Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 30 de agosto de 2018

LA DUREZA DE LA VIGILANCIA

Resultado de imagen de Mt 24,42-51
No es fácil permanecer atento, el mundo tiene muchos recursos para distraernos y nuestra naturaleza demanda también distracción. Somos humanos y necesitados de apetencias que satisfagan nuestros instintos primarios tanto carnales como sensitivos y de ocio. El demonio tiene muchas cartas a su favor y, a menos que nos descuidemos, termina con nosotros.

Por eso necesitamos estar permanentemente unidos al Señor. Y eso lo conseguimos a través de la oración y los sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía. Necesitamos purificarnos con frecuencia - penitencia - y alimentarnos de Pan Eucarístico que nos fortalece espiritualmente y nos da la capacidad de perseverar y pertrecharnos contra las amenazas del demonio. 

No podemos quedarnos aislados ni solos, ni a merced de nuestras débiles fuerzas, porque, de permitir esto quedaremos en manos del demonio y nos llevará a olvidarnos de nuestro camino y hora final. Entonces, sucederá lo que tememos, que no estaremos vigilantes ni atentos a la hora en que nos visitará el Señor. La hora más importante de nuestra vida. Quizás sea necesario pensarlo así, descubrir y tener muy presente que ese momento de nuestra muerte es el momento y la hora más importante de nuestra vida. 

No es la muerte, sino la hora del encuentro con el Señor. Es el instante de nuestra cita y en donde se nos revelará todo aquello que ahora no podemos entender ni descubrir. Por lo tanto, caminando con ese pensamiento viviremos en la esperanza de saber que cada día nos acercamos más al encuentro con el Señor y eso nos fortalecerá para permanecer vigilantes y atentos a vivir en su Palabra y su Voluntad. Pidamos esa Gracia, la de estar atento a nuestro encuentro con el Señor. Amén.

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