Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 3 de octubre de 2020

MIRA LA ESTRELLA, INVOCA A MARÍA

 


Oración de San Bernardo

 

 ¡Oh! tú, quien quiera que seas, que te sientes lejos de tierra firme,
arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y tempestades,
si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta estrella.

Si el viento de las tentaciones se levanta,
si el escollo de las tribulaciones se interpone en tu camino,
mira la estrella, invoca a María.

Si eres balanceado por las agitaciones del orgullo,
de la ambición, de la murmuración, de la envidia,
mira la estrella, invoca a María.

Si la cólera, la avaricia, los deseos impuros
sacuden la frágil embarcación de tu alma,
levanta los ojos hacia María.

Si perturbado por el recuerdo de la enormidad de tus crímenes,
confuso ante las torpezas de tu conciencia,
aterrorizado por el miedo del Juicio,
comienzas a dejarte arrastrar por el torbellino de tristeza,
a despeñarte en el abismo de la desesperación, piensa en María.

Si se levantan las tempestades de tus pasiones,
mira a la Estrella, invoca a María.

Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu,
levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María.

Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación,
lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios.
Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás.
Y guiado por Ella llegarás al Puerto Celestial.

Que su nombre nunca se aparte de tus labios, jamás abandone tu corazón;
y para alcanzar el socorro de su intercesión, no descuides los ejemplos de su vida.
Siguiéndola, no te extraviarás, rezándole, no desesperarás,
pensando en Ella, evitarás todo error.

Si Ella te sustenta, no caerás; si Ella te protege, nada tendrás que temer;
si Ella te conduce, no te cansarás; si Ella te es favorable, alcanzarás el fin.
Y así verificarás, por tu propia experiencia,
con cuánta razón fue dicho: “Y el nombre de la Virgen era María”.

viernes, 2 de octubre de 2020

PEDIMOS LA GRACIA DE SER PEQUEÑO

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

No es fácil despojarse de todo aquello que alimenta tu vanidad y enciende tu soberbia. Aspirar a ser el mejor despierta la sed competitiva que almacena el corazón del hombre. Todos, de forma espontánea o inconsciente llevamos delirios de grandeza dentro de nuestro corazones. Y el peligro se hace presente cuando somos conscientes y aceptamos esas aspiraciones con las que nuestros corazones son tentados.

Esas aspiraciones nos mueven a vivir movidos por ese motor - delirios de grandezas -  que nos llevan a considerar a los otros inferiores. Esa es la gran equivocación y la gran herida de nuestro corazón, querer ser grande e importante por la fuerza del poder, de la imposición y las riquezas. Porque, la grandeza de un hombre no está en su poder y riqueza, sino en su humildad y pequeñez.

 Y eso todos lo experimentamos cuando sentimos compasión por estar al lado de los más pequeños e indefensos. Hay una empatía natural por el más indefenso y que no puede hacer nada para defenderse. Es un sentimiento natural que anida en nuestro corazón y que brota de manera espontánea en esos momentos de dolor por el sufrimiento del pequeño e indefenso. 

Por tanto, esos son los preferidos de Dios. Pidamos, pues, la Gracia de abajarnos y sentirnos pequeños, humildes y servidores de los demás. Amén.

jueves, 1 de octubre de 2020

ORACIÓN DE THOMAS MERTON



Thomas Merton
 
 
Dios, Señor Mío,
no tengo idea de adónde voy.

No veo el camino delante de mí.

No puedo saber con certeza dónde terminará.

Tampoco me conozco realmente,
y el hecho de pensar que estoy siguiendo
tu voluntad
no significa
que en
realidad lo esté haciendo.
 
Pero creo que el deseo de agradarte,
de hecho te agrada.

Y espero tener ese deseo en todo lo que haga.

Espero que nunca haga algo apartado de ese deseo.

Y sé que si hago esto
me llevarás por el camino correcto,
aunque yo no me dé cuenta de ello.

Por lo tanto, confiaré en ti siempre
aunque parezca estar perdido a la sombra de la muerte.

No tendré temor
porque estás siempre conmigo,
y nunca dejarás que enfrente solo mis peligros.
Amén

Thomas Merton
1915-1968

miércoles, 30 de septiembre de 2020

DANOS, SEÑOR, LA GRACIA DEL COMPROMISO COHERENTE


 Nuestra fragilidad y debilidad es tan grande que escapar de las garras del demonio nos resultará muy difícil y, prescindiendo de la asistencia del Espíritu Santo, imposible para nosotros. Tomar conciencia de lo que nos jugamos es de vital importancia y trascendencia. La vida, nuestra vida, es la gran oportunidad que tenemos para ganar el gran tesoro de la Vida Eterna. Esa es la cuestión y la enorme responsabilidad  que tenemos, darnos cuenta y descubrir el gran regalo de la vida y el valor que tiene de utilizarla según los Mandatos y Voluntad de Dios.

Vivimos de una manera indiferente, relajada, cómoda, pensando que con unos mediocres cumplimientos y prácticas religiosas todo está cumplido. Últimamente me asusta esa vida plana que llevo, o, al menos me la planteo. La Misericordia del Señor no significa que no me haga justicia, y todo lo que no haga aquí según mis valores, cualidades y talentos, debo purgarlo en el Purgatorio como mal menor. Y les garantizo que no se pasa bien en el purgatorio - Ana Catalina Emmerick -. Se hace bastante duro y largo. Sin embargo, mantenemos siempre la esperanza de, purificados, subir al Cielo. Por lo tanto, firmo ir al Purgatorio.

Pero, eso no me exime de exigirme ahora todo lo que puedo en cumplir y hacer la Voluntad de Dios. Parábolas como la de los talentos, el hijo prodigo y otras me señalan claramente el camino y la disponibilidad a seguir. Sin embargo, no me asusto ni tengo miedo. No debo ni puedo tenerlo. Nuestro Padre Dios no nos manda nada imposible ni tampoco grandes gestas. Si así lo dispusiera nos prepararía y nos daría lo necesario para cumplirlo. Tú, y, seguro yo, limitémonos a cumplir su Voluntad desde lo cotidiano de cada día, abiertos a salir de nosotros mismos y a darnos para servicio a los demás. Date cuenta que cada servicio por amor y por el Señor a los demás son verdaderas y auténticas oraciones que cumplen precisamente eso, la Voluntad de Dios. Así que ánimo y adelante.

Y eso es lo que todos queremos y te pedimos, Señor.  Danos esa fortaleza de espíritu para, no solo seguirte de forma rutinaria, relajada y cómoda, sino comprometida con nuestro vivir de cada día e imitando tus mismas actitudes y estilo. Claro, no contando con nuestras solas fuerzas, sino auxiliados y fortalecidos por tu Gracia. Amén.

martes, 29 de septiembre de 2020

CAMBIA MI CORAZÓN, SEÑOR


El pecado no está afuera porque lo de afuera no me contamina. El pecado está dentro de cada uno de nosotros y vive en nuestro corazón. Un corazón herido y contaminado por el pecado, que, dentro de nosotros, nos arrastra a la desobediencia y al rechazo de la Voluntad de Dios. De modo que, la batalla no se fragua ni se libra afuera, sino dentro de nosotros, concretamente en nuestros corazones.

Sabido y aceptada es esa batalla dentro de mí, Señor, te pido fortaleza, perseverancia y sabiduría para sostenerme firme, bien intencionado y no acceder ni desfallecer a las tentaciones y seducciones que este mundo me propone y con el que mi corazón, débil y frágil, es amenazado y tentado. Me experimento pequeño, débil e indefenso como si de un niño se tratara y, te suplico, Señor, que mi ángel de la guarda me proteja y me señale claramente el camino de mi salvación.

Sé que ha estado presente en todo momento en mi vida y lo he experimentado en esos momentos donde mi vida ha sido amenazada y puesta en peligro. No solo física, sino también espiritualmente. Señor, te doy gracias por su presencia y abro mi corazón a acogerlo y a dejarme conducir por sus ordenes, pues sé que vienen enviados por ti. Amén.

lunes, 28 de septiembre de 2020

LA LÓGICA HUMANA DEL PODER

 

Nuestra lógica está muy relacionada con el poder, la fuerza y la riqueza. Son más grandes los poderosos, los que tienen fuerza y riquezas. Desde esa perspectiva, todos queremos más como reza la canción. Y los apóstoles previniendo la ausencia de Jesús se disputan los primeros puestos. Quieres ocupar los lugares de mando y ser los primeros. Se entiende desde la lógica humana, pero no desde la lógica de Dios.

Jesús, aprovechando esa discusión, toma un niño, símbolo de pureza, de ingenuidad, de pequeñez, de debilidad, de insignificancia y pobreza de todo lo que significa poder y tener, y lo sitúa en medio de todos diciéndoles esto: (Lc 9,46-50): En aquel tiempo, se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor»...

 El Reino que viene a establecer Jesús, enviado por su Padre, no es un Reino de poder, de fuerza ni de riquezas. Todo lo contrario, es un Reino de justicia, de amor y de paz apoyado en la verdad y, sobre todo en el amor. Un Reino contrario a la lógica humana  y a los poderes de este mundo, donde los más fuertes y poderosos son los importantes y los pequeños, los insignificantes, los pobres e indefensos son los desechados, explotados, invisibles y objetos de marginación y desprecio.

Preguntémonos, ¿cuál es nuestra lógica, la humana o la que nuestro Padre Dios nos propone? Y, reconociendo nuestra debilidad e inclinación a dejarnos seducir por los poderes de este mundo, pidámosle la Gracia de saber resistirnos a esa tentación y a permanecer fieles a ocupar los últimos puestos de servicio y amor a los demás. Amén.

domingo, 27 de septiembre de 2020

LA PUERTA SIEMPRE ESTÁ ABIERTA

 

Hasta el último momento siempre hay vida. Esa es la palabra que siempre hemos oído y que nos llena de esperanza. Siempre hay esperanza mientras haya vida y siempre habrá una nueva oportunidad de salvación que, el hecho de estar vivo, nos ofrece por el Amor de nuestro Padre Dios. La puerta en el corazón humano la mantiene siempre abierta nuestro Padre Dios. Su Amor es Infinito y su Paciencia Ilimitada.

Por tanto, siempre existe la posibilidad de abrirse en la espera paciente de nuestro "Sí" a su obediencia y a su llamada. La esperanza - repetimos - es lo último que se pierde y esa esperanza está sostenida y mantenida en y por el Amor de nuestro Padre Dios. Siempre, pues, estamos a tiempo de abrirnos a la llamada del Señor, porque, Él nos llama misericordiosamente y pacientemente perdonándonos todos nuestros errores y pecados.

Y, postrados y abandonados a su Infinita Misericordia, queremos, Señor, darte gracias por tu paciencia, por tu llamada y por tu Misericordia, que nos abre tu corazón al perdón de nuestros pecados. Reconocemos, y postrados damos gracias, que sin ella nuestra salvación sería utópica y, por tanto, imposible salvarnos. Estaríamos condenados sin ninguna posibilidad de salvación.

Por tanto, Señor, gracias, y aprovechamos para pedirte fortaleza y perseverancia para no desobedecerte y volvernos atrás y resistirnos siempre al no afirmándonos siempre al "Sí". Amén.