Camino.

Pidamos al Señor esa constancia, esa escucha, esa disposición, esa ternura, esa acción, esa confianza, ese estar presto a actuar a pesar de nuestros miedos y tribulaciones, confiados en su Palabra y su Amor. Amén.

miércoles, 25 de marzo de 2015

´QUISIÉRAMOS RESPONDER COMO MARÍA Y JOSÉ



No es fácil responder como lo hicieron María y José. Porque eso, en primer lugar, exige una fe activa, que no se queda en el pensamiento, sino que pasa a la acción. María abre su corazón a la acción del Espíritu Santo porque esa es la Voluntad de Dios. Y José, asume dócilmente el embarazo de María a la insinuación que le hace el Ángel.

Están abiertos y atento a la acción del Señor. Esa actitud, tanto de María como de José, nos cuestiona y nos descubre nuestra propia actitud. ¿Tengo yo en el centro de mi vida la escucha atenta a la Palabra de Dios? ¿Y organizo mi vida en función de lo que Dios me indique? ¿Me esfuerzo en esa dirección?

Se hace difícil y cuesta arriba mantener esa perseverancia y esa actitud de disponibilidad. Pero, no por eso debemos desistir, sino siempre esperanzados y confiados en la Gracia del Señor, que nos dará la fuerza y constancia para perseverar en su Palabra. El camino es duro, se nos resiste a la renuncia, y nos ofrece comodidades y confort. Y nos cuesta complicarnos la vida. El amor exige mucho compromiso.

¡Señor, conscientes de que la labor es dura, te pedimos la Gracia de mantenernos firmes en tu Palabra, y fieles a tu Voluntad. Una vez más sabemos que la labor es imposible si vamos solos. Sin Ti nada podemos hacer, y ese es nuestro objetivo, mantenernos injertado en Ti, para que bebiendo de tu Sangre y comiendo tu Cuerpo, seamos alimentado en tu Espíritu y podamos llegar a vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.

lunes, 8 de septiembre de 2014

LA ESTRELLA DE MARÍA



Tu camino, Señor, es camino de humildad, de sencillez y de pobreza. Ese fue el camino que recorrió María y que nos enseña e invita también recorrer a nosotros. Posiblemente todavía no la hayamos comprendido, porque no está la salvación que nos trae Jesús en el poder, las riquezas, el prestigio o la fama. Simplemente, está en el amor.

Así, María nos regala humildad y sencillez bañada de amor. Un amor que se concreta en su silencio amoroso en muchas cosas que no entendía, pero que obedecía. Porque se fía del que se las ofrece y cree firmemente en su Palabra. También José escucha la voz en sueño y se fía del Señor. Sabe de la pureza e inocencia de María y entiende que lo que ocurre es cosa de Dios.

Mi humilde reflexión me lleva a preguntarme: ¿Estoy yo en la misma actitud de José y María? ¿Estoy abierto a los cambiós que la vida me ofrece, a veces amargos y duros, para, aceptándolos, vivirlos en la presencia de Dios y según su Voluntad? ¿Y creo que con la asistencia del Espíritu Santo, injertado en Él y por su Gracia podemos alcanzar la promesa que el Señor nos ha prometido?

La pregunta es, ¿quiero como José y María dejarme guiar por el Espíritu de Dios con, dónde y cómo Él disponga en mi vida? Y la respuesta si es "sí" tendremos que hacerlo unidos íntimamente en Él. Pidámoselo confiando en la promesa que Él mismo nos ha hecho.

domingo, 22 de diciembre de 2013

LA PACIENCIA DE SABER ESPERAR EN SILENCIO



Hombre justo, honrado, callado ante lo que no comprende; sin atreverse a juzgar porque no sabe para eso. Esperanzado en la sabiduría de Dios y confiado en su Gracia. Hombre fiado de la fidelidad de María, le cuesta creer en su infidelidad. Quiere creer en su inocencia, pero no comprende ni entiende los designios de Dios, más se fía de su Palabra y aguarda, espera.

Piensa en repudiar, pero no se atreve. Le puede más su fe y confianza en María. Intuye, sin comprender, que algo ocurre y que Dios está por medio. Espera pacientemente y recibe la respuesta, a través del Ángel, de Dios. Su fe, puesta a prueba, tiene su compensación, y José cree en Dios y en su esposa María.

Y esa fe posibilita el nacimiento de Jesús en la Familia de Nazaret. Y enciende la esperanza en todos los hombres de buena voluntad, porque nos ha nacido un Redentor, un Libertador, un Salvador del mundo que, por sus méritos en la Cruz, limpia de todo pecado a los hombres.

Tú y yo hemos sido redimidos por el Niño Dios que nace en Belén. Gracias María, Madre de Dios, y gracias José, padre adoptivo de Dios hecho Hombre.