Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 14 de julio de 2013

SÉ QUE ME FALTA MUCHO



Y eso no es una mala noticia, sino la conciencia de saberme pecador, lo que realmente soy, pero en la esperanza de saberme también amado, perdonado y redimido. ¿No es maravillosa y buena la noticia? Saberse perdonado, amado y salvado eternamente es para volverse loco de alegría y de dicha. Es lo lógico y de sentido común, pero ocurre y se nota que no hay muchos locos contagiados por esa noticia.

Ayer, en la mañana, oía a un sacerdote que cuando descubrió a Jesús y tomó conciencia de su presencia real en él, paró el coche en un semáforo y bajándose gritó a los cuatro vientos que se sentía el hombre más feliz del mundo. Entonces fue como después de un tiempo de duro discernimiento concluyó que su llamada iba por el sacerdocio. Y ayer lo confirmaba en una entrevista que le hacían por Radio María.

Sí, sé que me falta mucho, pero eso no puede con mi esperanza en llegar a compartir mi amor al estilo del que Jesús cuenta en la parábola del buen samaritano. Un amor que se extiende a todos los hombres, fuera de razas, de pueblos o etnias... Un amor que incluye y no excluye.

En Él puedo conseguirlo, porque su Amor me transforma y me convierte cada día. Por eso, hoy, desde este humilde rincón te suplico, Señor, que conviertas mi corazón como el del buen samaritano. Para que mis sentimientos no se ahoguen sino emerjan en la esperanza de darme sin condiciones en amar como Tú me amas. Amén.


sábado, 13 de julio de 2013

PALABRAS Y HECHOS




No puedo amarte Señor si no soy capaz de amar a aquellos que son parte de mi vida, de mi entorno, de mi pueblo, de mi época y tiempo, de... En la medida que vivencie mi amor entre ellos, estaré proclamando también mi amor a Ti. Y no porque mis palabras lo proclamen y pregonen a los cuatro vientos, sino porque tu Vida se hace vida en mi y se concreta en el acontecer diario de cada día.

Necesito tu Gracia, Padre mío, para ser capaz de derramar todo el amor que Tú has puesto en mi corazón. Sin Ti no podré hacerlo, porque eres Tú quien hace que mi vida tenga dignidad y valor infinito. No valen mis obras por mí, sino porque provienen de Ti. Tú eres la fuente que les da valor y dignidad.

Mueve mi vida, Señor, y dame la valentía de proclamarte no solo con mis palabras sino también con mis hechos. Todo quedará al descubierto, y nada permanecerá en la oscuridad. Dame la sabiduría de saber escribir la historia de mi vida con tus Palabras, Padre mío, y confirmarlas con mi testimonio.

viernes, 12 de julio de 2013

¿CÓMO SOPORTAR EL PELIGRO Y AMENAZA DE LOS LOBOS?



Esa es mi pregunta Señor, ¿cómo caminar con esa angustia, amenaza y peligro? ¿Puedo acaso con la prudencia, la sencillez y buenas intenciones vencer la codicia, la avaricia, la soberbia y el egoísmos de los hombres? ¿Puedo, incluso, llegar a amarlos y perdonarlos aun sabiendo que peligra hasta mi vida? ¿Y cómo me lo pides a mí siendo yo también uno de ellos?

Como ves Señor, me hago un lío de confusiones que me debilitan y me hacen insoportable el camino. Sin embargo, Tú, firmes como una roca, me sostienes y prometes que si persevero me salvaré. ¿Por qué no soy capaz de creerte? ¿Por qué me fe se tambalea? ¿Acaso quiero un camino cómodo, fácil o sin muchos problemas? ¿O quizás sea que los problemas los quiero elegir yo y resolverlos yo?

Sí, Señor, creo que soy yo el problema que dificulta que tu Gracia pase a mi corazón, y que el camino, aún comprometido e incómodo, sea un camino de gozo y alegría como nos ha dicho el Papa Francisco. Y yo, a pesar de mis dificultades y problemas, me empeño en creerte, en seguirte porque creo en tu Palabra. Sé, Señor, que tu Palabra se cumple, siempre se ha cumplido, y me basta. Tú eres mi salvación y en Ti pongo toda mi vida.

Dame las fuerzas que necesito para nunca desfallecer y para hacer el camino, a pesar de lo pesado e incómodo que resulta, con la esperanza de que Tú vas conmigo y que de las espinas renace el gozo y la alegría.