Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 14 de agosto de 2017

RECTITUD DE INTENCIÓN Y VOLUNTAD PARA CUMPLIRLA

Nuestras palabras no siempre van en sintonía con nuestras obras. Decimos esto, pero cumplimos lo otro. Experimentamos que nos cuesta y que no nos es fácil ajustar la palabra y la vida. Eso, por experiencias compartidas, lo hemos experimentado todos. Incluso, aquellos que cumplen y se ajustan a lo que dicen, porque han experimentado lo que cuesta, duele y exige.

El Evangelio de hoy es un ejemplo. A pesar de la íntima confesión de Jesús, aunque presenta rasgos trágicos y duros, debe de llenarnos más de alegría y esperanza, que de desesperación y tristeza. Sí, puede dejarnos algo perplejos, desorientados, confusos, pues cuesta creer que el Señor tenga que pasar por ese camino de Cruz y Muerte. Más, siendo condenado a una muerte ignominiosa, donde la cruz era la condena excluyente y propia de los forajidos y miserables.

Pero, con una fuerza desbordante de saberlo triunfante y Resucitado. Porque, les confiesa que al tercer día Resucitará. Y eso puede con todo. Eso enciende el fuego de la esperanza que, como volcán en erupción, derrama y exulta alegría y esperanza. Al menos, nosotros ahora, que lo sabemos por el testimonio de la Iglesia, que nos transmite su Palabra y su Vida. 

Y esa fue la fuerza que les llenó de fortaleza y esperanza en entregarse, por la acción del Espíritu Santo, a proclamar la Palabra que habían recibido del Señor. Y la fuerza que les impulsó a dar ejemplo y testimonio de la Palabra heredada que, a través de nuestra Madre, la Santa Iglesia, nos llega y alecciona a cumplir con nuestros compromisos sociales y cívicos, tal y como nuestro Señor Jesús nos enseña en el Evangelio de hoy.

Tratemos de imitarle llenos de esperanza y alegría, sabiendo que el final será la Resurrección. Porque esa es la promesa que hemos recibido. Resucitaremos con y por Él, para Gloria de Dios Padre. Lejos de entristecernos, pidamos luz, valor y voluntad para cumplir con nuestros compromisos y tener nuestro corazón centrado en el Señor. Porque, Él es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida. Amén.

domingo, 13 de agosto de 2017

SOSTENERNOS EN LA FE

La fe es imprescindible para seguir la ruta de nuestra vida. Sin fe no se puede avanzar. No hay horizonte y meta a donde ir. La fe te da esperanza de encontrar ese puerto abrigado y protegido, donde puedes hallar ese descanso y paz buscada que te colme de felicidad. Pero, ¿en quién apoyar y descansar nuestra fe?

No  puedes descansar en alguien que su palabra no sea eterna ni fiable. Tendrá que ser en alguien que tenga poder por encima de esos vientos huracanados y tormentas que amenazan tu vida y tu camino. Y ese no puede ser otro que el Señor. Ese Señor Jesús, que camina sobre las aguas y amaina los vientos y tempestades sobre los que tiene poder y a quien obedecen.

Por eso, confiados en su Bondad y Misericordia, le pedimos que nos levante en las numerosas caídas que, a lo largo de nuestro camino, las tempestades interiores de nuestras dudas, de nuestros egoísmos, de nuestros vicios y pecados, nos hundan en la profundidad de los mares que nos amenazan. Le pedimos que, asidos a su Mano salvadora, nos salve de caer en las garras de las olas del pecado y quedemos sometidos al poder del mal y de la perdición.

Necesitamos una barca segura que pueda sortear las amenazantes olas, que tratan de hundirnos y de engullirnos. Necesitamos la asistencia del Espíritu Santo, que nos acompaña para auxiliarnos, aconsejarnos y protegernos de las embestidas de vientos huracanados y terremotos que zozobran nuestras vidas y amenazan hundirnos.

Danos, Señor esa fortaleza y luz para saber permanecer dentro de la Iglesia, la barca que Tú has construido en la roca de tus apóstoles para que, unidos a ellos y guiados por el Espíritu Santo, podamos vencer todos los obstáculos que las tempestades de este mundo nos presentan, y llegar firmes y salvos a la tierra prometida donde Tú, nuestro Señor, nos esperas. Amén.

sábado, 12 de agosto de 2017

YO TAMBIÉN TENGO UN HIJO ENFERMO

Yo, Señor, también tengo un hijo enfermo. Y no sé qué hacer, ni tampoco a quien llevárselo. Tus sacerdotes y discípulos no encuentran la manera de curarlo. Quizás su cura necesita otro tipo de oraciones, o sea un camino que haya que recorrer y soportar. No lo sé, Señor, y por eso recurro a Ti como ese padre del Evangelio de hoy.

Nosotros no somos mejores que nuestros hijos. No podemos darle ejemplos porque hemos cometidos los mismos pecados que ellos. O, dicho de otro modo, quizás se los hemos transmitidos. Posiblemente, estemos pagando las consecuencias. Sin embargo, Señor, te pedimos por ellos. También por nosotros. Todos, padres e hijos necesitamos tu Gracia para enmendar nuestras vidas y limpiar nuestros corazones de todo vicio y pecado.

Quizás, nosotros, ya mayores, hemos experimentados estas tentaciones e inclinaciones propias de la juventud, y, aunque nos confesamos pecadores, hemos superado humildemente esas etapas difíciles de nuestras vidas por la Gracia del Espíritu. No por ello estamos exentos de caer en ellas, pero nos sentimos más fuertes y seguros por la asistencia del Espíritu Santo y nuestro abandono en sus Manos.

Quizás ellos se sientan más atrevidos, más seguros de sí mismo, más autosuficientes, menos necesitados de ayuda. Más osados y soberbios. Más, Señor, ciegos y obstinados. Ábreles sus mentes y llénalos de luz, porque, posiblemente, estén cogidos por el Maligno que les confunden, les presenta el vicio, el deseo y les somete. Les llenas de razones humanas que son espejismos de felicidad y mentiras, y que, ya sin fuerzas y débilmente esclavizados, les presenta la realidad y el vacío donde han caído.

¡Señor, sálvalos e ilumínalos, para que se den cuenta de la trampa en la que están cayendo y libéralos de ese mundo que trata de esclavizarlos; de esa carne que les debilita y somete, y de ese demonio que les engaña con las cosas caducas que les satisfacen, pero que están vacías y huecas. ¡Señor, escucha nuestra desesperada petición y apártalos de esa ocasión de pecados! Amén.