Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 5 de abril de 2015

AHORA, NUESTRO VEHÍCULO DE CONTACTO, SEÑOR, SERÁ LA ORACIÓN



Ya no te veremos más, Señor. Supongo que eso pensarían los apóstoles una vez ascendido a los cielos, pero la presencia y acción del Espíritu Santo nos acompaña y nos mantiene en contacto. La oración es el vehículo que nos pone en relación y sostiene nuestra intimidad, Señor. Y una cosa quiero aprovechar ahora para pedirte, Señor. No dejes más tiempo mis oídos sordos a tu voz.

No me importa que no oigan las cosas del mundo, pero si me importa mucho oírte a Ti. A veces mis oraciones se convierte en un monologo, y aunque trato de escucharte, mis oídos no escuchan ni entienden nada. ¿Es qué no me hablas, Señor? ¿Es qué yo no sé escucharte, Dios mío? ¿Por qué no te oigo?

Es posible que no me interese oírte, porque aunque Tú me digas algo, yo solo tengo oídos para hacer lo que me resulta más fácil, o lo que no me crea dificultades. ¿Y para qué hablar? Sin embargo, sé que Tú, mi Señor, no eres así. Porque tu Amor no tiene límites ni se cansa nunca. Siempre insistes y me hablas. Y yo quiero escucharte, pero no logro aclararme o me propongo hacer cosas que me sobrepasan.

Dame, Señor, la Luz de tus Ojos, y como a Bartimeo y otros ciegos abre mis ojos y oídos para escuchar tu Voluntad y no la mía. Dame Señor la capacidad de ser paciente, atento y perseverante, y no desistir aunque mis oídos sigan sordos. Esperaré Señor a que Tú quieras y decidas abrírmelos y pueda escuchar tu Palabra. Amén.

sábado, 4 de abril de 2015

DÍA DE SILENCIO Y ESPERANZA



Es un día triste, triste porque Jesús ha muerto en la Cruz. Pero también un día de gozo y de alegría porque esperamos la Resurrección del Señor. Es necesario que haya muerte para que también haya Resurrección. La muerte da tristeza, pero en Jesús es simplemente un paso hacia la alegría y felicidad eterna.

Desde ese momento, los cristianos sabemos que la muerte es simplemente un paso hacia la Vida. Una Vida nueva, gozosa y eterna. Eso supone tristeza, porque la muerte es separación y lejanía mientras caminemos por este mundo, pero, al mismo tiempo, supone alegría y gozo, porque tras la muerte está la Resurrección. Y eso supone el nacimiento a una vida nueva y plena para toda la vida.

Gracias, Señor, por la fe que nos mantiene y nos fortalece para continuar el camino, y por la esperanza de esperar la Resurrección. En ella se fundamenta nuestra fe, y encontramos el valor para superar todos los obstáculos que nos salen al paso. Gracias, Señor, por todos los estímulos e impulsos que, en y por Ti, recibimos de tu santo Espíritu, y con su asistencia nos llenamos de las fuerzas necesarias para continuar el camino.

Hoy, recordando aquellos momentos históricos, esperamos, en silencio, el momento de proclamar la hora de tu Resurrección. Y te pedimos la paz, sabiduría y fortaleza que nos dé la perseverancia para permanecer y continuar en tu Amor.

viernes, 3 de abril de 2015

NO ES FÁCIL ORAR EN ESTOS MOMENTOS



No es fácil orar en estos momentos. No es fácil orar, porque todo lo que te diga, Señor, no sirve de consuelo. No sirve de consuelo porque no es algo pasado, sino algo que se hace presente cada día en mi vida. Es el reflejo de mi propia vida si quiero seriamente seguirte. Tengo que cargar con mi cruz. Sé que no es la tuya, pero es una cruz que tiene su peso y para mí debe representar también sacrificios y sufrimientos.

¡Cuantas cosas tengo que renunciar! Y no se trata de renuncias de privarme de algo material o comodidad. ¡No! Se trata de la renuncia a mis egoísmos; a mi soberbia; a mi vanidad; a mí ambición; a mis preferencias, apetencias y, sobre todo, a mis ideas. Se trata de caminar, no a mi ritmo, sino al ritmo que tu marcas, Señor. Se trata de hacer de tus ideas, mis ideas. Y eso da más dolor y sufrimientos, y es más costoso que desprenderse de cosas.

Hacer oración en clave de renuncia y disponibilidad es muy difícil y duro. Pero es la verdadera oración, el último escalón de la escalera donde ya no eres tú quien vive en ti mismo, sino es Él que vive en ti. Lo experimentó Pablo y lo dijo. Por eso, Señor, esa es la oración que quiero yo hacer y la que me gustaría. Pero, es la que quizás no hago. Y eso descubre que mi fe no es lo suficientemente comprometida y madura.

Te pido, Señor, que aumentes mi fe. Te pido, Señor, aunque lo haya dicho muchas veces, que me des la sabiduría de saberte escuchar, y, a pesar de que no te entienda del todo, seguir tu Palabra y tus mandatos. Te pido, Señor, que me llenes de paz, paz de la Tuya, de la que no desespera y confía; de la que sabe que estando contigo y en tus Manos, todo saldrá bien y nada hay que temer.

Y te pido, Señor, fortaleza. La fortaleza de, a pesar de sentir miedo y dolor, no retroceder ni un ápice en seguir el camino que tu Espíritu me ha trazado. Porque Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.