Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 12 de enero de 2020

BAUTISMO DEL SEÑOR

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H I M N O

A la orilla del Jordán,
descalza el alma y los pies,
bajan buscando pureza
doce tribus de Israel.

Piensan que a la puerta está
el Mesías del Señor
y que, para recibirlo,
gran limpieza es menester.

Bajan hombres y mujeres,
pobres y ricos también,
y Juan sobre todos ellos
derrama el agua y la fe.

Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el bautismo hoy empieza,
y él lo quiere inaugurar. Amén.

Laudes -Domingo de la tercera semana

sábado, 11 de enero de 2020

ENSÉÑAME, SEÑOR, A SER INCLUYENTE

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Parto de que sé que me cuesta, que muchas veces me quedo a media y que otras, la mayoría, no sé qué hacer ni como actuar. Me pierdo y me siento impotente y sin fuerzas para actuar e incluir a esas personas marginadas, rechazadas por muchos y, creo, que con razón, y termino excluyéndolas. Y yo, Señor, no quiero excluirlas, porque, todas son hijas de tu Padre Dios.

Eso significa que tu Padre, que te ha enviado a Ti a limpiarnos corporalmente y espiritualmente, nos quiere a todos y, por medio de tu aceptación libre y voluntaria, entregando tu Vida para rescatarnos y merecer nuestra salvación, quiere incluirnos a todos, empezando por los más pobres y marginados. ¿Cómo rechazarlos? Dame, Señor, la sabiduría para también yo tratar a todos de la misma forma.

Es verdad, Señor, que nos cuesta aceptar a muchos y que muchos también no sean merecedores de ser atendidos por sus obstinados comportamientos, pero muchas veces somos conscientes que buscamos excusas y justificaciones para alejarnos de ellos. Reconocemos que somos cómodos o que no incomoda muchos de esos pobres o enfermos que nos complican la vida, incluso familiares. Y no queremos hacerlo, Señor. Queremos atenderles en la medida de lo posible y te pedimos las fuerzas y la paciencia necesarias para actuar como Tú quieres que actuemos.

Ayúdanos, Señor, a no ser excluyentes sino incluyente con todos aquellos que se acerquen a mí y a los que yo pueda acercarme. Dame la sabiduría y la astucia de poder ayudarles y, sobre todo, de llevarles a Ti. Amén.

viernes, 10 de enero de 2020

TAMBIÉN YO, SEÑOR, TE IMAGINO DE OTRA FORMA

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


También a mí me gustaría un Mesías de acuerdo con mis ideas y mis proyectos. Quisiera un Mesías que estuviera de acuerdo con mis pensamientos y mi manera de comprender y ver las cosas. Y, supongo, que a todos nos ocurre algo parecido. Un Mesías que me interpela y me dice cosas que me exigen esfuerzo y que, muchas veces, no comprendo, me fastidia y me cuesta aceptarlo. 

Me pongo en la piel de María y tengo que reconocer su grandeza y su fe. No es nada fácil aceptar la Voluntad de Dios en esas condiciones. Todavía cuando pienso que pudo pasar por el corazón de María no llego a entender su docilidad y, sobre todo, su fe. Fue grande la fe de María a aceptar tan grande misión y en esas condiciones de verse en cinta y sin ninguna explicación que se pudiera entender.

Tengo que confesar, Señor, que yo no podría hacerlo. Y eso no hace sino descubrir mi poca fe y mi condición pecadora. ¿Cuan lejos estoy de tener fe! Por todo ello, Señor, y consciente de mi lejanía te pido que aumentes mi fe y me llenes de tu Gracia para, como tu Madre María, pueda, al menos, cumplir con lo que tú quieras de mí. Dame, Dios mío, lo que necesito para cumplir con humildad lo poco o mucho que Tú quieres que se realice en mi pobre corazón. Y dame la Gracia para aceptarlo humildemente sin aspaviento ni altivez sino como una misión venida de tu amor.

Dame también, Señor, la sabiduría para saber descubrirte en la pobreza, en la pequeñez y sencillez y proceder con la necesaria y suficiente humildad en todas las cosas que se presenten en mi vida, teniendo siempre en cuenta que Tú estas delante y me acompañas y yo quiero servirte y amarte a Ti amando a mis hermanos como Tú quieres y nos amas a todos. Amén.

jueves, 9 de enero de 2020

MUCHA NECESIDAD DE ORAR

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Cuando hablamos de la oración, hablamos de la buena oración. Es decir, entendemos que hacer una buena oración no es cosa fácil ni tampoco sencilla. Pero, decimos eso no porque sea algo difícil o complicado, sino porque, orar es hablar seriamente con Dios, y, muchas veces, al menos esa es mi experiencia, se nos va el gato al agua. Es decir, nos distraemos, no permanecemos concentrados o nos lo tomamos a la ligera. Eso es lo que hace difícil y complica nuestras oraciones. 

Necesitamos tomárnosla más en serio y esforzarnos en hacerla de una manera más concentrada y consciente. Ello no debe preocuparnos sino ayudarnos a esforzarnos más confiados en que nuestro Padre Dios no ayuda. Se trata lo mismo que hacíamos o hacemos, según nuestra edad, en el colegio. Ponemos atención a lo que el profesor nos explica, porque si no es así corremos el riesgo de no enterarnos de nada. Igual debe suceder cuando hablamos con nuestro Padre Dios.

Necesitamos, primero, estar interesado en hablar con Dios y, luego, buscar tiempo para ello. Es lo más importante que nos puede ocurrir y lo más valioso de nuestra vida. Es nuestro mayor Tesoro, porque, en Él está toda nuestra felicidad y anhelos de eternidad. La oración va estrechamente unida a la vida, de forma que se confunden y se complementan hasta el punto que cuando trabajas también rezas, y cuando rezas también estás sirviendo al mundo con tu oración. Todo es servicio porque todo es amor.

Lo verdaderamente importante es sabernos amado por el Padre que envía a su Hijo para que entregando su Vida por nosotros nos rescata nuestra perdida dignidad de hijos por el pecado. No hay amor más grande. Y es el Hijo, Dios hecho hombre, quien voluntariamente acepta esa misión de entregar su Vida para rescatar y redimir la nuestra. Gracias, Señor por tanta amor inmerecido y danos la Gracia de saber y empeñarnos en amar, como Tú nos amas, a los hermanos. Amén.

miércoles, 8 de enero de 2020

EL PAN EUCARÍSTICO

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Podemos relacionar esa preocupación de Jesús por fortalecernos espiritualmente con esa compasión para aliviar nuestra fatiga corporal con el pan de cada día. El pasaje evangélico de hoy nos presenta esta significación dual de la compasión de Jesús por sostenernos tanto corporal como espiritualmente. Es posible que, acostumbrados a comulgar con frecuencia, nos acostumbremos a hacerlo con cierta rutina y como algo ritual en nuestra vida.

Sería muy importante tomar conciencia de esa posible dualidad espiritual y tener presente que en la comunión, y si es cada día mejor, recibimos el alimento espiritual y corporal para sostenernos en la fe y en la presencia del Señor. Puede ocurrir que no lo hagamos consciente y, como humanos y pecadores, se nos vaya el santo al cielo en muchos momentos. De eso soy plenamente consciente y pido perdón al Señor de todos mis despiste, relajaciones y rutina que me alejan del misterio y de la importancia del significado de recibir al Señor sacramentado.

Por eso, Señor, aprovecho este momento de reflexión para pedirte que me des conciencia del significado de que de Ti mismo reciba ese Pan Eucarístico que me da la vida y la fortaleza para seguir el camino que Tú, mi Señor, me ofreces como alimento para el camino. Gracias, Señor, por tanto amor. Amén.

martes, 7 de enero de 2020

EMPEÑADO EN SEGUIRTE, SEÑOR

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Quiero seguirte, Señor, y no sabría vivir sin ir detrás de Ti. Siempre, desde joven he sentido el deseo de vivir en la verdad y en la justicia. Siempre me ha costado mucho mentir y no estar en la verdad. Quizás esa sea una de las estrellas que me haya guiado hasta Ti, y te doy las gracias por ello. Y por continuar empeñado en seguirte a pesar de mis caídas y de mis pecados.

Es eso, Señor, lo que me atormenta y lo que, en algunos momentos, me tienta con debilitarme y desfallecer. Me cuesta mantenerme en pie y seguir adelante cuando contemplo mi vida muy por debajo de lo que realmente debe ser. Es como si experimentara debilidad y que no te correspondo como a mí me gustaría. Pero, esa no es toda la preocupación, sino que pasa el tiempo y me parece no experimentar cambio ni avanzar en conversión.

Por eso, Señor, te pido que me des fortalece y perseverancia y que me hagas fuerte y capaz de avanzar en conversión. Y de aceptar mis debilidades y darme cuenta de que eres Tú, Señor, mi fortaleza y mi roca para que en tus Manos pueda vencer las dificultades y peligros que me salen al paso en mi vida. Haz, Señor, que mis fuerzas descansen en las Tuya y no me atreva a enfrentarme al pecado sin estar firmemente agarrado a Ti. 

Por eso, Señor, empeñado en seguirte quiero pedirte que me des la fortaleza de estar siempre unido a Ti a través de la oración y, sobre todo, de la Eucaristía. Pongo mi vida en tus Manos para que la dirijas según tu Voluntad. Amén.

lunes, 6 de enero de 2020

EPIFANÍA DEL SEÑOR

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Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aquí parad, que aquí está
quien luz a los cielos da:
Dios es el puerto más cierto,
y si habéis hallado puerto
no busquéis estrellas ya.

No busquéis la estrella ahora:
que su luz ha oscurecido
este Sol recién nacido
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el Niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas
la estrella oscurecen ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas. Amén.
Laudes - Epifanía del Señor