Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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domingo, 29 de septiembre de 2019

¿DE DÓNDE TE HA LLEGADO LA HERECIA DE TU VIDA?

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A la hora de empezar esta reflexión me acuerdo de la parábola del Padre Misericordioso o también llamada del hijo pródigo. Porque, esa herencia que el hijo ha malgastado y dilapidado de forma irrespetuosa e irresponsable puede estar pasando también contigo. ¿De dónde te viene a ti esa herencia que tienes? ¿O es que la vida que tienes y los días que has vivido te los mereces y te los has dado tú? ¿O es que todo lo que tienes hasta ahora es obra de tu trabajo y tu esfuerzo? ¿Es eso lo que crees?

Debamos de darnos cuenta que todo lo que tenemos es por obra y Gracia de Dios. Y se nos ha dado para compartirlo y ponerlo en y para beneficio de los que sufren y lo pasan mal. Se nos pide no ser indiferentes, porque la indiferencia es un pecado. Se nos pide amar y el amor se concreta en esa disponibilidad y actitud de compartir tus riquezas, que, además del dinero están también contenida en tu tiempo, tus cualidades, tu paciencia, tus capacidades, tu compañía y tu amor.

Danos, Señor, la fortaleza, la voluntad y la disponibilidad de poner todo lo recibido al servicio de los que lo necesitan, y hacerlo de forma gratuita, tal y como lo hemos recibido. Porque, sera, según hayas gastado tu tiempo y todo tus bienes, tendrás lo que corresponde a esa actitud de amor y generosidad con los demás. Y esa actitud, Señor es lo que te pedimos hoy.

Convierte nuestros corazones ambiciosos, placenteros y endurecidos por el egoísmo en unos corazones suaves, compasivos, misericordiosos y generosos para que no se cierre a las necesidades de los demás sino que se compadezcan y se abran a compartir y estar disponibles y atentos a sus necesidades. Nos sentimos atrapados por todo lo que nos rodea y por vivir en una actitud consumista que nos ciega y nos aleja de esa actitud de estar atentos, y no indiferentes, a darnos y compartir con todos aquellos que lo necesitan. Amén.

martes, 22 de mayo de 2018

EL CAMINO DE LA PASIÓN

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Sabemos que nuestro camino termina en la cruz, pero una cruz cuyo resultado es de gloria,  la resurrección. Eso es lo que Jesús trata de explicarle a sus discípulos cuando van subiendo hacia Jerusalén. Trata de decirlo en secreto, pues no quería que se supiese e iba enseñándoles lo que se avecinaba: Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

¿Y cómo iban a entender? Ya que de por sí es difícil de entender, menos aún cuando ellos iban metidos en otros menesteres y con otras ambiciones e intereses. ¿Y no nos pasa a nosotros lo mismo? Esas cosas no podemos solucionarlas con métodos, disciplinas y estudios. Se trata de amar y eso consiste en transformar nuestro corazón, apegados a las cosas de este mundo, en un corazón capaz de renunciar y darse de forma generosa a los demás.

Pidamos al Señor un corazón generoso, dado, comprensivo, capaz de amar y de darse sin pedir nada a cambio. Un corazón disponible y gratuito al servicio de los demás. No es fácil lograrlo, pero la oración nos puede ayudar mucho. La oración y la confianza en ponernos en Manos del Espíritu Santo para que nos vaya alumbrando el camino y cultivando en nuestros corazones sus frutos. la caridad, el gozo, la paz, la paciencia, la longanimidad, la bondad, la benignidad, la mansedumbre, la felicidad, la modestia, la continencia y la castidad.

Frutos que nos ayudaran a transformar nuestros corazones en corazones disponibles y humildes a acoger la inocencia, la pequeñez, a los pobres e indefensos, a los sinceros, y capacitados para servir y ocupar los últimos puestos. Abajarse y hacerse pequeño equivale a ser el último del escalafón y estar dispuesto a servir de forma voluntaria y gratuita. Amén.

jueves, 5 de marzo de 2015

PERDONA, SEÑOR, MIS EGOÍSMOS



Sería un error mirar para otro lado y tratar de acallar mi conciencia. No sacaría nada, tarde o temprano volvería otra vez a verme en mi propio espejo. No se trata de justificarme, sino de verme realmente como soy. Y soy egoísta; me cuesta solidarizarme; sí, lo digo, y hago alguna cosa, pero creo que no lo suficiente. Sólo trato de acallar mi conciencia con algunas acciones solidarias, pero mi compromiso no es total.

Y pienso que lo mejor es reconocerlo. Es un gran paso reconocerlo, porque eso descubre la suciedad que hay en mi corazón y, descubierto lo sucio se puede limpiar. Y Tú, Señor, no sólo lo puedes limpiar, sino que quieres limpiarnos. Sólo te falta que yo me deje. Ese es el paso tan importante que yo tengo que estar dispuesto a dar.

Quiero, Señor, que me limpies. Quiero, Señor, que transformes mi corazón de egoísta en un corazón generoso y solidario. Soy consciente que yo no puedo. Depende de tu Gracia. Para mí solo has dejado la libertad de dejarme transformar. Y yo quiero. Por eso te visito todos los días; por eso hablo contigo todos los días; por eso trato de renunciar a las cosas de este mundo que puedan alejarme de Ti. 

Por eso te busco hasta el extremo que los demás me tienen por obsesionado contigo. Quiero Señor darme y dar todo por amor como Tú lo das por mí a cada instante. Quiero, Señor, llegar a tu presencia con las manos vacías de todo lo que me has dado, y llenas de amor por haberlas compartido.

Pero me siento atado, encadenado, retenido y esclavizado egoístamente. ¡Libérame Señor y transforma mi corazón!