Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 23 de octubre de 2020

ABONO Y ORACIÓN

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

La semilla nace y se desarrolla en buena tierra y, por supuesto, con buen abono. Igual que la semilla, mi vida necesita abonarse y regarse con buena agua para que, la semilla sembrada en mi corazón dé los frutos apetecidos. Porque, el abono que ofrece y da el mundo no es el adecuado y no vigoriza la semilla sembrada que trasciende y se funda en la escucha atenta y dócil de la Palabra de Dios. 

La semilla, sembrada y cultivada según el mundo, se seca y se muere. Necesita otra clase de agua que abra el corazón y salte a la vida eterna. Y esa agua, Señor, solo la das Tú. Por eso, Dios mío, vengo hoy a pedirte esa agua de tu Gracia y esa perseverancia de la oración para mantenerme unido a Ti y poder dar frutos. Frutos de verdadero amor incondicional y gratuito. 

Damos, también, Señor la sabiduría de no creernos mejores que otros y que los acontecimientos que suceden a unos u otros obedecen a su comportamiento o castigo. Así de claro lo dice el Señor: « ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre... - Lc 13,1-9 -. 

Así queda todo aclarado. Seremos responsables de calidad de nuestros frutos y de ellos tendremos que responder. Y de eso es de lo que se trata. Por tanto, pidamos al Señor la sabiduría de, a pesar del dolor y sufrimiento, nunca perder la esperanza de dar esos buenos frutos que el Señor espera de nosotros. Porque, con su Gracia lo conseguiremos. Amén.


ES TIEMPO DE SALVACIÓN

 

Sin darnos cuenta la buscamos, de forma consciente o, quizás inconsciente, y, a pesar de nuestra aparente indiferencia, siempre estamos buscándola. Hablo de la salvación. Es posible que lo inmediato sea hablar y discernir sobre el tiempo del día a día. Conocemos por los signos de la naturaleza si van a llegar las lluvias y sabemos interpretar bien los avisos que la misma naturaleza nos da. Hoy sin tener que prestarles mucha atención, pues los avances tecnológico nos predice su movimiento y nos informan del tiempo, no solo presente sino de varios días venideros. 

Pero, sin embargo, se nos escapa lo más importante, el tiempo de nuestra vida presente que determinará nuestra vida eterna. Porque, no se nos ocurre preguntarnos por nuestro origen y por nuestro destino. Ese espacio de tiempo en el que transcurre nuestra vida, desde nuestro nacimiento a nuestra muerte. Y, sobre todo, ¿qué hay después? Porque esa es la verdadera pregunta y en la que no jugamos todo. No solo nuestro futuro sino toda nuestra eternidad. ¿Estamos dormidos? Es posible, porque alguien se encarga de mantener esos sueños de felicidad aparente y finita por un plato de lentejas.

Ahora es tiempo de salvación. Se nos anuncia este tiempo de nuestra vida, pero también nosotros tenemos que buscarlo y molestarnos en conocerlo, en escucharlo y en vivirlo. Ahora es una buena ocasión para pedir esa Gracia a nuestro Padre Dios para que nos llene de esa sabiduría necesaria para saber interpretar y juzgar este tiempo presente de nuestra vida. Discernir sobre lo que verdaderamente está bien o mal. Reflexionar sobre nuestros actos de cada día y mirarlo desde la escucha atenta y reflexionada de la Palabra de Dios.

Danos, Señor, esa sabiduría necesaria para actuar movidos y abiertos a la acción del Espíritu Santo, sabiendo y esperanzados en que ese es el verdadero camino que nos conduce a esa felicidad Eterna que todos buscamos. Porque, ahora, en esta vida que vivimos es vida y tiempo de salvación. Amén.

jueves, 22 de octubre de 2020

LA REALIDAD DE LA EXISTENCIA DEL MAL

 
Nadie puede negar la existencia del mal. Es una realidad que todos, más o menos, hemos vivido, bien directamente o indirectamente, en nuestras propias carnes. Por tanto, la existencia del mal es una realidad que vivimos cada día en este mundo. 
 
Una realidad que su sola presencia demanda y exige la presencia del amor. Un amor que se opondrá a las exigencias del mal y entablará una lucha y resistencia para que el mal no gane la guerra. Es ese el fuego del que habla Jesús. Un fuego de amor que, a pesar de enfrentarnos con el mal, nos ayudará a vencerlo.
 
Por eso, sabedores de que el amor nos exigirá lucha y resistencia al mal, te pedimos, Señor, que nos fortalezcas y nos llenes de ese amor vivo y fuerte que resista los invite del mal y del pecado. Danos la Gracia, Señor, de perseverar y no desfallecer para sostenernos firmes, pacientes y humildes. Te lo pedimos, Señor.

miércoles, 21 de octubre de 2020

A LAS CINCO LLAGAS

San Francisco Javier

 

Señor mío Jesucristo,

en cuya mano están todas las cosas,

 y no hay nadie que pueda resistir vuestra voluntad,

que os habéis dignado nacer, morir y resucitar:

por el misterio de vuestro Santísimo Cuerpo,

y por las cinco llagas,

y el derramamiento de vuestra preciosísima sangre,

 compadeceos de nosotros, como vos sabéis

 lo necesitamos en nuestras almas

 y en nuestros cuerpos;

 libradnos de las tentaciones del demonio

 y de todo lo que veis que nos aflige;

 y conservadnos y fortalecednos hasta el fin,

 en vuestro servicio, y dadnos una verdadera enmienda,

 y espacio de verdadera penitencia,

 y el perdón de todos los pecados después de la muerte;

 y haced que amemos a nuestros hermanos, hermanas,

amigos y enemigos; y que con todos los Santos

 gocemos eternamente en vuestro reino,

 que con Dios Padre y el Espíritu Santo vivís y reináis,

 Dios por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 20 de octubre de 2020

EN UN MUNDO QUE NOS SEDUCE Y DISTRAE NECESITAMOS ORACIÓN

 

Permanecer vigilante exige disciplina, estar despierto y activo. No puedes relajarte ni dormirte ni desactivarte. Necesitas estar en acción y en actitud vigilante. La oración es el arma que nos sostiene despierto y firmes en la fidelidad a esa espera en lo que creemos y, valga la redundancia, esperamos.

Pero, no es nada fácil. Permanecer vigilante se hace muy duro y exige oración, reconciliación y Eucaristía. Sacramentos que nos fortalecen en la oración, sostienen nuestra fe y nuestra fidelidad en la espera y la perseverancia.  Porque, esperar esconde creer en la venida del Señor. Él nos lo ha dicho y su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Por tanto, creemos en la Palabra del Señor, que nos ha prometido venir a buscarnos y que hoy, en el Evangelio, nos dice: Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.

Seamos, pues, fieles y, reconociendo nuestras flaquezas y debilidades pidámosle fortaleza y perseverancia para sostenernos fieles, firmes y vigilantes a la espera de su segunda venida que nos ha sido prometida. Y pidamos para no ser sorprendido distraídos sino todo lo contrario, vigilantes y en actitud de vivir fieles a la Palabra y Voluntad de nuestro Padre Dios. Amén.

lunes, 19 de octubre de 2020

LA FELICIDAD SE COMPONE DE MATERIA Y ESPÍRITU

 

Somos humanos y eso significa que estamos compuestos de materia y espíritu. Por tanto, necesitamos cosas materiales para sostener nuestra materia - cuerpo humano - pero, también, las espirituales para alimentar nuestro espíritu. Sabemos, y nos lo revela nuestra razón y nuestra experiencia, que nuestra vida material - humana - se acaba. 

Todos sabemos que un día - tarde o temprano - tendremos que morir. Eso es tan cierto como la vida misma. Por tanto, es algo de poco valor buscar la felicidad para este pequeño espacio de tiempo del que se compone nuestra vida. Porque, esa felicidad se acaba pronto y porque no podremos sostenerla mucho tiempo dentro de este espacio y tiempo que llamamos vida. Hay ratos en que nos aproximamos a ser felices, es decir, sentirnos bien, y otros que dejamos de serlo. Incluso sufrimos y pasamos dolor.

Esa felicidad es incompleta y no da la talla a la plenitud que nosotros buscamos y queremos. Por tanto, intuimos y sabemos que hay otra felicidad. Precisamente de la que nos habla Jesús, y que nos dice que no está en las riquezas y bienes de este mundo. Para ello nos expone un ejemplo, una parábola que nos lo explica muy claro - parábola del rico insensato (Lc 12,13-21) - y que nos invita a reflexionar profundamente.

Pero hay un problema gordo, adentrarte en esa reflexión desde tu humanidad y sin el concurso del Espíritu Santo.  Porque, tu humanidad está inclinada a lo inmediato, al placer y a la buena vida, creyendo que es ahí donde está tu felicidad. Y los planes de Dios son otros y, aunque pueden parecer dolorosos, sacrificados, difíciles y duros de soportar - la puerta estrecha (Mt 7, 13-14) - es el único y verdadero que te lleva a esa Felicidad Eterna, plena y gozosa que andas buscando.

Por tanto, hagamos esa reflexión abiertos a la luz del Espíritu Santo pidiéndole que nos ilumine y nos dé la sabiduría y la fortaleza de poder recorrerlo. Amén.

domingo, 18 de octubre de 2020

COMPROMISOS - RESPONSABILIDAD - ORACIÓN


Cuando decido seguir a Jesús estoy también comprometiéndome a ser responsable con mis compromisos sociales, familiares, políticos y demás. El mayor acto religioso de un cristiano es realizar bien su trabajo. Y eso abarca todos sus compromisos y responsabilidades. Porque, si realiza bien, según la Palabra escuchada, su trabajo, está cumpliendo la Voluntad de Dios.

Cada servicio de amor y por amor a Dios hecho al prójimo, se convierte en oración. Y en una oración agradable a los ojos de Dios. Indudablemente, hacerlo por amor incluye la incondicionalidad de la disponibilidad gratuita y sin condiciones, valga la redundancia. Es entonces cuando experimentas que haces oración en cada momento de tu vida, tanto cuando cumples con tus deberes con el Cesar - mundo - como cuando hablas desde lo más profundo del silencio de tu corazón con tu Padre Dios.

Porque, el único y verdadero Señor de tu vida es tu Padre Dios. Y eso te exige voluntariamente, porque Dios te deja plena libertad, para elegir Adorarle y hacer su Voluntad. Y, sabemos, que su Voluntad se concreta en amarle a Él sobre todas las cosas y al prójimo como si se tratara de ti mismo. De modo que, cuando trabajas y sirves en tu familia, en tu trabajo, y en tu pueblo, ciudad o país y lo haces con amor y por amor a tu Padre Dios, estás sirviendo y haciendo su Voluntad.

Por todo, dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios nos exige cumplir responsablemente con nuestros deberes terrenales desde la única opción del amor a Dios, Señor único de nuestra vida. Pidamos, pues, a nuestro Padre Dios la Gracia de saber responder en cada momento y responsabilidad de nuestra vida. Amén.