Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 30 de noviembre de 2012

NO QUIERO PERDER TU ESTELA, SEÑOR...

- El Señor hace que el camino estrecho sea lo más duro


y continuar detrás de Ti. Confieso que se me hace pesado, cansado y duro. Hay muchos espacios de camino silencioso donde no te oigo ni te veo. Entonces me asalta la duda de pararme y no continuar la marcha. Me invade el desaliento y el desánimo de pensar que Tú no estás o te has ido.

Es cuando el camino se me hace más pesado, confuso y duro. Y cuanto te imploro con más fuerza o desespero que no te escondas, que te hagas presente y me des ánimo y fuerzas para seguir. Entonces descubro el valor y coraje de Andrés y Pedro, o de Santiago y Juan. 

Ellos superaron esos escollos y obstáculos y, sin desfallecer, siguieron adelante sin antes pasar por duras pruebas y dificultades. Y yo quiero repetir lo que hicieron ellos, pero no encuentro las fuerzas, las motivaciones y las ganas de emprender seriamente ese camino.

Y ya se me hace rutinario hablarte siempre de lo mismo. No dejes que me calle, Señor, y dame las fuerzas necesarias para seguir hablando y caminando. Sé que al final del camino solo estarás Tú, y eso debe bastarme, porque Tú eres la Luz, el Camino y la Vida.