Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 29 de febrero de 2020

GRACIAS, SEÑOR, POR TU MISERICORDIA

Resultado de imagen de Lc 5,27-32
No nos damos cuenta de nuestra miseria y de nuestra pobreza. Quizás sea de lo que tengamos que pedirle al Señor, "darnos cuenta de nuestros pecados y nuestras miserias", porque, no merecemos nada y, a pesar de eso, el Señor nos llama, comparte mesa y mantel con nosotros y nos escucha con compasiva misericordia. ¿Merecemos nosotros eso?

Todo es gratuito y así podemos explicar y llegar a comprender lo que no entendieron aquellos fariseos y escribas del tiempo de Jesús. ¿Cómo es posible que coma con publicano y pecadores? Igual nos ocurre a nosotros ahora. También nos preguntamos por tanta gente pecadora que hay dentro de la Iglesia en la actualidad. Y murmuramos de los presbíteros, de los obispos, de los feligreses y de todos en general. Nos parece que la Iglesia se debe prohibir para los pecadores. ¿Estamos nosotros limpios? Esa es la pregunta que nos interesa y la que debemos hacernos.

Jesús nos responde inmediatamente y muy claro: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores». Y eso debe enseñarnos y movernos a reconocer nuestros pecados, porque, para quedar limpio y alcanzar esa Infinita Misericordia de Dios, que nos regala gratuitamente, debemos reconocer y entregarles nuestros pecados. Pidamos esa Gracia para, como Leví, aceptar su invitación y seguir tras sus pasos con verdadera humildad y arrepentimiento de nuestros pecados. Amén.

viernes, 28 de febrero de 2020

EL VERDADERO AYUNO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

Resultado de imagen de iSAÍAS 58




58 El Señor me dijo:
«Grita fuertemente, sin miedo,
alza la voz como una trompeta;
reprende a mi pueblo por sus culpas,
al pueblo de Jacob por sus pecados.
Diariamente me buscan
y están felices de conocer mis caminos,
como si fueran un pueblo que hace el bien
y que no descuida mis leyes;
me piden leyes justas
y se muestran felices de acercarse a mí,
y, sin embargo, dicen:
“¿Para qué ayunar, si Dios no lo ve?
¿Para qué sacrificarnos, si él no se da cuenta?”
El día de ayuno lo dedican ustedes a hacer negocios
y a explotar a sus trabajadores;
el día de ayuno lo pasan en disputas y peleas
y dando golpes criminales con los puños.
Un día de ayuno así, no puede lograr
que yo escuche sus oraciones.
¿Creen que el ayuno que me agrada
consiste en afligirse,
en agachar la cabeza como un junco
y en acostarse con ásperas ropas sobre la ceniza?
¿Eso es lo que ustedes llaman “ayuno”,
y “día agradable al Señor”?
Pues no lo es.
El ayuno que a mí me agrada consiste en esto:
en que rompas las cadenas de la injusticia
y desates los nudos que aprietan el yugo;
en que dejes libres a los oprimidos
y acabes, en fin, con toda tiranía;
en que compartas tu pan con el hambriento
y recibas en tu casa al pobre sin techo;
en que vistas al que no tiene ropa
y no dejes de socorrer a tus semejantes.
Entonces brillará tu luz como el amanecer
y tus heridas sanarán muy pronto.
Tu rectitud irá delante de ti
y mi gloria te seguirá.
Entonces, si me llamas, yo te responderé;
si gritas pidiendo ayuda, yo te diré: “Aquí estoy.”
Si haces desaparecer toda opresión,
si no insultas a otros
ni les levantas calumnias,
10 si te das a ti mismo en servicio del hambriento,
si ayudas al afligido en su necesidad,
tu luz brillará en la oscuridad,
tus sombras se convertirán en luz de mediodía.
11 Yo te guiaré continuamente,
te daré comida abundante en el desierto,
daré fuerza a tu cuerpo
y serás como un jardín bien regado,
como un manantial al que no le falta el agua.
12 Tu pueblo reconstruirá las viejas ruinas
y afianzará los cimientos puestos hace siglos.
Llamarán a tu pueblo:
“reparador de muros caídos”,
“reconstructor de casa en ruinas”.

jueves, 27 de febrero de 2020

NO SE ENTIENDE EL OLVIDO DE TI MISMO

Resultado de imagen de Lc 9,22-25
En un mundo donde la cultura del yo tiene toda la importancia y donde tú eres lo importante, tu cuerpo y tus apetitos sensitivos. El hombre busca satisfacciones, vivir cómodamente y bien, por lo que todo lo que sea renunciar a esas apetencias son cruces que no asume ni quiere. Aceptar el anuncio de la Buena Noticia, donde hay que sobreponer el servicio y la entrega al servicio de los demás, sobre todo los más pobres y débiles es algo contracorriente y que nos invita a descentralizarnos y negarnos olvidándonos de nosotros mismos.

Y nuestra naturaleza, herida por el pecado, no puede desapegarse de sus propias apetencias. Salir de sí misma es superior a sus propias fuerzas. Necesitamos estar unidos a Cristo para poder, en y por Él, vencernos y renunciar a nuestro propio yo. Ese es nuestro problema, querer hacerlo desde nuestras fuerzas y nuestros criterios. ¿Es qué no nos damos cuenta de nuestra debilidad? ¿Es qué no nos descubrimos pecadores y vencidos por nuestras inclinaciones y apetitos?

Necesitamos abrazar nuestras cruces unidos al Señor y sin Él estamos vencidos. Necesitamos mucha oración para permanecer injertados al Señor y abiertos a la acción del Espíritu Santo porque, sólo desde sus Manos podremos fortalecer nuestra voluntad para vencernos y superar el sacrificio y la lucha de cada día contra nuestra propia naturaleza caída. Pidámosle al Señor esa Gracia y Fortaleza para poder sostenernos y perseverar por el camino de nuestra vida cargando con nuestras cruces. Amén.

miércoles, 26 de febrero de 2020

UN CAMINO POR TU PROPIO DESIERTO

Resultado de imagen de Mt 6,1-6.16-18
La Iglesia te propone - ayuno - oración - limosna - pero tú tienes que entender que no se trata de privaciones ni normas que, incluso puedes atreverte a llevar como si de una contabilidad se tratara, tanto ayunos, rezos u oraciones. No se trata de eso. Indudablemente, es algo más serio y comprometido. Se trata de ver que desierto tienes en tu vida y enfrentarte a él desde la conversión y fe de que con el Espíritu Santo puedes vencerlo.

Puedes tener un problema familiar; puede ser un hábito que te hace dependiente y limita tu libertad de darte; puede ser un amigo o miembro de tu propia comunidad que te cuesta amar; puede ser una vida cómoda en la que te instala y te esclavizas...etc. Pueden ser tantas cosas. Y eso tienes que verlo tú y también yo. Y te adelanto que no es fácil y que nos complica la vida. 

Desde ahí se puede entender el por qué la Iglesia nos invita a ese tipo de ayunos, limosna y oración que nos puede ayudar a centrar más nuestra vida en Jesús, centro y fundamento de nuestra conversión y amor. Todo lo que te ayude a liberarte, a desapegarte de tus hábitos de confort, de individualismo y de comodidades te ayudará a darte, a ofrecerte, a exigirte en convertir más tu corazón en verdadera amor a los demás y a vivir como Jesús, venciendo al pecado cada día.

Claro que tú y yo no podemos hacerlo por nuestra cuenta ni con nuestras fuerzas, pero, asistidos y auxiliados por el Espíritu Santo, recibido en nuestro bautismo, podemos salir victoriosos y no asentir a convertir las piedras de nuestro camino en pan. Ni tampoco dejarnos tentar con la vanidad de lucirnos y que vean nuestras acciones o dejarnos seducir por el afán de tener, de poseer y ser muy ricos. 

Pidamos al Señor que nos ayude a luchar contra todo aquello que nos amenace y, sin darnos cuenta, trate de llevarnos por caminos equivocados que nos presenta espejismos de felicidad que nos apartan de alcanzar nuestro verdadero sentido de Vida Eterna. Amén.

martes, 25 de febrero de 2020

NECESIDAD DE CAMBIAR MI CORAZÓN

Quizás no nos demos mucha cuenta, pero nuestro corazón está apegado a las cosas de este mundo. Y mientras siga apegado seguiremos sufriendo. ¿Por qué? Porque, siempre queremos más, siempre queremos más comodidad, más satisfacciones y más de todo. Lo decimos en esa canción de "todos queremos más..." Desapegarnos nos cuesta mucho porque, entre otras cosas, va contra nuestra propia naturaleza egoísta y herida por el pecado. Es la lucha de cada día contra nosotros mismos.

Y no hay otro camino sino el de cambiar nuestro corazón. Evidentemente, necesitamos cambiar nuestro corazón egoísta y materializado por un corazón desprendido, suave, humilde, manso y dado al servicio de los demás. Y eso no está en nuestras manos porque somos débiles y pecadores y estamos inclinados al egoísmos. No podemos contra nosotros mismos por la debilidad del pecado. Necesitamos, Señor, tu Gracia para poder cambiar nuestro corazón según tu Voluntad.

Es eso lo que hoy te pedimos, Señor. Tener un corazón suave, manso, humilde y desprendido de estas cosas terrenales, que, aunque las necesitamos y debemos prestarle atención, no son las definitivas ni las de mayor importancia, porque siempre, Señor, siempre Tú tendrás la última Palabra. Por lo tanto, Señor, te pedimos un corazón nuevo, fortalecido en tu Gracia y desprendido para estar siempre disponible para el servicio. Amén.

lunes, 24 de febrero de 2020

LAUDES DEL LUNES

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H I M N O

Llenando el mundo, el sol abre
la mañana más y más.
La luz que transcurre ahora
aún más pura volverá.
Descansa el peso del mundo
en alada suavidad,
teje la santa armonía 
del tiempo en la eternidad.

Vivir, vivir como siempre;
vivir en siempre, y amar,
traspasado por el tiempo,
las cosas en su verdad.
Una luz única fluye,
siempre esta luz fluirá
desde el aroma y el árbol
de la encendida bondad.

Todo en rotación diurna
descansa en su más allá,
espera, susurra, tiembla,
duerme y parece velar,
mientras el peso del mundo
tira del cuerpo y lo va
enterrando dulcemente
entre un después y un jamás.

Gloria al Padre omnipotente,
gloria al Hijo, que él nos da,
gloria al Espíritu Santo,
en tiempo y eternidad. Amén.

domingo, 23 de febrero de 2020

EL PERDÓN, EL ARMA DE LA PAZ

Resultado de imagen de Mt 5, 38-48
La paz pasa siempre por el perdón, pues sólo puede haber paz cuando somos capaces de olvidar nuestras diferencias y nuestras ofensas. ¿Por qué? Porque, el hombre y la mujer nunca dejarán de meter la pata. Siempre habrá errores, debilidades, egoísmos, vanidades, impurezas...etc. Y siempre habrá necesidad de perdonar para que haya reconciliación y paz. Y si eso no se produce nunca habrá perdón ni paz.

Por eso, Dios se hace hombre como nosotros y tomando nuestra propia naturaleza pasa por la experiencia de ser víctima y de perdonarnos ofreciéndose al Padre para alcanzar el perdón de nuestros pecados. Por la Misericordia de Dios somos perdonados, pero, si no somos capaces de perdonar nosotros también a nuestros semejantes haremos que esa Misericordia de Dios no actúe en nosotros.  Es decir, rechacemos esa Misericordia gratuita de Dios al no querer nosotros perdonar como Él nos perdona.

Por eso es tan importante perdonar. No diría importante sino vital. Seguir a Jesús y declararse cristiano pasa por perdonar. Porque, el perdón implica amar. Cuando perdonas estás amando, pues no se trata de perdonar y quitarte del medio, sino de perdonar aceptando todas las circunstancia que la propia vida te vaya presentando. Y esa acción de perdonar nos será imposible sin la asistencia y auxilio del Espíritu Santo. Para eso lo hemos recibido en nuestro bautismo.

Necesitamos la Gracia del Espíritu Santo para poder, poco a poco, irnos convirtiendo en amor. Un amor que sea capaz de amar al estilo como Dios nos ama a cada uno de nosotros. Y es eso lo que hoy te pedimos Padre, un corazón manso y humilde para poder amar a todos, amigos y enemigos, como Tú nos has enseñado en tu Hijo. Amén.