Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 4 de noviembre de 2016

CUESTIÓN DE DECISIÓN

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS

No podemos quedarnos callados y en silencio mientras los problemas del mundo siguen ahí. Hay que actuar como lo hizo aquel administrador injusto para buscar salidas a su situación de desempleo. ¿Y nosotros, qué salidas buscamos para establecer el Reino de Dios en este mundo? Esa es la cuestión y la decisión que tenemos que tomar. No la de actuar injustamente, como podemos deducir, sino la de actuar justamente en buscar soluciones a las injusticias y miserias que el mismo hombre provoca con sus actuaciones egoístas.

A eso se refiere Jesús: «El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz».  No podemos quedarnos con los brazos cruzados, sino armarnos de astucia y valor para, en el Espíritu Santo, trabajar por implantar el Reino de Dios en este mundo.

Y no podemos justificarnos, porque hemos recibido lo necesario para, poniéndolo al servicio de los demás, transformar el mundo en un lugar donde el hombre pueda vivir en verdad, en justicia y en paz. Cada cual ha de descubrir que es lo que Dios le ha dado gratuitamente, para también ponerlo gratuitamente al servicio y para el bien de los demás. Esa será nuestra búsqueda y nuestra astucia, mirar y descubrir las cualidades que tengo para emplearlas en el bien de todos los hombres, y, por supuesto, del mundo.

Por lo tanto, pidamos al Señor, no lo que nos gustaría hacer ni lo que nos dejaría en buen lugar, sino descubrir lo que ya el Señor nos ha dado y, dándolo gratuitamente, tal como lo hemos recibido, ofrecerlo para el bien de todos. 

Pidamos descubrir esos talentos o cualidades que nuestro Padre Dios ha puesto en cada uno de nosotros y, descubiertos, emplearlos astutamente para mejorar la convivencia y la vida de los pueblos y las personas. Amén.

jueves, 3 de noviembre de 2016

QUIERO SER, SEÑOR, DE LOS QUE SE EXPERIMENTAN SALVADOS POR TU AMOR

Quiero ser de los que experimentan la necesidad espiritual de ser curado y buscarte, Señor, para que me sanes y me salves. Te doy las gracias porque sé que me buscas y me tiendes tus manos para salvarme. Te doy las gracias porque me cargas sobre tus hombros y soportas el peso de mis pecados, perdonándome misericordiosamente. Gracias Señor.

Quiero sentir la alegría de sentirme buscado, importante para ti, hallado y salvado. Quiero sentir la alegría que ayer compartíamos a conocer tu promesa de que nos preparas una mansión en la Casa de tu Padre para llevarnos cuando regreses de nuevo a este mundo al final de los tiempos. ¡¡Señor, gracias por todo!!

Gracias porque me buscas y me salvas, y gracias porque, no sólo contentándote con eso me ofreces tu Casa, me preparas en ella una mansión y me invitar a vivir eternamente en plenitud de gozo y felicidad. Gracias, Señor. Me encuentro lleno de alegría y no pudiendo retener ese gozo en mi corazón lo proclamo a los cuatro viento por este medio de los blogs y redes que Tú has puesto en mis manos. Gracias Señor.

Gracias, Señor, por todo tu amor y, sabiéndome enfermo y necesitado de tu curación, te pido que me des la sabiduría, la fortaleza,  la paz y paciencia para saber, viviendo tu Palabra, proclamarla y extenderla por todos los lugares a donde puedo llegar. Porque bien merece una fiesta, una gran fiesta, como la de aquel que encuentra su oveja perdida, o la mujer que halla su dracma perdida. Y esa dicha de fiesta y celebración no se puede perder ni dejar de celebrar.

Por eso proclamamos la alegría de una persona que se convierta y se abra a la plenitud eterna que a todos los otros que permanecen ciegos, cerrados a la verdadera luz y sometidos a la oscuridad de este mundo.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

¡¡¡QUÉ IMPORTA MORIR A ESTE MUNDO, SI VOY A LA MEJOR MANSIÓN JAMAS PENSADA!!!

No debemos perder este pensamiento y esta promesa en nuestra mente. Son Palabras de Jesús y sus Palabras tiene verdadero cumplimiento. Ha vencido la muerte y ha Resucitado. Jesús vive y nos hace esta promesa: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Su Palabra se cumple siempre. Lo hizo con el buen ladrón, Lc 23, 40-43, y también lo hará con cada uno de nosotros. Esa es nuestra esperanza y nuestra alegría.

Pero Jesús sigue hablando y nos dice más: 
Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. ¿Se puede decir más? Nos lleva con Él y comparte su Gloria con nosotros. ¿No es eso una locura de amor? ¡Dios mío, dame la paciencia y la sabiduría de saber entender y esperar en tu Palabra!

¿Pero como esperar y qué hacer? También en esto, el Señor, nos da pistas y nos señala el camino: 
Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.

¡¡¡Oh, Señor, danos la fortaleza, la sabiduría y la paz de poder seguirte sin titubeos ni vacilaciones!!! Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida y siguiéndote encontraremos, junto a Ti, esa mansión que nos preparas llena de amor y ternura para vivir en plenitud de gozo eternamente. Gracias, Dios mío. Amén.

martes, 1 de noviembre de 2016

DAME LA CAPACIDAD DE VIVIR EN LAS BIENAVENTURANZAS

Me has señalado el camino, Señor, al proclamar «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos».

Y terminas invitándome a la alegría y al regocijo, porque seremos recompensados en el Cielo. Esa es la actitud con la que tenemos que vivir y, sobre todo, amar. Hacerlo de forma gratuita y sin esperar nada a cambio. Hacerlo precisamente y especialmente a aquellos que, aunque quisieran, no podrían pagarme. Hacerlo porque es el Señor quien lo ha hecho y lo hace a cada instante de nuestra vida con nosotros. Hacerlo en correspondencia al Señor, porque Él siempre nos paga, y nos paga con creces.

Ya nos lo dijo en una ocasión, el ciento por uno, Mt 19, 29. Pero somos conscientes, Señor, de nuestras dificultades y apetencias; de nuestras debilidades y problemas que nos impiden seguir ese camino lleno de bienaventuranzas y bendiciones. 

Danos, Señor, la Gracia de ser pobres de espíritu; de ser mansos; de llorar, de tener hambre y sed de justicia. También de ser misericordioso y limpios de corazón. De trabajar por la paz y la justicia, a pesar de ser perseguidos, injuriados y digan con mentiras toda clase de mal contra nosotros por defenderte Señor. Danos esa fortaleza, valentía y capacidad, porque eso nos llenará de alegría y regocijo. Amén.

lunes, 31 de octubre de 2016

LA DIFICULTAD DE AMAR

Confieso y reconozco que mi corazón está sucio y endurecido por el pecado. Un corazón que ama en la esperanza de ser amado es un corazón que busca recompensa en este mundo. Un corazón que no ama de forma gratuita sino por alcanzar la recompensa. Y reconozco, Señor, que soy esclavo de mis propias miserias. Nunca podré liberarme sin tu Gracia.

Mi identifico con el publicano de la parábola, Lc 18, 9-14, y también con Zaqueo, el Evangelio de ayer domingo. El primero fue justificado y el segundo cambió su corazón. También yo te pido, Señor, que me cambies y transformes mi corazón, porque soy un pecador y necesito tu Gracia para amar como Tú me amas. Sólo Tú, Señor, puedes cambiar mi corazón egoísta y endurecido.

Eso es lo que hoy, desde este rincón de oración, te pido, Señor. ¡Conviérteme y transfórmame! Dame, Señor, la paciencia y perseverancia para saber esperar. Y, sobre todo, confiar. Confiar en que Tú, como al publicano y Zaqueo, cambiarás mi endurecido corazón por uno semejante al tuyo. Amén.

domingo, 30 de octubre de 2016

UN CORAZÓN COMO EL DE ZAQUEO

Sí, Señor, quisiera tener un corazón como el de Zaqueo, capaz de dejarse transformar por tu Palabra y de dar un giro radical a su vida. Eso te pido, Señor, de forma concreta y firme. Dame un corazón capaz de cambiar, de hacer vida en él tu Palabra y tu mensaje de amor.

Pero, para eso, Señor, quizás tenga que experimentar ese deseo, como Zaqueo, de conocerte, de buscarte y de atreverme, sin miedo al ridículo, subir al árbol de mi vida para verte pasar. Abre mis oídos, Señor, para, en el silencio de mi corazón, escuchar tus Palabras y ser capaz de dejarlas actuar, en el Espíritu Santo, dentro de mí, para transformar mi corazón.

Despierta mi corazón para que avive el impulso de buscarte y de dejarme encontrar como hizo Zaqueo. Ablanda mi corazón y llénalo de sabiduría para en la escucha de tu Palabra sepa discernir tu Voluntad. Señor, que mi torpeza y mis egoísmos no sean obstáculos que me impidan hacer tu Voluntad. Sé que sin tu Gracia me será imposible vencerlas y eso te pido con todo mi corazón.

Ablándame, Señor, y seréname hasta el punto de revestirme de humildad y de paz, para aceptar mi condición pecadora y mi esperanza en tu misericordia. Lléname de esperanza y de amor para despojarme de todos los obstáculos que me separan de Ti.

 Quiero buscarte, Señor, y escuchar tu invitación de cada día a ser mejor. Y vivir en esa actitud de, poco a poco, ir dando pasos hasta convertir todo mi corazón en hacer tu Voluntad. Amén.

sábado, 29 de octubre de 2016

HUMILDES PARA SERVIR

No se puede servir si no se es humilde. Diríamos que la humildad es la principal virtud para ponerse al servicio de los demás. El hecho de ocupar los primeros puestos no significa que seamos los mejores, aunque eso aparentemente parezca y se tenga como costumbre y tradición.

Nuestra relevancia parece estar representada según el lugar que ocupemos, tanto en la categoría social que nos corresponda como en los momentos celebrativos o puntuales de las fiestas. De ahí que, los que se tienen como importantes busquen los primeros puestos. Indudablemente que eso nos gusta a todos, pero también todos sabemos que el mayor poder y privilegio es servir a los demás.

Por lo tanto, si buscamos los primeros puestos para servirnos y que nos sirvan, vamos por camino erróneo. Ahora, si ese primer puesto busca servir mejor a los demás, el camino es el acertado. Ese es el sentido que Jesús, al menos en mi humilde opinión, descubro que hoy nos dice. No nos ensalcemos, porque de esa forma seremos humillados. Y tratemos de ser humildes, y seremos ensalzados.

La autoridad se gana con la verdad, y la verdad nos pone en los primeros lugares. Pidamos que la humildad sea siempre nuestra bandera y que, estemos donde estemos, seamos siempre humildes y en actitud de servir por amor. Porque cuando servimos no pensamos ni buscamos primeros lugares. Jesús, el Señor, nos lo enseña con su ejemplo de vida. El lavatorio de los pies en la última cena es un claro ejemplo.

Señor, conscientes de nuestra humanidad pecadora, y lo difícil que nos resulta ser humildes, te pedimos que, como tu Madre, María, seamos obedientes y dócil a tu Palabra y, por su intercesión, transforma nuestros corazones endurecidos y soberbios por unos corazones suaves, tiernos y llenos de amor y paz. Amén.