Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 20 de septiembre de 2015

NO ES FÁCIL SER ÚLTIMO



Se puede decir con facilidad, pero no es nada fácil ser último. Porque "ser último" significa renunciar a muchas cosas a las que aspiras en tu vida. Ser último significa gastar tu tiempo en aliviar y remediar la vida de otros y en servirles. Ser último significa olvidarte de ti y de tus inmediatas aspiraciones mundanas, para, dejadas, servir, proclamando con tu vida, la salvación verdadera del hombre.

Ser último significa muchas cosas. Quizás tú estés pensando ahora mismos en lo que te exige ser último en tu vida. Quizás se te pase por la cabeza renunciar a ese partido, a ese puesto, a esa afición o a muchas cosas más. O simplemente a ese tiempo para ti. Ser último es muy difícil de conseguir, o mejor, imposible de lograr sin el concurso del Espíritu Santo.

Porque ser último significa amar como nos ama Jesús, y eso supone estar dispuesto hasta dar la vida. Es entonces, en esas circunstancias, cuando emergen nuestras limitaciones, nuestras apetencias, dificultades y apegos, y se hacen insoportables de superar. Nos experimentamos esclavos, sometidos y encarcelados en nuestros propios cuerpos. Y necesitados de libertad. Una libertad que sólo Jesús nos puede dar.

Por eso, Señor, te pedimos que nos des la Fuerza de tu Gracia para ser capaces vencernos y liberarnos de todas nuestras esclavitudes. Ser capaces de elegir, fortalecida nuestra voluntad, renunciar a nuestros propios egoísmos y ponernos en actitud de servicio en los últimos y excluidos. 

Sin Ti, Señor, no podemos conseguirlo, y conscientes de eso queremos unirnos a Ti y abrirte nuestro corazón para que, modelados y transformados por tu Gracia, seamos instrumentos de tu Amor según tu Voluntad. Amén.

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