Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 4 de julio de 2019

UN DIOS MISERICORDIOSO

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La realidad es que estamos vivos por la Misericordia de Dios. La necedad del hombre es tan grande que, volviendo la vista para otro lado, disipa la presencia de Dios y se muestra indiferente a ella. Su necedad llega a tal extremo que se revela contra quien lo ha creado y lo sostiene en su Mano. Supongo que el día que se dé cuenta su sufrimiento sera interminable y su desesperación no tendrá descanso.

Porque, tan bobamente perder el gran Tesoro de su vida, que, encima no para de buscarlo, cuando lo tiene dentro de sí mismo, es el disparate y la ocasión más desaprovechada de todas que la existencia nos puede presentar. La vida es un don de Dios y todo lo que nos sucede a lo largo de esa vida regalada viene a ayudarnos a descubrir la presencia de su Autor. Porque, de otra forma lo marginaríamos y olvidaríamos plenamente. Necesitamos experimentar la necesidad de ser curados y perdonados para descubrir su presencia.

Y el Señor Jesús aprovecha esos momentos que nuestras necesidades nos presenta. Así, a ese paralitico le perdona sus pecados, y ante la incredulidad de los presentes, le da también la curación de su parálisis. Sería bueno darnos cuentas de nuestras necesidades y pedirle al Señor que nos ayude a descubrirlas y a ponerlas en sus Manos para que nos las sane. Nuestras necesidades espirituales y físicas también, pero, sobre todo, las espirituales, porque esas son las que pueden matar nuestra alma y esa es el gran Tesoro que Dios, nuestro Padre nos ha dado, para conservarlo y llevarlo limpio ante su presencia.

Pidamos al Señor que nos dé la sabiduría de saber discernir sobre nuestra parálisis, que nos impiden permanecer a su lado y, descubiertas, ponerlas en sus Manos para que por su Infinita Misericordia quedemos limpios y sanados para continuar nuestro camino hacia la Casa del Padre. Amén.

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