Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 14 de septiembre de 2020

EL PESO DE LA CRUZ

Pin en Dios es mi guía!
Pensamos que la felicidad equivale a la buena vida. Vivir bien es gozar de los placeres que la vida nos ofrece y el disfrute de todo aquello que alegra y da gozo a nuestros sentidos. Y nada de esto es malo, pues, nuestro Padre Dios no nos ha creado para sufrir, sino todo lo contrario, para disfrutar y ser felices. Y la causa de la felicidad es el gozo. Cuando disfrutamos experimentamos la felicidad.

Es de sentido común que cualquier padre desee y busque que sus hijos sean felices. Y esa felicidad pasa por satisfacer tanto lo corporal como lo espiritual. Ahora, hay un matiz que da sentido a todo esto, ¿cómo puedes ser feliz tú cuando ves que otros sufren y lo pasan muy mal? ¿No experimentas y sientes deseos de solidaridad con ellos?

Eso explica y da sentido a tu cruz. Sientes deseos de ayudarle y te sientes, valga la redundancia, solidario con sus sufrimientos y sacrificios hasta el punto de querer compartirlo, ayudándoles, con ellos. Fue eso lo que hizo Jesús a su paso por este mundo. Y lo hizo por amor incondicional, por libre y voluntaria solidaridad entregando su Vida en la Cruz para aliviar y salvar la nuestra.

Por tanto, no es cuestión de renuncias a los placeres de este mundo, sino de solidaridad con los demás compartiendo, en actitud de servicio y voluntariamente, por amor. Pidamos, pues, al Señor esa Gracia para que, fortalecidos en la mirada a su Cruz, podamos ser capaces de seguirles, en el esfuerzo de cada día, cumpliendo su Voluntad. Amén.

sábado, 25 de enero de 2014

VIVE ENTRE NOSOTROS




Hay un programa en T.V.E. 1 que se llama "Entre todos", lo emiten de lunes a viernes por la tarde (15 a 17,45). En nombre de "Entre todos" viene porque son los telespectadores los que llaman y ayudan a la persona que ha pedido ayuda por encontrarse en una situación de extrema necesidad. Es decir, entre todos solucionamos las necesidades y problemas de muchas familias.

La solidaridad brilla en el corazón de la gente que llama, y de muchos que aportan por la vía del teléfono. Uno de los casos, un joven que buscaba trabajo para sostener y alimentar a su familia, tres hijos y esposa, tuvo la oferta de seis trabajos para elegir. En estos tiempos de crisis se descubre que cuando hay seriedad y conocimiento de la persona que solicita a ayuda con buena intenciones, la solidaridad de la gente brota de debajo de las piedras.

Y es que se experimenta el amor de Dios. Ha habido quien se ha atrevido a confesar su fe y a compartir su dinero movido por ese compromiso de amor. Pero lo verdaderamente importante es esa semilla de amor que se esconde en el corazón de las personas y que irresistiblemente acuden, como muchos confiesan, a la llamada de ayuda de otras personas con problemas de carencias. 

Y es que Dios está en el corazón de todos y cuando lo abrimos hablamos con el mismo corazón de Dios: el amor. No hace falta buscar mucho para encontrarnos de forma clara y directa con el Señor, y también con los milagros que hace el Señor a través de nosotros. La acción del Espíritu Santo no pasa desapercibida para quienes abren sus ojos y experimentan que el Señor vive entre nosotros.

No busque fuera, mira para adentro y experimenta que tu corazón te habla de Dios a cada instante.