Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 22 de octubre de 2018

EL SENTIDO DE LA VIDA

Resultado de imagen de Lc 12,13-21
Hay una pregunta que nos puede ayudar mucho a plantearnos el sentido de nuestra vida. Esa pregunta la tenemos todos dentro de nuestro corazón, pero, cada vez son menos los que suelen sacarla al primer plano de su vida. La mayoría la tienen bien enterradas hasta casi perder la conciencia de que sigue dentro de ellos mismos.

Sé que mi camino en este mundo tiene su fin, y me voy dando cuenta como me acerco a él. El tiempo pasa y, aunque parece lento, nunca se para. Camina, si no de prisa sí sin pausa. ¿Cómo es posible que mucha gente no se pregunte a dónde se dirige? ¿O si todo termina cuando llegue tu final? ¿Para qué, entonces, tantos afanes, tanto deseo de riquezas, tanto...? ¿No te hace eso pensar y desear cambiar?

La causa de tantos conflictos y enfrentamientos entre las familias, sociedades, colectivos, grupos...etc. son las herencias, las particiones, los diferentes puntos de vistas, las diferencias...etc. No somos capaces de relacionarnos en paz y de vivir libres en la verdad y despojados de toda ambición y vanidad. Es eso precisamente lo que nos angustia, nos deprime y nos enfrenta. Cuando lo que verdaderamente importa es la vida prometida que viene después. 

Esa es la que hay que asegurar y cuidar. Esa Vida Eterna prometida es la que importa ganar y lo hacemos cuando tratamos de amar tal y como nos enseña Jesús, guardándonos de toda codicia y de toda ambición. Porque, lo de aquí abajo es caduco y no asegura nada. 

Pidamos con confianza y con insistencia que cada día seamos más consciente de que esta vida vale en la medida que la utilizamos para ganar la otra. Es decir, vale porque en ella tenemos la oportunidad de amar y amando al estilo de nuestro Señor Jesús ganamos la Vida Eterna. Es esa vida la que tenemos que pedir y buscar, porque solos no podemos conseguirlo, y la pedimos insistentemente cada día al Padre a través del esfuerzo de cumplir su Voluntad. Amén.

sábado, 10 de noviembre de 2012

MI CRUZ SE ME HACE...

 Evangelio según San Lucas 16,9-15. Pero yo les digo: Gánense amigos con el ...

pesada y el dinero y la ambición encienden mi soberbia. Hace unos momentos tomé conciencia que lo que ame impedía hacer una cosa era consecuencia de mi soberbia, y en tu presencia, Señor, pude vencerla. Necesito estar atento a los latidos de mi corazón y discernir en el Espíritu cual es la causa de ello, porque el demonio acecha y confunde.

Muchas veces hemos pensado que lo que digan y piensen los demás no debe importarnos, pero vivirlo y llevarlo a la vida de cada día se nos hace difícil y muy pesado. Sí, decimos que solo Tú, Señor, eres mi público, pero luego vivo pensando en el que dirán los demás.

Por eso, Señor, consciente de mis debilidades y pecados, te pido que me liberes de las cadenas de la ambición y el dinero. Sólo quiero tenerte a Ti como meta de mi vida y descansar en Ti todos mi anhelos y preocupaciones. Dame la sabiduría de saber llevarlo a la oración y desde allí a la vida de cada día.

Yo me quiero empeñar en la labor. Estoy convencido de tu participación, porque eres el mejor Padre, ¿y qué padre no ayuda a sus hijos? Pues Tú, ¡el mejor Padre que puede existir!, no vas a ser menos. 

Gracias Padre por tu Misericordia y tu fortaleza, con ellas podré vencer al mundo y al demonio que me asedian y tratan de pudrir mi corazón. Amén.