Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 22 de abril de 2016

CREEMOS Y ESPERAMO EN TI, SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



Señor, a pesar de nuestras deficiencias, debilidades, errores, vicios y pecados, nuestras esperanzas están puestas en Ti. Porque sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna y en Ti ponemos todas nuestras esperanzas. Tú nos dices que has ido a prepararnos un lugar, porque en la Casa de tu Padre hay muchas mansiones. Y que volverás para llevarnos contigo a ese lugar y, junto a Ti, viviremos para siempre.

No se puede pedir más, Señor. ¡Qué alegría! A veces pienso, a pesar del temor y la incertidumbre, que será maravilloso el momento y la hora de la muerte, porque es el instante de nuestro encuentro contigo y la hora de ocupar esa hermosa mansión que nos tienes preparado junto a Ti. ¡¡No puede haber momento más hermosos!!

Que diferencia de ver la vida. Eso ya es un gozo y una esperanza. Mientras los que no creen en Ti sienten desesperación y miedo a la hora de su muerte y viven en la desesperanza, nosotros amamos, aunque no nos demos cuenta, el momento de la partida para reunirnos contigo. Desde esa esperanza entiendo ahora los versos de Santa Teresa: "Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero".

Sosténnos, Señor, siempre en el verdadero y único Camino que Tú nos señalas con tu Vida y tu Verdad, porque has venido para eso, para salvarnos e indicarnos con tu Persona y tu Vida el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

jueves, 21 de abril de 2016

SERVIR ES DIFERENTE DE HACER



Se hacen muchas cosas y caemos en el peligro de valorar por aquello que se hace. Mal asunto, porque llegará un día que no servirás para hacer, pero seguirás siendo hijo de Dios. Si valoramos por lo que hacemos, que Dios nos salve, porque estamos equivocados. Ese es el camino para llegar donde nos quieren llevar muchos, el aborto y la eutanasia.

Porque nos catalogamos como seres útiles e inútiles; personas que producen y personas que no producen. Perdemos la óptica del amor. Todo en función de la productividad y del beneficio. ¡Dios mío, es la sociedad que estamos formando sin darnos cuenta! Y estamos avisados. Hoy el Señor nos lo pone bastante claro: En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado.

Esa es la medida del valor. Toda persona vale por ser hija de Dios, y no por lo que pueda aportar o dar a la sociedad. Porque, en definitiva, todo es de Dios. Todo nos ha sido dado para entregarlo y disponerlo al servicio de los demás. Este ordenador que ahora escribe, lo hace para servicio del Señor en el servicio a los demás que puedan leerlo y serle útil. Y esto, un servidor, nunca mejor dicho, no puede dejarlo por capricho, por cansancio o porque ya no le gusta. Todo es, no para la gloria del que escribe, sino para Gloria de Dios.

Nadie tiene por qué gloriarse de nada, porque nada le pertenece. Pidamos, pues, al Señor esa sabiduría y paz que nos haga comprenderle en la acción del Espíritu Santo que nos auxilia. Abrámosle nuestros corazones para que su Luz entre plenamente y nos llene de fortaleza para vivir lo que el Espíritu nos enseña y nos revela. 

Que sepamos hacer para servir, no hacer para gloriarnos y servirnos. Ahí está la diferencia. Diferencia que sólo se puede discernir y encontrar desde la acción del Espíritu Santo en nuestros corazones. Pidamos realmente esa Luz porque ese es el único y verdadero Tesoro que merece la pena encontrar. Amén.

miércoles, 20 de abril de 2016

VIVIR EN LA ESCUCHA Y VIDA DE LA PALABRA




El camino está claro: la escucha de la Palabra acompañada del esfuerzo de vivirla. Confiado en el auxilio del Espíritu Santo y de las fuerzas que de Él recibimos en la vivencia de cada día de su Palabra. Ese es el Camino, y no hay otro. Porque nuestro juicio será el de la vivencia de la Palabra, es decir, el de acomodar nuestra vida al estilo de vida de la Palabra de Dios.

Será la Palabra la que no juzgue. O lo que es lo mismo, estamos siendo juzgados cada dí en la medida que nuestra vida se amolde a la Palabra, o se aleje de la vivencia de la Palabra. Es decir, de que creamos en el Señor, o le rechacemos. Y eso, claro, vuelta a lo mismo, dependerá de conocer que dice su Palabra y que nos señala como estilo y acciones de vida. Cada cual deberá tener su hilo directo con el Espíritu Santo para caminar por los caminos que el Señor le indica de acuerdo con la Palabra.

Porque: Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí. Por eso gritó el Señor, porque necesitaba decirlo claramente, y bastante claro que lo dejó dicho. 

Por eso, Señor, desde este humilde ricón de oración, te pedimos sabiduría y fortaleza para seguir, paso a paso, día a día, esfuerzo tras esfuerzo, en tu compañía y auxilio de tu Gracia, el camino que el Espíritu nos señala, conscientes de que somos débiles y pecadores y necesitamos toda la Misericordia de tu Amor.