Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 27 de noviembre de 2015

DAME, SEÑOR, LA SABIDURÍA DE DESCUBRIR LA PROMIDAD DE TU REINO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




No cabe ninguna duda que los signos de los tiempos nos descubren los acontecimientos que van a suceder. El hombre, desde muy antiguo, vive observando los síntomas que la naturaleza que habla. Y ha sabido interpretarlos y, defenderse o aprovecharse, según sus intereses.

Sin embargo, por encima de esas interpretaciones científicas o culturales, el hombre se ha distraído en las cosas puramente materiales, dejando de levantar su mirada hacia la meta para la que ha sido creado. Porque dentro de su corazón bulle la aspiración de la felicidad eterna. Y eso no lo ha conseguido, ni tampoco lo conseguirá en y con las cosas de este mundo. Porque la eternidad sólo te la puede dar Aquel que es Eterno.

Por eso, Señor, hoy queremos pedirte que nos ilumines y nos des la sabiduría de descubrir la proximidad de la llegada de tu Reino. Un Reino de justicia, de amor y de paz. Un Reino esperado y querido, porque todos los hombres aspiran a la vida plena y gozosa. Libera nuestro corazón de los apegos y apetencias por las cosas de este mundo. Y también de envidias, riquezas, poder, comodidades y satisfacciones placenteras de este mundo.

Danos la prudencia comedida de usar las cosas de este mundo, puestas por Ti par nuestro uso y servicio, de forma moderada y buen uso. Nunca que se conviertan en fin, sino medios para llegar a Ti. Y que las utilicemos y compartamos en la medida que sean necesarias para aliviar la vida de aquellos que las necesitan y de las que carecen.

Por eso, Señor, te pedimos luz y voluntad para que, auxiliados en el Espíritu Santo, sepamos encontrar el camino de la observancia y la escucha para estar atentos a los acontecimientos de los tiempos. Amén.

jueves, 26 de noviembre de 2015

NO PERMITAS QUE MIS OJOS SE CIERREN A TUS SEÑALES, SEÑOR



Señor, yo también estoy en este mundo. Tú no me quieres en otro lugar. Me has enviado a proclamar tu Mensaje de salvación, y aunque me prometes llevarme contigo a tu Reino, que no es de este mundo, quieres que yo permanezca en este hasta tu segunda venida.

Y yo estoy gozoso porque creo profundamente en tu Palabra. Sí, Señor mío, permaneceré aquí hasta que Tú decidas venir a llevarme contigo. Pero quiero decirte algo. Algo que, sin quizás, Tú lo sabes, pero, ahora sí, quizás te guste oírlo de mis pobres y humildes labios. Tú sabes lo débil que soy. Y, sabes también, que el príncipe de este mundo, a quien Tú le permites que nos tiente, también Tú de dejaste tentar, está al acecho de ellas. Y, al menor síntoma de debilidad, nos pone delante el manjar que deseamos para comer.

Somos Adanes y Evas, y estamos a merced de este mundo que nos supera. Sin embargo, Tú también lo sabes, Señor. Nuestro corazón es Tuyo, aunque débil y pobre, queremos entregártelo. Y nuestra esperanza es que Tú nos lo aceptas y lo quieres y deseas. Incluso, nos dice, que has venido a tomarlo, a curarnos, a hacernos fuertes y a ayudarnos a vencer. Es más, te has quedado, en el Espíritu Santo, para asistirnos y darnos la fortaleza que necesitamos para vencer las tentaciones que nos ofrece el demonio.

Y, el colmo, Señor, es que permaneces en el Sagrario, bajo las especie de Pan y Vino, para servirnos de alimento espiritual y de fortaleza que nadie, ni el demonio, puede vencer. ¡Claro, Señor!, a pesar de las señales y catástrofes que el final del mundo nos presenta, vivimos en la esperanza que Tú llegarás para salvarnos, y que ya lo haces a aquellos que confían y se esfuerzan en permanecer en Ti. ¿Cómo? Viviendo en tu Palabra y ejercitándose en los sacramentos.

Gracias, Señor, por esas revelaciones, que con tu Palabra de cada día, nos descubres, nos instruyes y nos anima a seguir caminando contigo. Porque Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.