Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 16 de marzo de 2015

¡AUMENTANOS LA FE, SEÑOR!



Pensamos que tenemos fe, pero a la hora de sufrir algunas pruebas nuestra fe se tambalea. Ocurre que cuando alguien no actúa como pensamos, o algo no sale como queremos, nuestra fe se debilita y desesperamos. Perdemos la confianza, no sólo en los demás sino también en Dios.

Ocurre entonces que nos alejamos de Dios como señal de protesta y de desacuerdo con Él. No estamos de acuerdo con lo que nos ha sucedido, o como se están haciendo las cosas. Queremos que las cosas sean como nosotros las interpretamos o como nos gustan. El perdón se borra de nuestro corazón, y también la actitud de servicio y comprensión.

¿Y dónde está el amor? Nuestro compromiso de Bautismo es un compromiso de servicio. Porque seguir a Jesús, es lo que prometemos en el Bautismo, significa servirle en los demás tal y como Él nos enseña. No se trata entonces de hacer nuestros gustos, sino de tratar de hacer los gustos, si son para el bien, de los demás.

La finalidad del amor es servir para el bien común. Y el bien es curar, solucionar problemas que redunden en mejora la vida. No se trata de satisfacer caprichos y placeres, sino mejorar lo esencial de la vida que la alegre y la haga mejor. Luego, la cuestión no es estar de acuerdo con los otros, ni tampoco sensurarles sus actitudes, sino de darle testimonio de servicio y aportarles luz de la verdad, justicia y paz.

Aumenta, Señor, nuestra fe para que nuestro corazón sea un corazón de servicio, de escucha, de comprensión, de disponibilidad y de estar presto a construir el bien y la mejora de la vida de todos los hombres. Amén.

viernes, 13 de marzo de 2015

SI NO AMAMOS AL PRÓJIMO, NO AMAMOS A DIOS

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS





Muchos nos preguntamos por qué hay que amar al prójimo, y muchos rechazamos a Jesús porque no superamos esa dificultad del amor. Entendemos que a un amigo, con un esfuerzo, se hace posible perdonarle, pero a un enemigo o desconocido se nos antoja imposible.

Y ante esa dificultad obstamos por darle la espalda al Señor. Pensamos que nos es imposible de superar, y no aguardamos ni tenemos paciencia, y menos esperanza. La solución rápida e inmediata es negar el perdón. Así nos quedamos, aparentemente, tranquilos y satisfacemos nuestra soberbia y orgullo.

Sin embargo, si quieres seguir a Jesús y prometerle amor, tendrás que perdonar. Perdonar, no sólo a tus amigos, sino también y de forma especial a tus enemigos. Porque es ahí donde duele, donde, valga la redundancia, se demuestra el verdadero amor. No hay más remedio. Hay que amar al estilo de Jesús, porque Él nos lo ha enseñado así.

Conscientes Señor de todo lo que nos cuesta amar. Conscientes Señor de nuestros defectos y errores; conscientes, Señor, de nuestras limitaciones, pobrezas y pecados, te pedimos la Gracia de perseverar pacientemente y de llenarnos de misericordia para, humildemente, ser capaces de soportar, perdonar y servir a nuestros projimos. Y hacerlo libremente y por amor correspondiendo a tu Amor, Señor.

miércoles, 21 de enero de 2015

NO ES DE SENTIDO COMÚN PROHIBIR CURAR EN SÁBADO



Cualquier momento es bueno para hacer el bien. Nunca la ley debe interponerse a la hora de hacer el bien. Se debe abrir la puerta, a pesar de pasar algún minuto de la hora de cierre, cuando llega alguien desesperado reclamando atención. Porque, quizás, para esa persona sea vital que le atiendan.

Recuerdo con cierta nostalgia la veces que los vecinos interrumpían a mis padres en horas fuera del horario comercial para rogarles que les despachara algo que se les había olvidado o terminado. No cabe duda que era inoportuno y mala prevención que otros sufríamos, pero me satisface recordar que mis padres, aunque alguna vez con alguna protesta, siempre les atendían.

La ley está hecha para cumplirla, pero hay momentos que debe saltarse porque las necesidades de los hombres están por encima. Precisamente tenemos la esperanza de ser salvados y perdonados por la Misericordia de Dios, no porque nos lo merezcamos. Podemos decir que Dios se salta la ley, mira para otro lado y nos perdona por su Infinita Misericordia. ¿Cómo no vamos nosotros también a perdonar a pesar de que tengamos razón ante las ofensas que nos hayan hecho?

El bien del hombre es lo primero y la ley es ley cuando se pone a su servicio. Claro está, y se entiende, que eso no supone abusar, incumplir y aplicarla para sus intereses, sino sirviéndola ponerla para hacer siempre el bien ya sea sábado, tarde o temprano.

Pidamos al Señor que nos ilumine y dejémonos iluminar por el Espíritu Santo, para que nuestro obrar sea siempre mirando el bien del hombre, sobre todo, su salvación.

martes, 11 de noviembre de 2014

SERVIR POR AMOR



Sólo cuando seamos capaces de tomar conciencia que nuestro servicio ya está pagado, será cuando nuestra forma de actuar sea sólo por agradecimiento y por amor. Porque mientras creamos que merecemos premio, recompensa o salarios por nuestro trabajo, no haremos nada gratis y sin condiciones.

Claro está que estamos hablando del servicio a los demás, y también de nuestro trabajo asalariado. Porque no hacemos más de lo que se nos paga, creyéndonos que tenemos derecho a todo lo que hagamos que exceda nuestra compromiso salarial. Si eso puede valer con los criterios del mundo, los criterios del Jesús son diferentes.

Es verdad que el siervo merece su salario, pero no por eso merece más por cumplirlo. Y cumplirlo con amor y dedicación generosa. Porque por muchos que nos excedamos nuestra recompensa ya está satisfecha. ¿Acaso merecemos más? ¿Acaso merecemos algo? Todo se nos ha dado gratuitamente para que también nosotros lo ofrezcamos gratuitamente y al servicio de los demás.

Irían las cosas mejor si actuásemos de acuerdo con este criterio que Jesús nos descubre y recuerda hoy. Nuestra recompensa está en el cielo, y una recompensa, que sin merecerla, es algo muy superior a nuestros méritos. No somos mejores por ser puntuales, serios, honrados, justos y serviciales, sino que es lo que debemos ser, pues se nos ha dado el don de la vida y del amor para amar según la Voluntad de Dios.

Danos, Señor, la capacidad de darnos generosamente según nuestras capacidades y talentos recibidos de tu Mano generosa, y hacerlo para el bien de todos, especialmente los más débiles, indefensos, necesitados y pobres. Amén.

jueves, 11 de septiembre de 2014

ES LA PRUEBA DEL AMOR



Es la prueba del algodón, porque de nada vale escribir, hablar y hacerlo todo muy bien si no soy capaz de soportar, perdonar y amar a aquel que me hace mal y del que no espero nada. Porque, ¡soportar y perdonar porque tengo la esperanza de que acercándome puedo recibir algo, no tiene gracia! El Señor lo deja bien claro y sin dudas de ningún tipo.

Aquí no hay otro camino sino el de perdonar. ¡Y no nos asustemos porque experimentemos que somos débiles e incapaces de poder cumplir ese mandamiento del amor! ¡No!, porque eso simplemente nos descubres lo débiles y pequeños que somos. Y son a esos precisamente a los que es enviado Jesús para salvarnos. Por lo tanto, Jesús, el Señor viene a por nosotros.

La cuestión será ahora dejarnos llevar y conducir por su Fuerza y su Gracia. La cuestión será confiar y tener fe en su Amor que, en su Nombre, podemos caminar encima de las aguas. La cuestión será pedirle que nos llene de paciencia, de perseverancia, de entusiasmo y que nos aumente nuestra pequeña e incipiente fe para, sin vacilar, caminar a su lado sin titubeos aunque la barca tenga muchos momentos de zozobra y vaivenes.

Señor, la misión que nos has encomendado es imposible para nosotros. Nuestra capacidad humana, tocada por el pecado, es incapaz de amar hasta el extremo de obrar el bien en favor de los enemigos. No cabe en nuestra cabeza y nos es imposible. Algo parecido a cuando Pedro echó las redes aquel día pensando que era imposible pescar porque ya lo habían estado intentando toda la noche.

Pero por tu Palabra, yo también ahora Señor, confío en Ti y creo que si Tú nos lo mandas es porque en Ti y con tu Amor podemos conseguirlo. Transforma mi corazón pecador en un corazón amoroso, capaz de entregarse por amor a aquellos que le hacen mal sin esperar nada de ellos.

viernes, 25 de julio de 2014

¡SEÑOR, HAS DADO CON MI PUNTO FLACO!

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS





Sí, Señor, has dado con mi punto flaco, porque eso es lo que más me cuesta, servir. Y servir libremente y por amor, porque hacerlo por interés queda devaluado. Y agacharme para servir al más pobre, al excluido que nunca podrá pagarme, al necesitado que siempre estará en deuda, al simple e insignificante que siempre habrá que guiarlo, que orientarlo, que estar pendiente de él. ¡Eso Señor, Tú sabes que me es imposible!

Imposible hacerlo por mis propias fuerzas, y posible hacerlo injertado en el Espíritu de Dios, que me asiste, me imprime y vigoriza mi voluntad y me llena del impulso que desborda mi corazón y enciende mi entusiasmo llenándome de amor. Eso también significa que no puedo andar ni un paso sin Ti. Sólo unido a Ti puedo orientarme y ser capaz de amar a tu estilo y entrega.

Señor, me has dejado al descubierto. Sabes de que pata cojeo y me lo has dicho claramente: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

Aparta de mí toda vanidad y ambición por ser grande entre los hombres, y dame la humildad de estar siempre a la cola de tu rebaño, no para ser servido, sino dispuesto a entregarme y servir a tu estilo y con amor y por tu Amor. Amén.