Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 12 de octubre de 2016

PRIMERO DIJISTE "SÍ", Y LUEGO FUISTE MADRE


La Virgen respondió con un Sí decidido al ofrecimiento del Ángel Gabriel enviado por Dios. Quizás, en el tiempo, nos parece fácil y sencillo decirle si a la llamada del Señor, pero pensamos que a nosotros el Señor no nos llama. Quizás eso nos quita responsabilidad.

Primero, hay que estar muy atento a su llamada, porque seguro es que nos llama. Desde nuestro primer segundo de vida, el Señor nos ha creado para algo. Podemos incluso ser la causa para que otros pongan en práctica su Palabra y la guarden. Tantos niños que son condenados en el vientre de sus madres por causas físicas y que podrían ser la salvación y la oportunidad para otros de poner en práctica la Palabra del Señor y guardarla.

Escuchar la Palabra de Dios nos exige silencio, espacios de contemplación y escucha y constancia en estar atentos. Y hasta peticiones de sabiduría para entenderla. María guardaba todas esas preguntas y respuestas en el silencio de su corazón. Quizás nosotros nos desesperamos y las marginamos arrinconándolas en un lugar olvidadizo de nuestro corazón. 

Sostengamos la esperanza y la confianza en el Señor. Su paciencia es Infinita, y para Él el tiempo no cuenta. Una vida es un segundo para el Señor. Abramos nuestros corazones con la esperanza y confianza de decirle como su Madre que se haga su Voluntad en nosotros. Y confíemos que, en el Espíritu Santo, podemos conseguirlo.

Pidamos paz, sabiduría y fortaleza para encontrar caminos de esperaza y de obediencia en la escucha de su Palabra llevándola a nuestra vida de cada día. Seamos hermano de Jesús e hijos de Dios porque, como María y siguiendo su ejemplo, escuchemos la Palabra de Dios y la guardemos. Amén.

martes, 11 de octubre de 2016

NUESTROS PECADOS TIENEN DOS CARAS


En muchas ocasiones experimentamos que lo que pensamos no lo expresamos. Es decir, en nuestro interior se entabla conversaciones que luego no se corresponden con el exterior. Sucede que parecemos dos extraños, pues lo que hablamos dentro no se corresponde con lo de afuera. Dentro se piensa de una manera y afuera se tiene otro pensamiento. Dentro somos nosotros, pero afuera nos adaptamos a lo que el medio y ambiente nos exige.

Realmente, ¿no somos los mismos? Da esa sensación. Hay una dicotomía en nosotros que separa nuestros pensamientos y nos hace diferentes. Como si de un espejismo se tratara, por dentro somos de una forma y en el exterior somos de otra. ¿Qué nos ocurre? ¿Hay dos verdades? ¿Una interior y otra exterior? ¿O hay diferentes actitudes que disfrazan esa verdad, y en algunos momentos de nuestra vida la reviste de mentira?
Sería muy provechoso descubrirnos y serenamente indagar y saber quienes realmente somos.

Porque eso está dentro de nosotros, y muy cerca de nuestra realidad. Precisamente, hoy vivimos en nuestro país esa actitud farisaica que disfrazamos de "políticamente correcto" para darle un tinte y blanqueo de verdad. Una superficialidad exterior que dentro se pudre y huele mal. Y todos lo sabemos, pero nos nos atrevemos a cambiar. Nos experimentamos impotente y hasta dispuestos a resignarnos. Así es la vida, decimos arriando la bandera de nuestra rendición.

¿Es qué no hay otra salida? ¿Es qué no sentimos ese deseo de sacar a nuestro exterior todo lo bueno  que sentimos dentro? ¿Es qué ese amor que nos abraza por dentro no lo avivamos también afuera? El secreto está en que tú y yo solos no podremos, ni prenderlo ni mantenerlo en llama, pero asistido y abiertos a la acción del Espíritu Santo, que nos está esperando y a nuestro lado, seremos capaces de vivir una sola verdad, dentro y afuera.

Pidamos, siguiendo los consejos de Jesús, insistentemente; toquemos a su puerta sin parar; busquemos sin interrupción en todos los rincones de nuestro corazón, y encontraremos, recibiremos y seremos escuchados y atendidos. Y lograremos ser uno, igual dentro que afuera. Amén.

lunes, 10 de octubre de 2016

DESPIERTA NUESTRO CORAZÓN Y HAZNOS DÓCIL A TU PALABRA


Estamos embobados y medio dormidos hasta el punto de no darnos cuenta de nuestra propia pequeñez sino cuando la experimentamos en la enfermedad o en la tragedia. Se hace necesario que experimentemos cierta impotencia para que empecemos a pensar y reflexionar. Mientras, y en la medida que las cosas nos vayan bien, seguimos huyendo de la Verdad.

Y a todo eso, a pesar de todo lo que hemos recibido. Como esos nueve leprosos de ayer pecamos de ingratitud y no nos dejamos curar la enfermedad de nuestro corazón, que es peor que la lepra de la que nos ha curado Jesús. Pidamos que se nos abran los ojos y nos demos cuenta de nuestra ceguera y necedad. 

Lo mismo le ocurre a esta generación malvada, a la que llama Jesús, porque exigen pruebas y milagros para, cómodamente y pasivamente, despertar ellos su fe. Sin arriesgarse a nada. Simplemente cruzados de brazo y pasivamente tranquilos. Exigen pruebas, como si de un espectáculo se tratara para dar su visto bueno. ¡Que lejos de la realidad están!

El Señor nos pide nuestra confianza en Él y, por supuesto, fiarnos de su Palabra. Una Palabra que tiene su máxima expresión en la Cruz, donde, muerto y crucificado, Jesús Resucita. Así creyeron los ninivitas, por el signo de Jonás, y así le será también dado a los hombres el signo de la Cruz en la Muerte y Resurrección de Jesús.

Pidamos despertar y avivar nuestra fe. Poner nuestra voluntad en Manos del Señor y perseverar hasta que seamos arrastrados a la presencia del Señor. En Él confiamos y nos abandonamos, porque Él es el Mesías prometido, el enviado, el mayor y único Hijo de Dios, el Predilecto y Amado. Amén.

domingo, 9 de octubre de 2016

UN CORAZÓN AGRADECIDO


Esa es mi petición de hoy, Señor, pedirte que me transformes mi corazón endurecido y engreído en un corazón tierno, compasivo y, sobre todo, agradecido. Un corazón que me advierta de que todo es tuyo y de que Tú me perdonas mis desplantes, mis olvidos y mi necedades, pues habiendo recibido todo de Ti me olvido de darte gracias.

Danos, Señor, la humildad y la sabiduría de sabernos tus criaturas y, por tu Amor y Misericordia, tomar conciencia de todo lo que nos has dado. Danos la inteligencia de advertir que cada instante de nuestra vida es un regalo de tu Amor. Danos la capacidad de descubrir tu presencia en todos los actos de nuestra vida y la Gracia, por tu Amor y Misericordia, con la que nos sostiene en todo momento.

¡Señor!, ¡cómo es posible que me suceda lo de los nueve leprosos que se olvidaron de Ti después de haberlos curados? Yo, Señor, quiero agradecerte todo lo que recibo cada día por tu Amor y Bondad. Yo quiero, Señor, intentar, con mis limitaciones, debilidades y pequeñez, cada instante de mi vida, el esfuerzo de corresponderte y de, por tu Amor y con mi humilde y pequeño amor, servir a mi prójimo. Porque esa es tu Voluntad y lo que Tú quieres que haga.

Señor, pero me doy cuenta de mi fragilidad y de mis pecados. Me doy cuenta de mi torpeza y mi libertad sometida a mi humanidad: apegos, apetencias, egoísmos, envidias, avaricias, soberbia, pasiones...etc. No soy libre, pero quiere liberarme en y por Ti, porque Tú me lo propones y me lo das. Por eso, Señor, quiero abrirme y entregarme, en la acción del Espíritu Santo, a cumplir tu Voluntad.

Transformame, Señor, poco a poco, día a día, instante a instante, paso a paso, hora a hora, momento a momento, pero que yo viva cada segundo de mi vida injertado en Ti y dándote gracias por todo lo que cada día recibo. Amén.

sábado, 8 de octubre de 2016

LÍBRANOS, SEÑOR, DE TODA TENTACIÓN Y PECADO


Estamos tocados por el pecado original. Y, a pesar de que el Bautismo nos limpia, nuestra naturaleza humana continúa sometida a la tentación de pecar. Experimentamos deseos pecaminosos, pasiones y apetencias egoístas que nos inducen al adulterio, a la mentira, robo, desacrilización, fornicación, falta de respeto a la dignidad humana, apostasía y toda clase de atropellos que nos descubren creyentes hipócritas y falsos.

Una doble vida que no nos impide confesar que somos creyentes y quedarnos tan frescos, e incluso participar en las fechas puntuales de la liturgia. Pidamos al Señor que nos limpie de tanta carroña que nos ensucia el corazón y que nos fortalezca para que nuestro esfuerzo sea sincero, auténtico y humilde, y, abandonados en Manos del Espíritu Santo, dejemosle dirigirnos y limpiarnos de nuestras impurezas.

Aparta, Señor, los honores, títulos y halagos que puedan hacerme caer en tentación, y fortalece mi corazón, para que, sumergido humildemente, como tu Madre, María, pueda realmente vivir en la escucha atenta de tu Palabra y en su cumplimiento. Amén.

viernes, 7 de octubre de 2016

EN EL PECADO HABITA EL DEMONIO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

Tu naturaleza caída está tocada, y al diablo se le hace bastante fácil vencerte. No necesita mucho sino ofrecerte las cosas del mundo. Ese mundo que te tienta cada día y a cada instante. Un mundo lleno de placeres, bienes y riquezas que te seducen. Y unas pasiones que viven dentro de ti que te apetecen, te atraen y deseas satisfacerla. Tiene todas las cartas a su favor, y cualquiera combinación que escoja le da un buen juego para vencerte.

Tú, y también yo, sólo tenemos una posiblidad de escapatoria, injertarnos en el Espíritu Santo, con Él seremos mayoría aplastante y venceremos al demonio. Pues la razón de su presencia es asistirnos, fortalecernos, iluminarnos, darnos sabiduría, consejo, inteligencia, ciencia, piedad y temor de Dios. No hay quien pueda con nosotros yendo de la Mano del Espíritu de Dios.

Pero estar y permanecer agarrado al Espíritu Santo no es tan fácil. Necesitamos poner a prueba toda nuestra voluntad, que es el arma que nuestro Padre Dios nos ha dado para sostener nuestra endeble libertad. Nuestra voluntad es la clave, a pesar de nuestras distracciones, nuestros pecados, nuestras apetencias y perezas. Con nuestra voluntad las podemos vencer. No, ¡Dios mío!, por nosotros solos, sino contando con el Señor e injertado en su Espíritu.

Y para ello contamos con las vitaminas necesarias que nos fortalecen y nos ayuda a mantener nuestra voluntad a tope y fuerte. Las vitaminas de la oración y los sacramentos. En especial la confesión y la Eucaristía. 

Pidamos la Gracia al Espíritu Santo de no apartarnos de Él y de permanecer unido a su Espíritu a través de la oración diaria y la frecuencia de la Penitencia (confesión) y la Eucaristía dominical y si se puede todos los días.

jueves, 6 de octubre de 2016

DANOS, SEÑOR, LA CAPACIDAD DE PERSEVERAR



No se trata de estar y permanecer, porque podemos estar, pero no paticipar ni vivir. Se trata de estar y perseverar en la actitud de pedir, de insistir, de persistir y mantener la esperanza confiada en la escucha y respuesta del Señor. Se trata de pedir hasta que nos den; se trata de buscar hasta hallar; se trata de tocar hasta que nos abran. 

Porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. Es esa la actitud con la que hay que estar y permanecer. Y no es fácil, porque nos cansamos, nos desencantamos y perdemos la confianza en Dios. Llegamos incluso a pensar que no nos hace caso ni nos oye. Pero, ¿cómo podemos pensar así? Por eso nos dice el Señor que si nosotros somos capaces de dar cosas buenas a nuestros hijos, ¿cómo Él, nuestro Padre Bueno del Cielo, no nos escucha y nos atiende dándonos precisamente lo que nos conviene para nuestra salvación?

Tengamos la confianza, y pidamos esa confianza y fe que nos hace falta para sostenernos en su presencia y confiados en su generosidad y misericordia. No dejemos nunca de tocar, de insistir y de importunar cuando se trata de buscar las cosas de Dios. Y molestar por servir, por ayudar, por socorrer al afligido, al enfermo, al pobre y desvalido no es molestar es amar a Dios. 

Por eso, pidamos ese don de la insistencia y la perseverancia, y el discernimiento para saber distinguir lo que es bueno y merece persistir para el bien de los demás. Porque nos puede ocurrir que no sabemos pedir ni tampoco lo que conviene. Y rompemos la puerta estropeándolo más que arreglándolo. 

Pidamos con la confianza que el Espíritu Santo nos alumbra nuestras peticiones y nos da la fortaleza y la sabiduría para insisitr y saber pedir. Amén.