Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 6 de junio de 2018

CUANDO FALLA LA FE

Resultado de imagen de Mc 12,18-27
No cabe ninguna duda que los niños creen en sus padres. En esa etapa poco entiende de lo que le dicen, pero se siente protegidos por sus padres y confiados íntegramente a ellos. No se separan nunca y cuando por algunas circunstancias se ven solos irrumpe a llorar. Sus padres son su Dios y en ellos confían sin entender nada de lo que les rodea ni de lo que le dicen incluso sus padres. Simplemente se fían. 

Jesús nos lo dice también a nosotros -Mt 18, 3- refiriéndose a los niños, porque tendremos que ser como ellos y fiarnos de la Palabra de Dios. Porque, al crecer nuestro corazón de niño, tierno e inocente, se endurece pierde su inocencia y se hace duro de cerviz. Y discutimos todo, y rechazamos todo aquello que nuestra pobreza mental no puede entender. Es cuando advertimos que necesitamos fiarnos como cuando éramos pequeños de ese Padre Eterno que nos ha regalado la vida y quiere compartirla con nosotros eternamente.

Imaginamos incluso un mundo a nuestra manera de entender. Un mundo como este que conocemos y pensamos que en el cielo seguiremos viviendo como aquí abajo. Y es que nuestra imaginación es limitada e imperfecta. No entendemos ni podemos saber que ocurrirá en el otro mundo. Jesús nos lo dice en el Evangelio de hoy aprovechando esa pregunta incrédula de aquellos saduceos. Los planes de Dios no son nuestros planes ni entendemos nada de lo que Él disponga y tenga preparado. Somos simples y pequeñas criaturas obra de su Amor.

Dejémonos llevar por la acción del Espíritu Santo, que nos regala el don de la inteligencia y sabiduría para ir entendiendo lo suficiente y sostener nuestra fe y nuestra esperanza. Porque, ese será nuestro premio, el confiar y creer en la Palabra de Dios. Pruebas hemos tenido y tenemos en cada momento de nuestra vida. Cada instante que vivimos es un inmenso regalo de Dios y la promesa, que de alguna manera todos vivimos dentro de nuestros corazones, nos anima, nos da esperanza y sostiene nuestra fe para encontrarnos un día en el Reino de Dios, junto a Él y a todos los hermanos en plenitud de gozo y felicidad. Amén.

martes, 5 de junio de 2018

CUANDO SE TIENEN OTROS INTERESES

Resultado de imagen de Mc 12,13-17
Todo arranca de la claridad que se tengan los criterios sobre la verdad y la justicia. Cada cual tiene sus derechos y otra cosa es como aplica sus deberes. Porque, la vida está dividida entre derechos y deberes, y si reclamas tus derechos, que en derecho, valga la redundancia estás, también debes exigirte en cumplir con tus deberes. Llegado a ese extremo y aplicados con buena intención todo queda en paz y emerge la verdad y la justicia.

El debate nace cuando la verdad se quiere traer a mi lado y hacerla coincidir con la verdad que a mí me gusta y me conviene. Dicho de otra forma, de acuerdo con mis gustos, apetencias e intereses. O mirándola de otro lado, adecuada a mis egoísmos. Es lo que pretendían aquellos fariseos y herodianos, enfrentar a Jesús buscando una mentira y arrastrándola al entorno político de la época. La salida de Jesús, cargada de verdad, está llena de sabiduría y extraordinaria belleza. Porque, nada hay más bello que la justicia, pues en ella está contenida la verdad.

Pero, ¿qué ocurre hoy en nuestro tiempo? ¿No nos dice nada la Palabra del Evangelio de hoy? ¿Tenemos nosotros alguna moneda grabada en nuestros corazones? ¿Somos imágenes e impronta de Dios? Sería interesante reflexionar sobre ello, porque dependerá de descubrirlo o no la respuesta que nosotros daremos al Señor. ¿Tendremos nosotros que poner al Señor en el centro de nuestra vida y a Él entregarle todo lo que de Él hemos recibido?

Pongamos ahí nuestra oración de hoy. Padre del Cielo, abre nuestros corazones y enséñanos la imagen de tu Rostro, que tu Hijo, el Señor, nos ha revelado, grabado a fuego en nuestros corazones como Alianza de tu Amor y compromiso con cada uno de tus hijos. Abre nuestra pobre inteligencia y llénanos de sabiduría y de capacidad para saber encontrar siempre la verdad. Esa Verdad que Tú proclamas y en el Espíritu Santo nos quiere dirigir hacia Ti. Porque, Tú, Señor, nos has señalado el Camino, la Verdad y la Vida en tu verdadero Rostro, el de tu Hijo Jesús, nuestro Señor. Amén.

lunes, 4 de junio de 2018

UNA VIÑA SEMBRADA EN NUESTRO CORAZÓN

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Todos experimentamos a lo largo de nuestra vida un deseo y unas ansias de dar frutos. Sí, como si nuestro corazón fuese esa viña de cultivo de la que queremos sacar hermosos y buenos frutos. Experimentamos esa necesidad y a medida que vamos creciendo y llegando a la plenitud de nuestras facultades físicas e intelectuales tratamos de cultivar y rendir obteniendo esos ansiados frutos

Igual que los árboles, que dan frutos y los regalan a las aves y a los hombres, también nosotros debemos imitarlos y cosechar nuestra propia viña para regalar al mundo nuestras buenas obras de forma gratuita y para bien y provecho de todos aquellos que las necesitan. Esa es nuestra misión y para lo que nos ha sido alquilada esa viña nuestra. Somos los verdadero administradores de ella y nadie puede suplantarnos en el momento de rendir cuentas.

Pidamos esa sabiduría, esa fortaleza y esa capacidad de permanecer fieles a los dones recibidos y fructificarlos para bien de los demás, porque, llegada nuestra hora, se nos pedirá cuenta de nuestro trabajo y cultivo. Pidamos el don de la generosidad, de la bondad y la caridad, desterrando de nuestros corazones la ambición de poseer y almacenar para satisfacer nuestro egoísmo.

Pidamos ser fieles en la verdad y la justicia y responder al amor recibido por el Señor, que nos ha sido dado para nuestro bien y nuestra verdadera salvación, cual es la Vida Eterna en plenitud. Amén.