Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 5 de diciembre de 2016

AYÚDAME, SEÑOR, A DESCUBRIR MIS PARÁLISIS

No sólo existen parálisis corporales, sino, y son peores, parálisis espirituales. Peores porque se esconden en las apariencias y en las mentiras. Y porque también se nos hace difícil descubrirlas. Por eso, Señor, ayúdanos a reconocernos también paralítico y a pedirte que nos cure ese tipo de parálisis. La parálisis de nuestros pecados que nos apartan de Ti.

Y ese tipo de enfermedad es más grave y terrible, porque nos pierde para la vida Eterna. Podemos perder el cuerpo, pero por tu Misericordia y Gracia, Señor, volvemos, en la resurrección, a recuperarlo. Pero si lo que perdemos es el alma, esa ya no la volveremos a recuperar y la perderemos para siempre. Debemos tener mucho cuidado con aquellos que, no sólo matan el cuerpo, pero que también pueden matar el alma.

Creemos en Ti, Señor, y creemos que nos puedes perdonar los pecados. Es más, es lo que te pedimos que pongas como prioridad en nuestros corazones. Así como los ciegos, Evangelio del viernes, Mt 9, 27-31, persiguieron a Jesús hasta lograr que los curara de su ceguera. También nosotros, Señor, queremos insistir y seguirte, como aquel paralitico, sin regatear esfuerzos para pedirte que nos cure de nuestras parálisis de pecados.

No queremos pararnos ni desfallecer, e insistir como Tú nos has dicho en otro momento. Danos, Señor, la fuerza perseverante de sostenernos fieles y firmes a tu Palabra y fortalece nuestra fe para que se sostenga sin titubeos ni vacilamientos. Ayúdanos a descubrir nuestras enfermedades espirituales, nuestra pobreza de espíritu y a curarnos de esa parálisis que nos enferma el alma y nuestra esperanza y nos debilita nuestra fe.

Aumenta, Señor, nuestra confianza, nuestra esperanza y, sobre todo, nuestra fe, para que como aquel paralitico, tomemos nuestra camilla de la fe y te sigamos sin titubeos ni desfallecimientos. Amén.

domingo, 4 de diciembre de 2016

HORA DE CONVERSIÓN: PALABRA Y VIDA

La conversión no es reconocer al Señor como nuestro Mesías y Salvador. Eso es un paso, para la verdadera conversión exige un cambio de vida que nos lleva a vivir lo que creemos. Es lo que descubrimos en el Evangelio de hoy cuando Juan el Bautista reprocha a los fariseos y saduceos cuando se acercan para ser bautizados: «Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira inminente? Dad, pues, fruto digno de conversión, y no creáis que basta con decir en vuestro interior: ‘Tenemos por padre a Abraham’; porque os digo que puede Dios de estas piedras dar hijos a Abraham. Ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo os bautizo en agua para conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo y va a limpiar su era: recogerá su trigo en el granero, pero la paja la quemará con fuego que no se apaga».

Pidamos que no seamos nosotros paja en el granero, sino trigo recogido del fruto, y que nuestra conversión no se pare ni se detenga por las inclemencias de aquellos que rechazan la Palabra de Dios. Pidamos ser parte de la cosecha recogida por el Señor y que estemos nosotros ahí contenidos por haber respondido a su Palabra con nuestro esfuerzo de conversión de cada día.

Pidamos ser perseverantes y capaces de permanecer fieles al Señor, a pesar de nuestras debilidades y caídas ante las tentaciones de este mundo. Que este tiempo de adviento sea un tiempo propicio para la reflexión y preparación, que nos refuerce más para hacerle cada día un lugar más confortable, espacioso y dócil a la llamada del Espíritu que nos interpela y nos convierte. 

Que nos dejemos intervenir por la acción del Espíritu para cumplir fielmente nuestro compromiso de Bautismo. Amén.

sábado, 3 de diciembre de 2016

ID Y PROCLAMAD QUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA

No podemos callarnos ni quedarnos pasivamente cruzados de brazo. Necesitamos salir de nuestra propia tierra y sembrar la semilla del Evangelio que llevamos, a su vez, sembrada dentro de nosotros mismos. Pero, no sólo sembrar, sino también cuidar y pastorear gratuitamente, injertado en el Espíritu Santo, y llevándola a la vida.

Porque no se trata de decir: "Señor, Señor... sino de hacer la Voluntad del Padre. Y esa no es otra sino la voluntad del amor. Pidamos, pues, la fortaleza, la paz y sabiduría de proclamar, de palabra y vida, la Palabra del Señor. Pidamos que nuestros actos respondan a nuestras palabras y que no nos sean indiferentes todos aquellos que sufren y lo pasan mal.

Pidamos que nuestra palabra sea una palabra de salvación, no sólo para el cuerpo enfermo, sino también ,fundamentalmente, para el alma. Y que todo eso lo hagamos de forma gratuita y desinteresada. Sólo por amor, tal y como lo hemos recibido, nuestras obras tendrán su justo valor. Pues, no siendo así, el precio recibido ajusturá ya su recompensa.

Abramos nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo, y dispongamos nuestra entrega y disponibilidad a dejarnos moldear por su Palabra y su Gracia, para que de la misma forma seamos también nosotros capaces de transmitir, gratuitamente, todo lo recibido. Amén.