Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 5 de marzo de 2019

MUCHOS PRIMEROS ÚLTIMOS, Y MUCHOS ÚLTIMOS PRIMEROS


Resultado de imagen de Mc 10,28-31
Las últimas palabras con las que termina el Evangelio de hoy nos ponen en guardia y, hasta cierto punto, nos da miedo. Pero, lejos de eso, debe servirnos para estar en guardia y en constante revisión cada día y cada tiempo litúrgico. En este camino de nuestra vida no hay tiempo de descanso ni de relajación. Es una constante prueba de revisión, de reflexión y de entrega en medio de un mundo lleno de tentaciones, de persecuciones e invitaciones a abandonar el seguimiento a Jesús. Como ves, las tentaciones ni persecuciones no faltaran y eso te irá indicando la medida de tu donación y de tu fe.

Porque, cuando el seguimiento cuesta, exige y duele te está revelando que realmente está en el buen camino y tu decisión de seguir a Jesús es seria y firme. Es la señal de que esa es la puerta estrecha -Mt 7, 13 - que Jesucristo nos indica y nos invita a entrar por ella. La puerta que lleva al encuentro con Él. Pero, tenemos que darnos cuenta de una cosa muy importante, vital diría yo. No te atrevas a ir sólo ni apoyado en tus fuerzas, porque el diablo está al acecho y caerás en sus manos.

Embarcate en la barca de la Iglesia y lleva como remos los sacramentos, de manera especial y fundamental la Penitencia y Eucaristía, son los remos que nos empujan, nos vigorizan, nos sostienen y nos protegen de todas aquellas tentaciones que nos amenazan con hundirnos y zozobrar. Y siempre acompañado por el Espíritu Santo, el paráclito defensor, asistente, auxiliador, que nos sostiene y nos protege de todas las tempestades que nos amenazan con derrumbarnos y alejarnos del camino verdadero.

Pidamos al Padre estar en esos últimos que Él pondrá como primeros. Pidamos al Padre quedarnos para el final y dar todo lo que tengamos, dejando todo aquello que nos retiene, nos carga y no nos deja avanzar y dándonos, desprendido de todo, para el bien de los demás. Tal y como Él hizo a su paso por este mundo. Padre, porque, queremos seguirte siendo últimos, para que por tu Gracia, Amor y Misericordia estar a tu derecha el día de nuestra partida. Amén.

domingo, 23 de septiembre de 2018

NECESITO QUE ME ILUMINES, SEÑOR

Resultado de imagen de Mc 9,30-37
Sé que mi inteligencia no alcanza a entender lo que me dices, Señor. El ser humano no puede negarse a sí mismo, y su naturaleza, por su propio pecado, está limitada para entender que la felicidad se esconde en la renuncia de sí mismo. No puedes ir contra ti mismo y necesitas que la Gracia del Señor te ilumines para que puedas ver y entender.

El Amor de Dios es tan inmenso que nos sobrepasa. No podremos entenderlo nunca y sólo por su Voluntad y su Gracia podremos entenderlo cuando Él lo quiera. Pero, mientras podemos hacer algo muy importante, y es fiarnos de su Palabra y cumplir con sus mandatos. Tenemos con nosotros en nuestro camino al Espíritu Santo que nos irá asistiendo e iluminando en la medida que también nosotros nos vamos abriendo a la Palabra de Dios.

Hay, sin embargo, señales que nos van indicando el camino y que nos dan gozo y felicidad. Y es que cuando experimentamos el darnos y ayudar a quienes lo necesitan, sentimos gozo y paz. Experimentamos que hemos hecho lo que debíamos hacer y queríamos hacer y nos sentimos bien, a gusto, gozosos y en paz. En lo más profundo de nuestro corazón hay compasión, y, aunque también existe el pecado: envidia, soberbia, odio... tenemos siempre un deseo de amar en clave ágape, es decir, en clave de renuncia, de entrega, de olvido de nosotros mismos, de servicio...

Es cuando empezamos a comprender lo que nos dice y manda Jesús. Ser primero equivale a buscar los últimos puestos en los que nos entregamos a servir por verdadero amor - ágape -, y eso es lo que entendemos, Señor, que tenemos que pedirte y suplicarte. Enséñanos a amar, a servir, a darnos y a olvidarnos de nosotros para entregarnos a los demás, incluso a los enemigos. Amén.

sábado, 29 de octubre de 2016

HUMILDES PARA SERVIR

No se puede servir si no se es humilde. Diríamos que la humildad es la principal virtud para ponerse al servicio de los demás. El hecho de ocupar los primeros puestos no significa que seamos los mejores, aunque eso aparentemente parezca y se tenga como costumbre y tradición.

Nuestra relevancia parece estar representada según el lugar que ocupemos, tanto en la categoría social que nos corresponda como en los momentos celebrativos o puntuales de las fiestas. De ahí que, los que se tienen como importantes busquen los primeros puestos. Indudablemente que eso nos gusta a todos, pero también todos sabemos que el mayor poder y privilegio es servir a los demás.

Por lo tanto, si buscamos los primeros puestos para servirnos y que nos sirvan, vamos por camino erróneo. Ahora, si ese primer puesto busca servir mejor a los demás, el camino es el acertado. Ese es el sentido que Jesús, al menos en mi humilde opinión, descubro que hoy nos dice. No nos ensalcemos, porque de esa forma seremos humillados. Y tratemos de ser humildes, y seremos ensalzados.

La autoridad se gana con la verdad, y la verdad nos pone en los primeros lugares. Pidamos que la humildad sea siempre nuestra bandera y que, estemos donde estemos, seamos siempre humildes y en actitud de servir por amor. Porque cuando servimos no pensamos ni buscamos primeros lugares. Jesús, el Señor, nos lo enseña con su ejemplo de vida. El lavatorio de los pies en la última cena es un claro ejemplo.

Señor, conscientes de nuestra humanidad pecadora, y lo difícil que nos resulta ser humildes, te pedimos que, como tu Madre, María, seamos obedientes y dócil a tu Palabra y, por su intercesión, transforma nuestros corazones endurecidos y soberbios por unos corazones suaves, tiernos y llenos de amor y paz. Amén.

sábado, 31 de octubre de 2015

EL SERVICIO VIENE DESDE ABAJO




Sería difícil servir desde arriba. Y entendemos desde arriba la actitud de considerarnos mejores, suficientes y jefes. Es difícil ser pastor, misión de proteger y cuidar las ovejas, y fácil convertirnos en capataces, jefes y directores a los que otros sirven.

Ocurre eso muchas veces que, en lugar de pastores somos capataces. Me gustó oír esa comparación del propio Papa Francisco.. Y es verdad, por muy poco dejamos el último puesto de pastor del rebaño, que vigila, cuida y alimenta espiritualmente a sus ovejas una a una, poniéndonos, cada cual en su misión o lugar, al servicio de ellas, a pasar a ser el capataz, que manda, dirige y organiza, siendo servido por las ovejas de su rebaño. 

Quizás, sin darnos cuenta, nos puede estar pasando eso. Por eso, postrados en su presencia, pidamos al Señor esa humildad que necesitamos; esa fortaleza necesaria; la sabiduría de discernir y situarnos en lo que necesariamente debemos hacer, la luz para encontrar el camino y la caridad para poder vivirlo con el verdadero amor y entender que, sólo dándonos, y para ello situarnos en el último lugar, podemos alcanzar los primeros puestos.

Primeros puestos que consisten en gozar eternamente en la presencia del Dios Padre, que nos abre la puerta de su Corazón para que vivamos en Él la dicha eterna de su Gloria. Amén.

lunes, 28 de septiembre de 2015

LA ORACIÓN ES EL PEGAMENTO QUE NOS UNE A TI, SEÑOR



Sin oración nos quedamos en la cuerda floja y desubicados y lejos de Jesús. Posiblemente nos perdamos en el camino y, debilitados, perdamos sus pasos y sus enseñanzas. Necesitamos orar, pero orar a cada instante. Orar nuestras oraciones, pero también orar con nuestra vida, nuestros esfuerzos, nuestra lucha de cada día y a cada instante. La vida es una oración continua.

Y ese es el pegamento que queremos, Señor, utilizar para permanecer adherido a Ti a cada segundo de nuestra vida:  ora comiendo, ora descansando, ora cocinando, ora trabajando, ora compartiendo o tomando un descanso o en los momentos de diversión y relajamiento. Siempre en lucha injertado en el Espíritu Santo.

La vida es oración, ofrecida integramente desde nuestro corazón y a cada latido de nuestro corazón. La vida es presencia de Dios en todo momento y en todos nuestros actos. Incluso en los más íntimos, porque Dios está en toda nuestra intimidad y en toda nuestra existencia.

Por todo ello, Señor, te pedimos la Gracia de saber estar, de saber actuar y discernir los caminos de nuestra vida, y no atrevernos a recorrerlos sin Ti. Te pedimos ocupar los últimos puestos y estar dispuestos y disponibles a servir por amor a los demás, sobre todo a los más pequeños.

Y te pedimos perdón Señor por todos nuestros pecados e indiferencias. Perdón Señor por cuantas veces he desoído tu Palabra en algún pobre que se dirige a mí y me pide ayuda. Ayer mismo, al terminar la Eucaristía me sucedió eso, y lo remití a Cáritas hoy lunes. ¿Cómo, me pregunto, habrá pasado el fin de semana? Mientras yo me di un gran almuerzo celebrando un Bautismo. No sé, Señor, pero no me he quedado tranquilo.

Perdón Señor, dame la paz y la fuerza de saber como actuar. Porque Tú eres nuestra razón y nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Amén.

domingo, 20 de septiembre de 2015

NO ES FÁCIL SER ÚLTIMO



Se puede decir con facilidad, pero no es nada fácil ser último. Porque "ser último" significa renunciar a muchas cosas a las que aspiras en tu vida. Ser último significa gastar tu tiempo en aliviar y remediar la vida de otros y en servirles. Ser último significa olvidarte de ti y de tus inmediatas aspiraciones mundanas, para, dejadas, servir, proclamando con tu vida, la salvación verdadera del hombre.

Ser último significa muchas cosas. Quizás tú estés pensando ahora mismos en lo que te exige ser último en tu vida. Quizás se te pase por la cabeza renunciar a ese partido, a ese puesto, a esa afición o a muchas cosas más. O simplemente a ese tiempo para ti. Ser último es muy difícil de conseguir, o mejor, imposible de lograr sin el concurso del Espíritu Santo.

Porque ser último significa amar como nos ama Jesús, y eso supone estar dispuesto hasta dar la vida. Es entonces, en esas circunstancias, cuando emergen nuestras limitaciones, nuestras apetencias, dificultades y apegos, y se hacen insoportables de superar. Nos experimentamos esclavos, sometidos y encarcelados en nuestros propios cuerpos. Y necesitados de libertad. Una libertad que sólo Jesús nos puede dar.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des la Fuerza de tu Gracia para ser capaces vencernos y liberarnos de todas nuestras esclavitudes. Ser capaces de elegir, fortalecida nuestra voluntad, renunciar a nuestros propios egoísmos y ponernos en actitud de servicio en los últimos y excluidos. 

Sin Ti, Señor, no podemos conseguirlo, y conscientes de eso queremos unirnos a Ti y abrirte nuestro corazón para que, modelados y transformados por tu Gracia, seamos instrumentos de tu Amor según tu Voluntad. Amén.