Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 13 de agosto de 2018

LA PUERTA QUE NOS LLEVA A UNIRNOS AL SEÑOR

Resultado de imagen de Mt 17,22-27
En cierta ocasión Jesús nos dice que tenemos que nacer de nuevo para poder reunirnos con Él. Nos lo dice cuando habla con Nicodemo -Jn 3, 4-5- respecto a la necesidad de nacer de nuevo para entrar en el reino de los cielos. La muerte no debe asustarnos tanto y eso explica la fortaleza de muchos - mártires - en los momentos de poner sus vidas en peligro de muerte.

Jesús nos anuncia también su Pasión y Muerte, y, a pesar de que la muerte siempre nos entristece, pues no podemos escapar a nuestra condición humana, el triunfo de la vida nos invade de alegría y de esperanza. Es esa sabiduría y esa esperanza la que hoy recogemos en nuestros corazones y, juntos, elevamos al Señor para que comprendamos la importancia de estar en Él cuando llegue ese momento glorioso de compartir nuestra muerte con Él.

Abramos nuestros ojos y entendamos que estamos salvados porque Jesús paga, como hizo con Pedro, los tributos que los hombres nos imponen. Somos hijos libres y el Señor no nos impone ningún impuestos. Ha venido a darnos la Gracia de la Salvación gratuita y nos salva siempre y cuando esa vestidura blanca de pureza que hemos recibido en la hora de nuestro Bautismos la mantengamos limpia, por su Gracia, en el camino de nuestra vida.

Y en Él lo haremos, por eso no caminamos solos sino acompañados del Espíritu Santo para que nada nos la pueda arrebatar. Si, Padre, en ti confiamos y junto a tu Hijo recorremos el camino de nuestra vida confiado en que, a pesar de ser crucificado y muerte Resucitará, para que también nosotros, a la hora de nuestra muerte, resucitemos. Amén.

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