Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

JUAN, PENSADO POR DIOS PARA PREPARAR SU CAMINO

Resultado de imagen de Lc 1,5-25
Juan es causa de un milagro de Dios. Su madre, Isabel es estéril y mayor, pero Dios escucha la petición de Zacarías, esposo de Isabel, y le concede ese hijo soñado por ellos. Juan es también causa de la oración de su padre Zacarías a la que Dios responde. Juan, primo de Jesús es concebido por la Gracia de Dios en el seno de Isabel, prima de María.

Y Juan viene para preparar los caminos del Señor, misión que cumple fiel a su compromiso de ser la voz que grita en el desierto y prepara la venida del Señor. El es la voz que grita y prepara el camino, pero no es la Palabra, que anuncia y que viene detrás de Él para realizar el bautismo de Espíritu y fuego. 

Zacarías, a pesar de su petición y el anuncio del ángel Gabriel, duda y pide un signo, y es castigado con el silencio de su lengua hasta que se realice el acontecimiento del nacimiento de su hijo Juan. Y todo sucede como ha sido prometido. Recobra el habla cuando asiente y confirma que el nombre de su hijo será Juan. También nosotros hemos nacidos y gestados en el vientre de una madre y, por la Gracia de Dios, hemos nacido en una familia que nos ha llevado a recibir el bautismo.

Y, ¿cuál es nuestro compromiso? Es algo que como Juan hemos de ir descubriendo a lo largo de nuestro camino y nuestro singular desierto. Quizás, muchos esperan ver nuestra pequeña y humilde luz que les alumbre el camino para encontrarse con el Señor. Y esa luz depende de que nosotros la iluminemos. Pidamos esa Gracia y que como Zacarías insistamos en pedirle al Señor sabiduría para iluminar nuestra vida a fin de que sea lámpara que ilumine los pasos de otros que van a nuestro lado.

¡Oh, Señor, danos la sabiduría y la fortaleza de no desfallecer ante las tentaciones que el mundo nos presenta cada día y ser luz, por la Gracia recibida por el Espíritu Santo en nuestro bautismo, para alumbrar a todos aquellos que, escuchando nuestra palabra y observando nuestra vida, vean el camino que les lleva a encontrarse contigo! Amén.

martes, 18 de diciembre de 2018

CON LOS OJOS DE LA RAZÓN NO VEMOS


Resultado de imagen de Mt 1, 18-24
No vemos sino con los ojos, aunque descubrimos que nos tenemos que fiar y lo hacemos, muchas veces porque no nos queda otro remedio. Nos fiamos del conductor del tranvía; nos fiamos del médico en el quirófano; nos fiamos del taxista; nos fiamos del piloto. Y resulta que en la vida no hacemos sino fiarnos unos de los otros. Pero, ¿nos fiamos de Dios?

María y José se fiaron. María porque dijo sí a la Voluntad de Dios de encarnarse en su seno, y José porque aceptó que el hijo que concebido en el seno de María era obra del Espíritu Santo. Los dos aceptaron y creyeron en el Señor dejando la razón a un lado. Porque, con los ojos de la razón no se puede comprender el misterio de la encarnación. Y, gracias a ellos nosotros hemos recibido la Palabra de Dios por medio del anuncio de su Hijo, nuestro Señor Jesús y directamente por las Escrituras y testimonio de los apóstoles.

Te damos gracias, María y José, por responder a la llamada de Dios y porque, a través de ustedes, nuestro Padre Dios nos ha enviado a su Hijo para redimirnos y perdonar nuestros pecados. Damos gracias a María, regalada por su Hijo desde la Cruz como Madre nuestra, y damos gracias a José, el padre adoptivo de Jesús, varón justo y creyente que con su fe ha dado camino al plan de salvación de Dios para nosotros.

Ahora, Señor, te pedimos que nosotros también respondamos a tu llamada y seamos fieles a tu Palabra. Sabemos que no es fácil y que la fuerza de nuestro pecado nos arrastra y nos vence, pero, contamos con tu fortaleza y tu ayuda para superar todas esas dificultades que el mundo levanta para impedirnos verte y acercarnos a Ti. Creemos y tenemos esperanza de, fortalecidos en tu Espíritu, sostenernos en tu Palabra y caminar fieles a tu Voluntad.

Nos sabemos débiles, frágiles y pobres para, por nuestras fuerzas, superar todas esas dificultades, pero, de la mano de María, nuestra Madre y de San José, tu padre adoptivo, pedimos que intercedan por nosotros y nos ayuden a seguir paso a paso hacia Ti. Gracias, Señor. Amén.

lunes, 17 de diciembre de 2018

PREPARÁNDONOS PARA EL ADVIENTO

Resultado de imagen de Mt 1,1-17


H I M N O
Ya muy cercano, Emmanuel,
hoy te presiente Israel, 
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora.

Ven ya, del cielo resplandor,
Sabiduría del Señor,
pues con tu luz, que el mundo ansía,
nos llegará nueva alegría.

Llegando estás, Dios y Señor,
del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste
y tu poder allí mostraste.

Ven, Vara santa de Jesé,
contigo el pueblo a lo que fue
volver espera, pues aún gime
bajo el cruel yugo que lo oprime.

Ven, Llave de David, que al fin
el cielo abriste al hombre ruin
que hoy puede andar libre su vía,
con la esperanza del gran día.

Aurora tú eres que, al nacer,
nos trae nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva esperanza
el corazón del hombre alcanza.

Rey de la gloria, tu poder
al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza,
se manifiesta tu grandeza. Amén.
De Laudes, 17 de diciembre,
 3ª semana de Adviento