Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 15 de julio de 2014

CUANDO LA TIERRA SE ENDURECE



Señor, Tú sales todos los días a la siembra, y tu Palabra es sembrada en todos los corazones. ¡Qué buena semilla es tu Palabra! Nos habla de igualdad, de justicia, de fraternidad, de paz y de amor. Nos hermana y nos hace hijos tuyos y hermanos de tu Hijo, por lo que somos coherederos con Él de tu Gloria. No hay dicha mayor, ni regalo, ni más grande ni más hermoso.

Pero, muchos no somos capaces de entenderlo, o de descubrirlo. Nos atrae y nos gusta, pero nos quedamos entre dos aguas. Somos tus discípulos en ciertos momentos, pero no lo somos tanto en otros ciertos momentos. Jugamos a dos cartas, una la de la Iglesia y la piedad, y otra la del mundo, mis intereses y mis satisfacciones. Porque no estamos convencido de tu Palabra. Sí, la entendemos, pero a media...

Quizás estemos, como Corozaín o Betsaida, ciegos y sordos por las luces y ruidos del mundo que nos impide ver y oír tus Testimonios y Palabra. Y nuestra respuesta queda a media, una a Ti y otra al diablo. ¡Y no quiero decir que, relajarse, distraerse y divertirse un poco sea malo! ¡Es más, creo que lo necesitamos!, pero cuando el amor de Dios mora dentro de nosotros, sale y se nota hasta para los ciegos. Pero sobre todo contagia.

Porque se percibe y se huele su paz, su cercanía, su bondad, su aroma de buenas intenciones y de rectitud. El amor huele a amor cuando es verdaderamente amor. Si no desprende ese olor, seguramente es que es un amor disfrazado de apariencias, de mentiras o de cierto tufo de inseguridad y de descompromiso. Es un amor enraizado en tierra dura, seca, donde la raíz no profundiza y muere instalada en la rutina de una vida cómoda, sometida, indiferente y resignada a vivir en la mediocridad hasta la hora de vernos arrojados por el precipicio.

¡Oh Señor, danos la capacidad de abrirnos a tu siembra y dejarnos penetrar hasta la profundidad de nuestro corazón para fecundar, morir a la semilla de tu Palabra y dar frutos según tu Voluntad!

lunes, 14 de julio de 2014

LA ELECCIÓN ESTÁ HECHA, PERO EXPERIMENTO DEBILIDAD PARA SEGUIRTE



Esa es la verdadera razón, mi humanidad caída y débil. Porque, sí, Señor, he decidido seguirte hace ya mucho tiempo. Desde mi juventud, quizás con cierta indecisión, me planteé seguirte. Y lo he hecho a trancas y barracas. Unas veces más cerca y otras más lejos, pero siempre con la inquietud de responder a tu llamada y a tus indicaciones.

Sin embargo, experimento fracaso, y suplico perdón y misericordia. Es verdad que mi decisión ahora, ya de mayor, es más firme y decidida, pero sigo experimentando debilidad y tentaciones con las que libro cada día unas enormes batallas. Sé que la guerra está ganada si me mantengo unido a tu Espíritu, pero, por la libertad que me has regalado, don precioso, el esfuerzo de cada día se me hace difícil y duro. Por eso te lo pido a diario en el Padre nuestro: "dame el pan de cada día..."

Y sé con seguridad que ésta es la tónica de mi camino. Una lucha constante de batallas que me llevaran a ganar la guerra de llegar a tu Casa Señor. Pero necesita hacerla contigo. No puedo tomar yo la iniciativa y enfrentarme solo a la batalla. Necesito ir contigo y bien asistido por tu Espíritu. Así no tendré, aunque pase momentos difíciles y de sufrimientos, nada que temer.

Dame constancia y perseverancia para mantener Señor esa lucha de cada día con la Gracia de tu Espíritu, para fortalecido por ella, no sucumbir a las debilidades y tentaciones del camino. Amén.

domingo, 13 de julio de 2014

¡RIEGA MI COSECHA SEÑOR!



Miro para el cielo y barrunto el agua que necesita mi tierra para que los frutos puedan nacer, crecer y madurar. Pero no es sólo agua, también necesita cuidados, buenos abonos y cultivarlos bien. Hay muchos peligros en el tiempo para hacerse fruto: plagas, calor, vientos, enfermedades... ¡Depende de tantos factores que se necesita mucho esfuerzo y perseverancia.

¡Y cuando todo se ha hecho bien, con esmero y atención, resulta que una tormenta de viento o calor arrasa todo y arruina los frutos de la cosecha tan bien atendida! Así resulta mi vida Señor, cuando menos lo espero, el mundo saca su oferta de bienestar, de comodidades, del disfrute fácil y cómodo que me tienta y me invitan a dejarla a merced del viento, del calor y del pecado. Todo el esfuerzo anterior derretido por el placer de unos minutos y malgastado en el derroche de unos frutos pasados y podridos.

¡Riega mi cosecha Señor! No me dejes solo frente a mi propia tierra, porque no soy buen agricultor y, a pesar de mis esfuerzos, lo echo todo a perder en poco tiempo. Necesito tu Gracia, tus consejos, la fortaleza de tu Espíritu para mantenerme firme, pendiente a pie de mi tierra y, permanentemente, abonarla, cultivarla y mimarla con el calor de tu Gracia y tu Amor.

Dame la constancia y perseverancia de salir todos los días al campo de mi huerto para, sin desfallecimiento y con esperanza, cultivarlo con la asistencia de tu Espíritu para que dé los frutos que Tú esperas. Amén.