Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 1 de marzo de 2019

FIARME DE TU PALABRA Y DEJARME LLEVAR POR TU ESPÍRITU

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


No quiero poner trabas a lo que dices ni buscar razonar tus enseñanzas más allá de lo que mi pobre mente puede entender. Sólo quiero dejarme llevar cuando mi pobre razón no llega a entender tus Palabras, porque, sé, Señor, que Tú buscas mi bien y has venido, enviado por tu Padre, a anunciarme la salvación y la gloria eterna de parte de tu Padre. Tu Vida así lo prueba hasta el punto de entregarla para que yo me dé cuenta y te sea fiel.

Sé que a muchas cosas no puedo enfrentarme yo sólo. Soy víctima del poder del demonio y de sus deseos de llevarme por mal camino, pero, confío en que el Espíritu Santo, que he recibido en mi bautismo, sea el defensor, el asistente y el que me acompañe cada día para de esa forma vencer las tentaciones de este mundo, demonio y carne. Dame, Señor, la fuerza, la paciencia y la perseverancia de poder sostenerme en tu presencia y seguir tus caminos encarnado en tu Palabra y enseñanzas.

Dame también, Señor, la sabiduría de saber discernir, no lo que a mí me gustaría sino lo que Tú realmente dices. Seguramente, yo concibiría la vida familias de otra forma e, inclinado por mis apetencias e instintos saciarme de mis pasiones y hedonismo, pero Tú me dices otra cosa y tienes otro plan para cada uno de nosotros. Y sabemos que eso es lo mejor, porque también lo experimentamos en nuestras vidas al sentir vacío y arrepentimiento al colmarnos de nuestras pasiones, 

Todo lo que podamos alcanzar en esta vida es perecedero y pasa. Sólo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y yo quiero alcanzarla porque Tú me lo has prometido y en Ti Señor creo. Enciende mi corazón y fortalecelo antes las tentacines poderosas de este mundo para que pueda perseverar y seguir tus pasos. Estoy, Señor, en el Espíritu Santo, a emprender esta lucha por vivir en tu Palabra. Amén.

jueves, 28 de febrero de 2019

¡SEÑOR, SOY CONSCIENTES DE MIS DEBILIDADES Y DE MI ESCLAVITUD!

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Nuestra naturaleza está sometida a las inclinaciones de este mundo. No podemos escapar a los sentimientos de venganza, de odio, de envidia, de ambición, de placer, de poder, de riqueza, de vanagloria, de triunfo, de todo aquello que nos haga sentir mejor que los demás. Y, aún sintiendo todo eso así experimentamos que no queremos hacer el mal sino el bien. Y siendo eso así dejamos de hacer el bien y hacemos el mal.

Esa es la lucha a la que está sometida nuestra naturaleza humana, y sólo podemos liberarnos cuando abrimos nuestro corazón al Espíritu Santo. Ese Espíritu Santo que recibimos en nuestro bautismo y que, desde ese momento, nos asiste, nos fortalece y nos ayuda a superar todas esas adversidades. Pero, necesita nuestra colaboración, pues, para eso somos libres. No podemos quedarnos pasivos esperando que nos ayude sino, además de pedirlo, poner todo lo que está a nuestro alcance.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des toda la fuerza necesaria para la lucha de cada día contra esos obstáculos y tener la voluntad y la sabiduría de saber cortar todo aquello que nos pueda perjudicar alejándonos de Ti. Saber encontrar las circunstancias, los espacios, los ambientes y todo lo que nos sea favorable para perseverar y mantenernos unidos a Ti.

Tener la firme voluntad de despojarme de todo aquello que intuyo me está debilitando y apartándome de Ti y buscar los espacios de oración, de la frecuencia de los sacramentos y de la Eucaristía. Y la conciencia de saber que todo lo de este mundo pasa menos tu Palabra. Y, sobre todo, de cuidar mi testimonio, mi ejemplo para no escandalizar a los más vulnerables, a los más inocentes y más débiles. Por todo ello, Señor, te pido que me llenes de tu paciencia, tu fortaleza, tu humildad, tu misericordia y compasión para servir y no buscar ser servido

miércoles, 27 de febrero de 2019

LA UNIDAD EN EL AMOR Y EL BIEN

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No importan los grupos, las comunidades y todo lo que exija limitarnos y acapararnos. Eso no significa que son verdaderamente importantes, pero, el hecho de que muchas personas no pertenezcan a ellas y vivan de una forma muy personal su vida, no significa que estén alejadas de Dios, ni mucho menos que no sean agradables a su ojos. Mucho cuidado con eso, pues ya el Señor nos ha advertido al respecto: "Muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros" - Mt 19, 30 -.

Lo único y verdaderamente importante es hacer el bien y vivir en el amor a los demás. Lo único verdaderamente importante es sentirnos personas y ver en el prójimo lo mismo, una persona quizás necesitada de escucha, de ayuda y de buen trato. Porque, siendo verdaderamente importante la comunidad y el grupo si no nos ayuda a vivir en el amor y la misericordia de nada nos sirve.

Todas nuestras oraciones nos sirven para fortalecer nuestra caridad y nuestra preocupación por el que sufre explotación, marginación, pobreza por la cultura del pecado en la que vivimos. Por la forma de entender esta vida donde es prioritaria la economía ante que las personas. Por eso, ante esta realidad y reconociendo nuestra fragilidad y nuestras debilidades, pedimos al Señor que nos fortalezca y nos haga sensibles a las realidades en las que vivimos.

Precisamente, este mes de febrero, a punto de terminar, estamos rezando por todos aquellos que padecen hambre y cualquier forma de pobreza, para que sean asistidos en las necesidades que demandan y, también, para que la riqueza sea justamente distribuida en este mundo. ¿Qué hacemos nosotros en este apartado? ¿Rezamos al menos y nos sentimos sensibilizados y preocupados? Pues, sucede que otros, que consideramos que están fuera de nuestra comunidad o grupo, lo viven con más presencia y servicio. Pidamos al Señor que nos dé esa fortaleza, sensibilidad y capacidad de servicio para ponernos y preocuparnos por todos aquellos que sufren y lo pasan, por causa de otros, mal. Amén.