Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 9 de marzo de 2021

PADRENUESTRO

 

No hace falta, ni tampoco es necesario estrujar nuestra mente para expresar el agradecimiento, inmerecido, por supuesto, por la Infinita Misericordia recibida gratuitamente de nuestro Padre Dios por el perdón de nuestros pecados. En la oración por excelencia del Padrenuestro tenemos la respuesta y la llave para acogernos a esa inmensa y gratuita misericordia que nos da la entrada al gozo eterno en la Casa del Padre.

Meditar y tratar de llevar a la vida de cada día esa oración, sencilla y clara, del Padrenuestro, es la gran oportunidad que nuestro Padre Dios nos da para optar al perdón de todos nuestros pecados y alcanzar su Misericordia. La cuestión es fácil de entender, pero difícil o imposible de aplicar a la vida. Pero, no imposible en cuanto nos lo manda quien da ejemplo con su Vida y su Palabra.

Nuestra naturaleza humana no puede vencer el odio y sed de venganza a la que está sometida. Pero, injertado en Jesús, nuestro corazón herido por el pecado, puede ser transformado y renovado en un corazón nuevo capaz de amar al estilo de Jesús. Es por eso, porque unidos al Señor podemos vencer, Jesús nos lo manda y se ofrece a acompañarnos en ese camino misericordioso de perdón.

Pidamos, pues, esa Gracia para que nuestros corazones sean transformados en unos corazones nuevos, misericordiosos y abiertos al amor y al perdón. Amén.

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