siempre tenemos el consuelo de saber que Tú estás ahí. Eres nuestro Padre y tu Mirada siempre está pendiente de cada uno de nosotros. Somos tus hijos, y un padre siempre está pendiente de sus hijos. Y queremos corresponderte como hijos, porque muchas veces los hijos somos desagradecidos.
Queremos darte las gracias por la vida, por esta vida que también nos hace sufrir, y para muchos puede convertirse en una prueba dura y larga. Queremos decirte que confiamos en Ti, a pesar de no entender muchas cosas, y de sentirnos en muchos momentos fatigados, cansados y abandonados.
Sabemos que esta vida, la que nos ha tocado vivir a cada uno, es el camino para llegar a la verdadera vida, y esa sí que realmente es Vida. Vida eterna y buena junto a Ti. Pero queremos pedirte fuerza, libertad, desapego y voluntad de vivir esta vida junto a los que no lo pasan tan bien, y tener la capacidad y desprendimiento de compartirla con ellos.
Nos sentimos pobres, sin fuerzas, sin capacidad, encadenados a los apegos y comodidades. Esclavizados a nuestros egoísmos y ambiciones. Por eso te necesitamos, y te pedimos que nos guíes, que nos des tu fuerza y tu voluntad para amar a tu estilo y como Tú.