Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 17 de abril de 2015

CONFIESO SEÑOR QUE SOY EGOÍSTA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS 




No me mueve mi corazón para quererte, como diría santa Teresa, sino me mueve mi egoísmo, digo yo, por ver que Tú, Señor, tienes poder para salvarme y liberarme de la muerte de este mundo. En el fondo de mi corazón te busco porque Tú me das salvación y eternidad. Y me descubro pecador. Experimento mi pecado y te pido perdón.

Y te pido que me muevas, no por el cielo que me tienes prometido, sino por verdadero amor. Sé que eso no está en mi poder, sino en tu Gracia y por tu Misericordia. Y confío en que, Tú, Señor me lo quieres dar, porque sólo Tú puedes hacerlo y me lo has demostrado cuando te entregas a una muerte de Cruz por limpiar mis pecados y rescatarme para tu Padre.

En el Evangelio de hoy me lo demuestras cuando adviertes y procuras satisfacer mi hambre material. Te preocupas por cada uno de nosotros, y nos das lo que necesitamos. También nos darás la salvación del alma. Por eso, confiado en tu Amor, y conocedor de no merecerlo, te pido, Señor, que por tu Misericordia transformes mi corazón egoísta en un corazón generoso, abierto y dado a compartir con los demás por amor. 

Límpiame de las segundas intenciones que esconden intereses egoístas y que descubren mi pobre humanidad pecadora. Porque solo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna y poder para transformarme a tu imagen y semejanza. Amén.

jueves, 16 de abril de 2015

¿QUÉ ME OFRECE EL MUNDO?



Sabido es que el mundo es el lugar donde vives. Has llegado a él y no sabes muy bien por qué. Quizás ese sea tu primer interrogante. ¿De dónde vengo? Pero en la medida que transitas por él, vives experiencias que van determinando y modelando tus ideas y tus criterios. Es decir, tu fe.

Porque creer hay que creer. Crees cada día que te levantas y empiezas una nuevo tiempo de tu vida; crees cuando el día anterior te has dormido pensando en hacer nuevas cosas al día siguiente, porque crees que despertarás; crees cuando entras en un café y tomas algo que no te van a envenenar; crees durante todo el tiempo que vives, porque, una pregunta es clara y evidente, tienes que creer. Es más, diría, es obligatorio creer.

Ahora, la pregunta que viene es más trascendente y más vital. Porque de ella dependerá toda tu felicidad y tu vida. Es el tesoro que llevas dentro de ti mismo y que tratas, muchas veces sin advertirlo, de buscar ardientemente toda tu vida. ¿En qué creo? Porque el mundo por el que empiezo a moverme, también, a lo largo de mi vida, empieza a cansarme. Sus respuestas son siempre más de lo mismo, y sus espacios y encuentros de felicidades llegan hasta producir el efecto contrario. Incluso, cuanto más tengo experimento que menos disfruto.

¿Y la muerte? Porque advierto que muchos me han dejado, y experimento que a mí también me tocará un día. Y sin darme cuenta, se acerca ese día. Luego, ¿cómo voy a pasar este tiempo de mi vida? Una conclusión es clara: "Aquí en este mundo no está ni la felicidad ni la verdad" Hay que buscarla en otra parte.

¿Por qué no probar en otra parte? ¡Si existe otra parte! Una propuesta: Jesús, a quien yo llamo el Señor, mi Señor, nos habla de una propuesta. Quizás esa te puede clarificar que haces en este mundo y cuál debe ser tu camino. 

Si tienes un rato, escúchale: Juan 3, 31-36 (de la Biblia). Escucharle es también una manera de orar.

#fe

miércoles, 15 de abril de 2015

ME OLVIDO, SEÑOR, Y PIERDO EL RITMO DE TUS PASOS



Sin darme cuenta, Señor, me olvido de Ti. Cuando tomo conciencia de mi olvido descubro que Tú no estás a mi lado. No porque Tú te hayas ido, sino porque yo te he dejado. A pesar de saber que sin Ti nada puedo, prevalecen, muchas veces, mis ideas, y una y otra vez me empeño en ponerlas delante de las Tuyas.

¡Y así me va! Fracasos y fracasos. Quizás aparentemente no lo parezcan, pero no tarda en aparecer el engaño y la falsa ilusión. Porque todo lo que no nazca de Ti, Señor, es caduco y no se sostiene. Tú sostiene el mundo y si lo sueltas se cae abajo. Y yo quiero mantenerme en él con sentido y esperanza, y eso solamente me lo das Tú, Dios mío.

Por eso, hoy te digo una vez más la necesidad que tengo de Ti. No porque yo me empeñe en decírtelo, sino porque si me aparto de Ti, ¿a dónde voy, Señor? Solo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Las cosas de este mundo son simplemente cosas. Cosas que nos alegran la vida y nos dan alegría, pero cosas. Cosas que van y vienen y en el tiempo desaparecen.

Cosas que no terminan por llenarnos, por darnos la paz que nos invade de serenidad, sosiego y alegría eterna. Solamente Tú nos das eso que todos buscamos. Pero somos pecadores, ciegos e ignorantes que llegamos a perderte por un puñado de monedas. Y no queremos, Señor. Danos la paciencia, la prudencia y la sabiduría de saber esperar y confiar. Nunca perder la confianza en el Espíritu Santo que nos acompaña y nos asiste.

¡Dios mío!, sabemos que por nosotros no podremos alcanzarte, y queremos ponernos en tus Manos para que Tu Espíritu nos alumbre el verdadero camino que nos mantenga toda nuestra vida en este mundo junto a Ti. Amén.