Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 20 de agosto de 2017

YO TAMBIÉN ME HUNDO, SEÑOR. NECESTO FE

Mi fe es débil, Señor, y quizás yo no hubiese tenido fuerzas para responderte. Posiblemente, me hubiese callado y marchado con mis problemas. No sé si te hubiese insistido como hizo esa mujer cananea. Y eso me sucede en mi vida. Ante la ausencia de respuestas, me callo y me retiro un poco de tu presencia. Entonces experimento que la vida se me vacía y nada es igual.

No me importa que Tú, Señor, no me respondas. Y no me importa porque sé que Tú estás siempre conmigo. Aunque yo no te vea ni te sienta. Tú estás siempre ahí, a mi lado y pendiente de mí. Yo así lo creo, y también lo experimento. Quizás mis problemas no se vayan, pero experimento fuerzas para sostenerlos y soportarlos. Quizás mis problemas, sin saberlo, sean la causa de tenerme cerca de Ti, y también de buscarte. Quizás, sin problemas, no te buscaría ni tampoco me acordaría de Ti.

Tú sabes, Señor, lo que necesito y lo que es para mi bien. Y Tú me contestarás cuando lo creas conveniente y necesario. Porque, Tú, has venido para salvarme y para enseñarme el camino de salvación. Quizás sea ese que yo ahora no quiero ver. Sin embargo, yo, como la mujer cananea, seguiré insistiendo, porque soy humano y me cuerpo me pesa y me duele. Necesito ligereza, salud y fortaleza para seguirte y proclamarte con mi vida y mi palabra. Y, Tú, Señor, me responderás cuando quieras.

Aprovecho esta página para pedirte que me aumentes la fe, y también el deseo de amar. Insisto en que fortalezca mi amor primero. Ese amor lleno de entusiasmo, de inocencia, de niñez e ilusión, que me impulsaba a correr detrás de Ti y de pedirte todo lo necesario para seguirte y no desfallecer. Como la mujer cananea, quiero pedirte Señor todo lo que sea necesario, no para tener una vida más cómoda, sino para creer con más fuerza y poder dar testimonio a todos aquellos que están cerca de mí. 

Un testimonio lleno de esperanza, de sosiego, de paz y tranquilidad de aquel que se sabe en Manos de su Señor, que lo salva de la corrupción y del pecado. Amén.

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