Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 18 de octubre de 2017

NO QUIERO, SEÑOR, SEGUIR MIS INTERESES

Yo, Señor, como Pablo, me duele hacer lo que no quiero y dejar de hacer lo que quiero -Rm 7, 19-21- y experimento que no es fácil lograrlo. Me descubro sometido a mi naturaleza humana de pecado y a mis propios egoísmos. Me cuesta despegarme de mis hábitos y apetencias, y se me hace cuesta arriba levantar esa loza de mi humanidad que me oprime y me esclaviza.

Ante esta situación, Señor, clamo a tu presencia y a tu poder. Necesito tu Gracia para someter a mis pasiones y liberarme para hacer lo que quiero, experimento y debo. Porque es el bien lo que siente y desea mi corazón, pero choca contra mis apetencias y egoísmos que le someten y esclavizan. Dame, Señor, esa Gracia que me libera de toda esclavitud para hacer el bien y vivir en la verdad y la justicia.

Necesito ser independiente. Independiente, no sólo de las cosas materiales, sino de toda influencia de poder, de prestigio o ambición. El Señor nos quiere libres para actuar libremente y no sujetos al que comer, vestir o dormir. Él se ocupará de esas cosas y nos dará lo que necesitamos en cada momento. Porque nos creamos muchas necesidades cuando priorizamos los bienes, la comodidad y nuestro bienestar antes que la misión que nos ha encargado el Señor.

Por eso, para actuar según el Evangelio necesitamos vivir de la Palabra. Y vivir de la Palabra es ponerla en el primer lugar de nuestra vida. Claro que hay que trabajar y ganar el sustento, ya lo decía también Pablo, pero hay que ser libre en ese aspecto para también ser libre en proclamar la Palabra según la Voluntad de Dios. Y eso exige seguirle, estar cerca de Él, escucharle y estar disponible para, comprometiéndonos, ir actuando según su Voluntad.

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la capacidad de discernir y de darnos cuenta de que el Señor cuenta con nosotros. Y lo que no hagamos nosotros se quedará sin hacer. Cada cosa y actuación tiene su momento y su hora, y si no se hace, ese momento y esa hora quedará vacía y sin tu respuesta.

martes, 17 de octubre de 2017

EL BIEN HACER Y OBRAR

Hay mucha gente que hacen buenas obras y que son exaltadas y recordadas. Incluso, nuestros parques y plazas representas estatuas y esculturas que le dedican recuerdos gloriosos. Son bienhechores de la sociedad, pero todo acaba ahí. Se han proclamados en filántropos reconocidos, y, como tal, la sociedad les ha elevado glorioso recuerdo en lugares públicos para que se conozcan y se les recuerde.

Digamos que han recibido su premio por su bien hacer y obrar. y,  en eso se queda todo. Sus buenas obras les han sido pagadas. ¿Nada más pueden esperar? Esa es la diferencia entre el bien obrar por tu cuenta y para tu ego personal, o, hacerlo para gloria de Dios. La diferencia es la fe.

Llenamos nuestras vidas de tradiciones y costumbres que, siendo buenas e importantes, no son fundamentales, y menos leyes. Lo fundamental es el amor, empezando por Dios y continuando por el prójimo. Lo demás tendrá su lugar y su sitio, pero sin carácter de valor ni de imprescindible. Lo exterior tiene su sitio y siendo bonito y bueno tenerlo limpio, lo verdaderamente importante es lo de dentro, lo que sale realmente del corazón. Esa es la lección que el Señor nos da en el Evangelio de hoy.

Pidamos es buena intención de ser limpio, puro y justo, y de que nuestra vida sea coherente con la sustancia verdaderamente importante, es decir, con el amor. No se trata de llenar la vida de normas y cumplimientos que tratan de esconder nuestro compromiso con la verdad y la justicia, y aparentar lo que realmente no estamos dispuesto a ser. 

Pidamos ser comprensivos y, sobre todo, misericordiosos como el Padre es Misericordioso con cada uno de nosotros. Pidamos sostener nuestro interior en la verdad y la justicia y que lo exterior sea reflejos de lo interior, sin oscuridades y ocultamientos. Pidamos vivir en la coherencia y dejarnos dirigir por la acción del Espíritu Santo. Amén.

lunes, 16 de octubre de 2017

DOS CAMINO: CREES EN SU PALABRA, O EN LA TUYA

Hay muchas elucubraciones y divagaciones. Todo se reduce a estar seguros y a no apostar por algo que no lo tenemos claro. Pero, la fe nos exige riesgo y confianza. Condición indispensable es fiarnos de su Palabra. Él nos la da, y también nos la prueba, pero no a gusto del consumidor, porque no ha venido a hacer teatro ni a convencer a nadie. Ha venido, ayer nos lo decía, a invitarnos a un Banquete de gloria, de fiesta, de gozo y eternidad, y el vestido o etiqueta que tienes que llevar es la fe.

Se trata de creer en Él, de fiarnos de su Palabra y revestirnos de los Sacramentos que nos ha dejado en su santa Iglesia. Arrepentidos de nuestros pecados y apoyados en el alimento Eucarístico de su Cuerpo y su Sangre. Se trata de depositar toda nuestra confianza en su Promesa de salvación, y como los ninivitas, dejarnos llevar por su Palabra y disponer nuestros corazones a conversión.

Todo lo demás, que saltarán como piedras bien dispuestas en tu camino, son tentaciones, dudas y exigencias que te harán tribular debilitando tu fe y tu fortaleza. Es el pecado que nos exige una lucha constante para no ceder a sus elucubraciones ni seducciones. Necesitamos la oración y la fe puesta en la Promesa del Señor, que ha muerto, pero ha Resucitado al tercer día y, a los que creen en Él, también les resucitará para que asistan al Banquete de la eternidad festiva y gloriosa.

Sabemos que la lucha es combate diario; sabemos que no nos será fácil; sabemos que hay muchos obstáculos y dificultades, pero sabemos que la Promesa del Señor está ahí. Creemos en Él porque dentro de nuestros corazones está sembrada la semilla de la fe. Él la ha puesto ahí, y cultivada por su Gracia, florece y da frutos. Esos frutos que nos empujan al deseo infinito de ser eternos y felices, tal y como Él, Señor y dueño de todo lo creado y de nuestras vidas. Señor de la Vida y la muerte, nos ha prometido.

Gracias Señor por sostenernos en la fe. Te pedimos que nos des la perseverancia de cada día para que, a pesar de los tropiezos y obstáculos que la vida nos presenta, mantengamos siempre nuestra fidelidad y nuestra fe encendida  a tu Palabra. Amén.