Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 12 de abril de 2017

EXPERIMENTAMOS ABANDONO

También nosotros experimentamos abandono. Un abandono de nuestras propias fuerzas; un abandono que nos viene propiciado por nuestras propias debilidades; una abandono derivado de nuestras propias tentaciones. Y hay alguien que está al acecho para aprovechar ese decaimiento y alejarnos, debilitarnos y sumergirnos en esa voluptuosidad mundana que nos aguarda.

Porque cuando nuestras fuerzas se debilitan y la oscuridad nos embauca, todo se vuelve negro y nos abandonamos a la deriva que el mundo nos propone. Y en ese alejamiento perdemos nuestra perspectiva y nuestra dirección.Y el norte de nuestra vida se desdibuja y nuestro rumbo se desorienta y nos pierde.

Pidamos que eso no ocurra en nuestras vidas. Pidamos que siempre permanezcamos alumbrados por la Luz del Espíritu Santo, y que, inmersos en la comunidad, sepamos perseverar, ser pacientes y sostenernos en la presencia del Señor. Incluso en los momentos más confusos y de desasosiego.

Danos, Señor, la constancia, la valentía, la fortaleza y la sabiduría de saber ser fiel a tu Palabra. Danos las virtudes de la humildad, de la sencillez, de la paciencia y de interpretar los signos de nuestra vida y las circunstancias y lugares donde Tú, Señor, nos llamas. Danos la prudencia y la sensatez de tener nuestro corazón atento y en expectante escucha a tu Palabra, para saber en todo momento qué hacer y por dónde ir.

En estos momentos próximos a celebrar tu Pasión, Señor, danos la luz y la sabiduría de, conociéndola, saber interpretarla y, sobre todo, vivirla, para que seamos luz, testimonio y vivencia de buenos frutos y de tu amor. Amén.

martes, 11 de abril de 2017

PECADO: DESPRECIO DE DIOS

Alejarse equivale a distanciarse y a marginar a otro. En eso consiste el pecado a Dios. Un pecado que no se podrá perdonar si tú no tratas de acercarte y recibir el perdón. Eres libres, y en la medida que no sepas ejercitar tu libertad, te esclavizas. Porque la libertad cobra su verdadero valor en la medida que se acerca y vive en Dios. De Él la hemos recibido, y a Él volveremos. Por lo tanto, lejos de Él volveremos a la esclavitud del pecado.

Porque es, precisamente el pecado, el que nos ha alejado de Dios, y el que también nos mantiene lejos de Dios, y nos pierde para siempre. Por lo tanto, este Martes Santo es un momento propicio para acercarnos al Señor y ponernos en sus Manos. 

Danos, Señor, la capacidad y fortaleza de abrazar la Cruz, y, agarrados a ella, postrarnos a tus pies con firmeza y fidelidad, empapados de tu Gracia y alimentados por la fe que tu amor nos da. Perdona todas nuestras debilidades y todos los desprecios egoístas alimentados por nuestra naturaleza humana herida y tocada a muerte por el pecado. Sácanos de nuestra esclavitud y devuélvenos nuestra libertad sometida y encadenada por nuestros errores, fallos y egoísmos. E infúndenos la esperanza de esperar y confiar en Ti.

Hoy, Señor, Martes Santo, queremos esperar y aguardar. No queremos marcharnos de tu lado. Queremos, junto con tu Madre, permanecer al pie de la Cruz, y permanecer en silencio, callado, sin decir palabras, postrados, humildes y confiados en tu Perdón y Misericordia, y dispuestos a servirte dándonos en caridad a todos aquellos que necesitan nuestro amor.  

¡Señor!, somos muchos los que te rechazamos sin querer. Nos rendimos a nuestros egoísmos y pasiones. Danos la fortaleza y la sabiduría de superarlos y someterlos, para liberados poder servirte y hacer tu Voluntad, crucificados como Tú, Señor.

lunes, 10 de abril de 2017

NOSOTROS SABEMOS MÁS

Nuestra Pascua no es como la de Marta, María o Lázaro. Ni tampoco como la de los discípulos, ni, mucho menos como la de Judas. Nosotros gozamos de mucha más ventaja, y, lógicamente, se nos pedirá mucha más responsabilidad y cuenta. Es de sentido común, porque, ellos, no sabían lo que iba a suceder y mucho más difícil creer. Sin embargo, muchos estuvieron al lado del Señor, incluso en los momentos de mayor dificultad.

¿Y nosotros? ¿Qué hacemos? Porque nosotros sabemos el desenlace final. Sabemos de la Resurrección del Señor y del testimonio de todos los que le vieron después de la Pascua. Y de nuestra Madre la Iglesia que nos lo ha transmitido hasta nuestros días, y continúa haciéndolo por su Palabra y el testimonio de tantos santos que le han seguido y nos han dejado su testimonio.

Vivamos esta Pasión y muerte del Señor con esperanza y fe, confiados en su Palabra y abierto a la acción del Espíritu Santo, que nos acompaña y nos alienta a continuar el camino del Señor. A vivir con intensidad y con fe nuestra propia pascua, con nuestras dificultades, fracasos, incomprensiones y pecados, pero siempre esperanzados en que con el Señor resucitaremos para la vida gozosa y eterna junto al Padre. Amén.