Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 7 de mayo de 2020

INDIGNO DE TU PERDÓN Y SALVACIÓN

Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.: Evangelio según San Juan ...
No voy a decir nada nuevo ni verdadero si confieso, de forma consciente, que no soy digno de tu perdón y, menos, de tu salvación. Creo que todos somos consciente de eso, aunque la mayoría, en los que me encuentro, no lo entienda.

Nuestra capacidad es humana y no llega a alcanzar tan elevado misterio de Amor por el que, Tú, Señor, nos salva y envía a tu Hijo a entregar su Vida para lavar nuestras miserias y pecados. ¿Se puede entender esto?

Por eso, Señor, te doy gracias de antemano, aunque mi limitada mente no llegue a entenderlo, por la vida y por la Vida Eterna que me ofreces. Sólo me pides, Señor, que me lo crea y, en consecuencia, que actúe tal y como corresponde a esa fe. Y, aunque mi mente es limitada y pequeña, me das mil y una razones para que ponga en Ti mi confianza, mi esperanza y me fíe plenamente.

Te pido, Señor, la sabiduría para darme cuenta de lo que me propones y de la situación de mi persona. Has dejado en mis pobres manos la elección de mi salvación abandonándome en Ti y siguiendo, con mi vida y obras, tu Palabra. Y yo creo en Ti y quiero seguirte.

Por tanto, Señor, te pido que ilumines mi corazón y mi mente para comprender y, aunque sea inconsciente por mi pobreza, vaya a Ti y siga tus pasos, porque, sólo Tú, Señor, eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

jueves, 30 de abril de 2015

EN LO PEQUEÑO E INDIGNO



Dame Señor la sabiduría de entender que Tú estás en lo humano de cada hombre. En lo que lo distingue como ser humano, sujeto al error, al vicio, al pecado, a la ignorancia, al fracaso y a la debilidad. Por eso necesitamos tu Perdón y tu Misericordia. 

Me da esperanza el saber, como me dices hoy, que Tú sabes bien a quienes has elegido, porque eso descubre que nos conoces y sabes de mis debilidades y pecados. Y esa elección tuya supone que me perdonas y me salvas. Yo aprovecho para pedirte hoy que me asistas para no perder esa oportunidad que me brindas.

Dame la Gracia de saber distinguir lo bueno de lo malo, y no pararme en tonterías exteriores de apariencias y distinciones que solo separan y se quedan en lo superficial, pero no bajan a lo profundo del corazón humano, donde se decide el bien o el mal. Esa es la cuestión, Señor, porque lejos de Ti quedamos a merced del mal y del pecado. Y solo en Ti encontramos el bien y la bondad; el amor y el perdón. Y quedamos apartado y protegidos del pecado.

No es lo sucio ni lo indigno lo que mancha tu Nombre, Señor, sino las malas intenciones, lo malo y pecaminoso que se fragua en el corazón del hombre soberbio, orgulloso y sufiencente. Porque, Tú, Señor, has venido para limpiar al que está sucio, y a darle dignidad al indigno. Por eso, tus preferencia son los pecadores, los pobres e indignos que se acercan a Ti rogandote perdón.

Dame, Señor, la Gracia de acercarme a Ti con esa humildad de sentirme perdonado, y con ese respeto de ser instrumento de tu Gracia para repartirte a los demás. Perdona Señor mis faltas, mis caídas, mis pecados, y dame la fuerza de levantarme para, en tu Espíritu, encontrar las fuerzas que me fortalezcan y me perfeccionen. Amén.