Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 25 de agosto de 2016

APRENDIENDO A AMAR A CADA INSTANTE


No es cuestión de algunos cursos, ni de una serie de catequesis. Quizás, ambos, nos pueden ayudar para iniciarnos en el camino, pero, la palabra lo dice, camino. Y el camino no se acaba hasta, llegada la hora, recibir al dueño que anuncia su llegada.

Si bien, no sabemos el día ni la hora. Y eso significa, no que sólo debemos estar vigilantes, sino que nuestro camino es andar y andar. Pero, andar amando. Porque es el amor lo que Jesús, el Amo que vendrá a su hora, lo que espera encontrar y recoger de cada uno de nosotros. La cosecha está clara:  frutos de amor. Y el cultivo también: amor, amor y más amor.

Esa es la vigilancia que hoy el Evangelio nos quiere advertir. No dejemos de amar. Y amar es estar atento a cada instante de nuestra vida a dejar pasar la Luz que llena nuestro corazón y derramarla en dulzura, escucha, comprensión, amabilidad y servicio. Pero, también en reprimenda, cuando la ocasión lo exige, porque el amor es a veces duro, inflexible y exigente cuando la vida se pone en peligro y el amo puede encontrarte distraido y no haciendo lo que debes.

Estamos hechos para amar, porque cuando amamos experimentamos gozo, satisfacción y felicidad. Y cuando hacemos lo contrario, nos sentimos mal y a disgusto. Pidamos al Señor estar siempre en actitud vigilante de amor. O lo que es lo mismo, de servicio, de atención, de justicia, de verdad, de misericordia, porque son esas actitudes las que el Señor espera recoger de nosotros.

No simplemente alabanzas, ni cumplimentos, ni rosarios, ni novenas, ni exaltaciones que dicen ¡¡Señor Señor!! Y eso no significa ni quiere decir que todas estas cosas no se hagan. Al contrario, son buenas y debemos hacerlas, pero para ser y vivir lo otro, es decir, la justicia, la misericordia y la fe. Amén.

miércoles, 24 de agosto de 2016

LLAMADOS A VER COSAS MAYORES



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Es promesa de Jesús, y su Palabra siempre tiene cumplimiento. De modo que, veremos cosas mayores. Y, de hecho, las estamos viendo, porque, ¿no es un milagro nuestra comunidad bloguera? ¿No es un milagro que nuestra fe se sostenga día tras día? ¿Y no es un milagro que la Iglesia siga firme y presente en el mundo pese a las persecuciones de todos los tiempos y de los actuales?

Lo que debe importarnos es responder a esa llamada de Jesús como lo hizo Natanael. ¿Somos nosotros personas sin dobleces, sin segundas intenciones? ¿Somos personas de las que se puede fiar otro? ¿Somos personas sinceras, transparentes y cargadas de buenas intenciones y limpio corazón? Porque para responder al Señor necesitamos tener un corazón de esa magnitud.

Por eso, y por muchas más cosas, Señor, te pedimos que nos transformes y nos des un corazón como el de Natanael, cargado de buenas intenciones y de honradez. Un corazón capaz de abrirse a la verdad y rendirse ante lo justo y verdadero. Un corazón capaz de descubrirse y proclamar: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».

Danos, Señor, la Gracia de poder proclamar tu Palabra y confesarte como el Hijo de Dios a todos los hombres que caminan en nuestra vida. Abre mi vida a la verdad y justicia, para que transmita verdad y justicia y transparente tu Palabra, Señor, para que todos los hombres te conozcan como el Hijo de Dios Vivo. Amén.

martes, 23 de agosto de 2016

SEÑOR, NOS SABEMOS DEBILES PARA HACER TU VOLUNTAD



Muchas veces preferimos las normas y los cumplimientos que la justicia y la misericordia. Porque detrás de las normas y leyes sólo hay el cumplirlas, pero detrás de la justicia y la misericordia se abre un abanico de posibilidades que te exigen discernir y renunciar o morir a muchos de tus intereses y proyectos.

Ser justo exige aplicarte tu mismo la ley que aplicas a otro. Y ser misericordioso es perdonarte de la misma forma que perdonas a otro. De modo que acabas con tus privilegios y te pones a la misma altura que los demás. Y es más fácil cumplir con una ley que exigirte tú mismo ser fiel, justo y misericordioso.

Es lo que sucede con muchas personas. No solas aquellas que vivieron en la época de Jesús, sino también los que vivimos ahora. No nos cuesta mucho establecer leyes, ni tampoco cumplirlas, aunque eso tenga algo más de dificultad, pero se nos hace más difícil ir más allá de la letra y aplicarlas a nuestra vida con justicia, misericordia y fidelidad.

Y, hoy, Señor, queremos pedirte que nos des esa Gracia de saber discernir y cumplir. Te pedimos la voluntad para ser responsable y aplicar la Ley en toda su sustancia en nuestras vidas. Que no nos limitemos a meramente cumplir sin más, sino que miremos para lo más importante y sustancial, que es el amor. Porque cuando se ama se es justo, misericordioso y se tiene fe. Y todo lo demás viene por añadidura.

Gracias, Señor, por advertirnos nuestros pecados y por señalarnos lo que verdaderamente importa. Te pedimos que, agarrados a Ti y por la acción del Espíritu Santo, podamos ser fieles, justos y misericordioso para, no sólo quedarnos en el cumplimiento, sino que seamos capaces de vivir nuestra vida según tu Palabra. Amén.