Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 7 de mayo de 2012




La Oración de la Confianza

                                                      foto de Brian Pate




Muchas veces las almas que viven día a día buscando agradar a Dios, buscando caminar las huellas de Jesús en una vida humilde, pura, caritativa, compasiva, y al servicio de los de casa y los demás… se encuentran que en los momentos de prueba la fe tambalea un poquito… y la confianza desaparece.


En esos momentos las almas se sienten con necesidad de gritar “auxilio” al Cielo, a los hermanos que conocemos son de intensa oración… (y no es que este mal, no lo es)… es una pequeña angustia que si nos dejamos guiar por ella iríamos a todos los medios de comunicación a pedir oración.


Mirando la vida de nuestros hermanos los santos… y en especial la vida de San José y nuestra amada Madre Celestial descubrimos una oración, una actitud, una entrega total, ciega a la confianza en Dios y en su deseo y voluntad de ayudarnos.


En los momentos más difíciles la Madre… confiaba y se sometía dócilmente a la Voluntad Divina. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo? ¿Porque no somos María?… ¿acaso los santos lo fueron o lo son? ¿Acaso ellos no han confiado ciegamente en el poder y el amor de Dios?


Recordemos a Santo Domingo Savio decirle a San Juan Bosco, en sueños, una dulce   amonestación… “no había visto mas milagros en su vida porque no había confiado más”. ¿Confiar más de lo que confiaba el santo? Pues si… tenía que haber confiado mucho mas… inmensamente mas… se le estaba pidiendo una confianza heroica.


 Todos sabemos que San Juan Bosco no solo confiaba en el poder de Dios sino que confiaba en María como intercesora y abogada ante Dios. Sin embargo su estudiante amado, Santo Domingo Savio, venía a fortalecer esa confianza, venia a lanzarlo a saltos mortales de una confianza viva, heroica, plena total en Dios… en María… la confianza de los santos… que sin ver nada lo esperan todo de Dios… de la Mater.


San Juan Bosco siempre enviaba a sus estudiantes a la Virgen… en la advocación de María Auxiliadora, decía que la Madre ayudaria… siempre… y la Madre no le hacía quedar mal nunca… hijos que San Juan Bosco le enviaba…hijos que atendía solícitamente resolviendo todo problema según la Voluntad Divina.


Padre Kentenich en Schoenstatt también confiaba en el obrar de la Mater. Siempre decía… la Mater obrara…”la Mater hará todo a su gusto… confiemos ciegamente en Ella”… y la Mater nunca, nunca le hizo quedar mal. A todos recibía y recibe en su Santuario, a todos acoge, y a todos atiende y a todos les concede las gracias necesarias en bien de sus almas…  ¡cuántos milagros!! incalculables…cuantos no se han recibido en todos los Santuarios de Schoenstatt… todo está en confiar y espera en el tiempo de Dios…


Les animo a confiar ciegamente en la Mater… en Dios… confiar es abandonarse en ellos… confiar es estar convencidos que ellos nos van ayudar… dejarlos obrar a su gusto, esperarlo TODO de ellos, sentirnos seguros porque nuestros problemas o necesidades están en sus manos.  Simplemente decirles… Si es a Jesús: “Jesús yo confio en Ti”… si es en la Mater:  “En tu poder y en tu bondad, confía con sencillez el alma mía, en Ti y en Tu Hijo, confía ciego Madre mi corazón”. Has depositado tu confianza en ellos… dejarlos trabajar a su gusto… no te aflijas, no te turbes, no te angusties, ¿quieres llorar?... pero como desahogo de un dolor que oprime el corazon y el alma… nunca como motivo de desesperación porque entonces no confíes ni en Jesús ni en María… y la desconfianza ata las manos divinas, las manos inmaculadas… además… es una herida mortal que reciben sus Sagrados Corazones de parte nuestra… seamos más prudentes y sabios, más fieles y confiemos porque nuestra fe sale flotando esplendorosamente…


Confiar… ese es el secreto de los santos de ayer, los de hoy y lo será para los santos del mañana.


Desde la Soledad del Sagrario






domingo, 6 de mayo de 2012

QUIERO SER SARMIENTO DE TU VIÑA, SEÑOR

Yo soy la Vid, vosotros los sarmientos

Quiero ser verdadero sarmiento, sarmiento que permanece pegado a la parra que lo sostiene, y que, por ella, recibe el alimento para mantenerse vivo y fecundo.

Quiero ser sarmiento que se limpia de todo aquello que le amenaza arrancarlo de la vid, de la vid que le da la savia verdadera para fertilizarse y dar hermosos frutos.

Quiero ser sarmiento que recibe la poda necesaria para quedar siempre bien injertado en la vid, sin peligro de ser arrancado por los temporales, la sequía o las malas hierbas que lo destruyen y alejan de su tronco verdadero.

Quiero ser injerto tuyo, Dios mío, para que nunca tu Gracia queda cortada en el camino a mi corazón, y siempre esté regado por tu bendición y tu compasión. Quiero ser sarmiento que vive de su Viña y que da los frutos que la Viña espera. Buenos frutos que sacian el hambre y la sed de los que se acercan a ella. Amén.

sábado, 5 de mayo de 2012

ME SIENTO MAL, SEÑOR


Y temo no corresponderte como Tú me has enseñado a hacerlo. Experimento que compartir estos momentos ayuda mucho a resistirlos, pero ¿con quién compartirlos? No es fácil encontrar a alguien cercano que te escuche y te comprenda, que te ayude a ser paciente y tolerante.

Suele ocurrir que en esos momentos me olvido de Ti, Señor. Porque no te oigo, no te escucho. Tu manera de hablar es diferente, lo haces a través del silencio, de aguantar todo mi desahogo y de estar a mi lado de forma muy paciente y callada. Y quizás yo busque desahogo con enfrentamientos, con protestas, con rebeldía, con insultos, con dar rienda suelta a mis tensiones y descargar en otros. Y Tú, Señor, no actúas así.

 No me das motivos para enfurecerme ni para revelarme. Desde el primer momento me llamas a la calma, a la paz, al sosiego, y sobre todo al perdón y al amor. Pero yo me desespero, quiero estallar, romper, violentar... No soporto la indiferencia con la que me han tratado, ni me fío de los despistes ni del olvido. Reclamo mi dignidad y mis derechos. A vuelta con los derechos, pero, ¿quién soy yo para pedir derechos? ¿Acaso tengo algo que yo me he ganado? ¿O no he recibido gratuitamente todo lo que tengo, hasta mi dignidad?

Y si Él, Jesús, que es Señor de cielos y tierra, permite ser tratado como lo ha sido en la tierra, ¿soy yo acaso mejor? Por eso, pasada la tormenta, pido perdón con lágrimas en los ojos y experimento de nuevo que su Gracia me llena, me empapa de paz y recobro la tranquilidad y el gozo de sentirme escuchado, comprendido, perdonado por sus méritos y su amor.

Es cuando comprendo que Jesús estaba ahí, muy cerca de mí. No dejaba de mirarme, de estar atento a mis palabras, a mi desasosiego, a mi rebeldía. Y no solo me escuchaba sino que también, cuando se lo permitía, me hablaba y sugería el camino a tomar. Y así ha sido. Gracias Dios mío por tanta paciencia, por permanecer constantemente presente en mi vida. Por asirme de nuevo una vez más y por regalarme el gozo de experimentar la alegría de sentir la esperanza de volver, en Ti, Señor, a empezar. Amén.




viernes, 4 de mayo de 2012

SEÑOR, TOMA MI VIDA

SEÑOR... TOMA EL CONTROL DE MI VIDA

Porque temo que la pueda perder. Sé, Señor, que el verdadero camino eres Tú, porque Tú das la vida por mí, y me acompañas hasta mi muerte, y la compartes conmigo. Nadie podrá estar como Tu, Señor, junto a mí en el momento de mi muerte. Solo Tú y yo.

Pero soy débil, Señor, y temo perderme en el camino. Mis miserias se sienten atraídas por este mundo, y en mi empeño de seguirte tropiezo distraído mirándolo. No puedo negar que el mundo me gusta, es hermoso, y todo lo que en él habita. Tú lo has creado para nuestro disfrute, pero nosotros lo estropeamos todo. Y yo no me puedo excluir, porque soy un pobre pecador.

Por eso, Señor, te pido que me tomes y no me sueltes. Si me quedo solo presiento que el Maligno me tienta y cederé a sus tentaciones. Quisiera, como Tú en el desierto, aguantar y ser fuerte, pero me temo que mis fuerzas no son suficientes para salir victorioso. ¡Necesito tu Gracia, tu Vida, Tu Poder!

Señor, no dejes que me pueda perder. Yo quiero, y Tú me amas. Coge, pues, mi vida y ponla fuera de las tentaciones que la puedan destruir. Cobíjame bajo el Manto de tu Madre. Ella venció a la orgullosa serpiente. Ponme bajo su protección.

Aquí estoy, Dios mío, confío en Ti y me pongo en tus Manos. Amén.

jueves, 3 de mayo de 2012

ES ESTE MOMENTO LO QUE TE OFREZCO

Dejo salir las palabras según las siento dentro de mí, y...

En muchas ocasiones buscamos oraciones hechas, que nos sirvan de intermediarias para exponer al Padre nuestras preocupaciones e inquietudes. Y no digo que esté mal o bien, cada cual buscará lo que mejor le sirva y ayude para ponerse en presencia del Padre, y creo que eso es lo que importa si se hace desde la verdad y la sana y limpia intención del corazón.

Sin embargo, hoy quiero compartir este momento en el que escribo, un momento que no sabía empezar, ni que oración poner en mi corazón. Y es que para hablar con el Señor no hay que buscar palabras ni preparar un discurso, simplemente querer y empeñarse en hacerlo. 

Porque el Señor, nuestro Padre, sabe de nosotros, está atento y nos recibe de cualquier forma que vengamos. Nos puede servir la parábola del hijo prodigo para recordárnoslo. Solo nos pide que seamos sinceros, humildes y confiados en su Misericordia y Bondad.

Por todo ello, en este momento, elevo mi corazón a Dios y le ofrezco mi soledad, mi desconcierto, mi apatía, mis deseos de tumbarme, de no desear hacer nada, de no cumplir con mi responsabilidad, de no... Pongo toda mi miseria en tus Manos, Padre, y confió, como el hijo prodigo, en que me aceptes, no como tu hijo, que no lo merezco, sino como tu siervo y esclavo. Amén.

miércoles, 2 de mayo de 2012

CADA INSTANTE UNA ORACIÓN

 Gracias por cada instante en que respiro. Gracias por...

Sí, porque vivir la vida de la Gracia es mantenerse constantemente en la presencia, asistido por el Espíritu, de Jesús. Presencia que se presencializa en la Eucaristía cada día bajo las forma de pan y vino, y se transforma en verdadero alimento espiritual que nos sostiene y alumbra nuestro peregrinar.

Cada momento vivido es una oración experimentada y sentida. Porque tu vivir se hace oración cuando visitas, realizas una  buena obra, escuchas, tratas de servir, de acompañar, de animar, de compartir y de acercarte a cada uno de tus hermanos. Porque en ellos se encuentra Jesús de muchas formas: alegre, triste, sufrido, herido, cansado, sediento, hambriento, necesitado, perdido, enfermo, esclavizado, dependiente, encadenado...

Todo se hace oración, porque la vida es oración, y la oración se hace vida. Aprender a orar es aprender a vivir en Xto. Jesús. Y cada instante que se vive en Él, se hace oración. Y lo que vivimos y hacemos en Él, es como si lo vivimos y hacemos al Padre, porque quien ve a Jesús, ve al Padre, y quien cree en Jesús, cree en el Padre.

Unidos digamos:
 Padre nuestro que estás en los cielos,
Santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu Reino, hágase tu Voluntad 
aquí en la tierra como en el cielo.

El pan nuestro de cada día, danos el de hoy,
perdónanos nuestras ofensas, como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación, 
más líbranos del mal. Amén.

martes, 1 de mayo de 2012

¿EL TRABAJO, UN DERECHO?

Todo joven digno y capaz debe prepararse para...

Sí, creo que toda persona tiene derecho a poder trabajar, pero eso no implica que se le tenga que buscar ese trabajo. Creo que parte del trabajo está en prepararte para buscarlo o crearlo, y ese, en mi opinión, es el gran error que nuestra sociedad, no solo en España, está cometiendo.

Mucha parte de culpa en no acceder a un puesto de trabajo radica en la mala formación y preparación que se tiene. Sí, soy consciente y me consta que hay muchas personas preparadas y formadas, sobre todo con una preparación universitaria, que cuesta mucho conseguirla, pero posiblemente no se haya hecho lo correcto.

Trataré de explicarme, no solo se trata de formarme, sino de descubrir y perfeccionar los talentos recibidos para ponerlos al servicio del bien común, y de ese servicio obtener lo necesario para el sustento digno de la vida. Quizás se gaste mucho tiempo y esfuerzo en prepararse y formarse para lo cual no estoy debidamente dotado, y luego, en esas condiciones se hace muy difícil acceder a un puesto de trabajo.

Muchos sabemos de abogados, economistas, médicos y...etc., que terminadas sus carreras, en algunos casos con buenas notas, no tienen aptitudes para integrarse en el mercado laboral y desempeñar su licenciatura. En la mayoría de los casos aspiran a unas oposiciones y un puesto estatal o empresarial. Y, sí, es verdad, que para eso no hay para todos. Todos no podemos trabajar en lo mismo.

Es necesario descubrir para que estoy mejor dotado y en eso aplicar mi esfuerzo para luego conseguir o crear un puesto de trabajo. Y eso es lo que debemos reivindicar que se haga en los colegios, institutos y universidades, para que los alumnos sean orientados hacia desempeñar y preparar sus mejores cualidades. De esta forma, el mercado laboral estaría mejor servido y sería más amplio y creativo.

Son los responsables de la formación, a la cabeza el Ministerio de Educación, y también las familias, los que debemos llevar a cabo esta labor. Y no hay mejor oración que proponernos esto en estrecha relación con el Espíritu Santo para que nos oriente y nos capacite para tal labor. La oración es un binomio de palabras y obras.

Hoy mismo, Jesús nos propone sus obras como pruebas y testimonio que corroboran lo que dice con su Palabra. Lo mismo nosotros deberemos hacer en nuestra vida: "Orar y trabajar", viene muy bien para celebrar así este día del trabajo. 

Pidamos luz y fuerzas para que nuestra vida sea armónica y responsable, y que el pan que necesitamos sea resultado de nuestro esfuerzo y trabajo. Todos juntos podemos estrechar nuestras manos y pedirle al Padre nuestro pan de cada día, tal y como Él quiere. Amén.