Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 18 de abril de 2025

ORACION JUEVES SANTO

Jesús... Naciste por mí, porque me amas. Me miras con ternura, porque me amas. Me llamas para ser más feliz, porque me amas. Me das compañeros de camino, porque me amas. Me perdonas y me ayudas a perdonarme, porque me amas. Me revelas tus secretos porque me amas.  

Levantas mi esperanza derrumbada, porque me amas. Tu grandeza se muestra en mi debilidad, porque me amas. Me alimentas con tu cuerpo hecho pan, porque me amas. Te arrodillas ante mí y me lavas los pies y el alma, porque me amas. Llamas y envías sacerdotes, para ayudarme a sentir tu amor, tu perdón, tu fuerza y tu alegría, porque me amas. Compartes conmigo tu angustia y tu tristeza en Getsemaní, porque me amas. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

jueves, 17 de abril de 2025

ORACION MIÉRCOLES SANTO

Pienso en esas veces que, me he visto traicionado por gente que creía quererme y me utilizaba, para sacar provecho. Pienso en gente que, como Judas, eran seguidores de Jesús, sin embargo, como él, también fueron capaces de cometer una traición.

Ahora, pienso en las veces que, he sido yo el que he traicionado. El que he hecho sufrir. El que me creía seguidor de Jesús y, cuando las cosas se han puesto difíciles, no he dudado en traicionarle. Me detengo a ver mis justificaciones para hacerlo.

Pero daremos un paso más. Ahora, pondré cara y nombre a la persona a la que he traicionado. Y observaré ¿puedo mirarle de frente? ¿Me he dado cuenta de que cuando traiciono a una persona estoy traicionando a Jesús, lo mismo que Judas?

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

miércoles, 16 de abril de 2025

ORACION MARTES SANTO

Señor, amas mi debilidad, me pides que te ofrezca mi debilidad. Me llamas a mí, con mi amor propio, mi orgullo, mi ímpetu dominador, mi corazón dividido, mi ansiedad, mi necesidad de relación, mi sensibilidad que me produce tantos rompimientos de cabeza, mi cansancio, mi perfeccionismo, mi coraje... Me quieres como soy.

Ayúdame a comprender que en mi herida está mi don; en mi pecado, tu misericordia; en mi pobreza, tu riqueza; en mi tentación, tu Espíritu; en mi sufrimiento, la fuente de la sabiduría; en mi dolor, la capacidad de comprender a los demás. Amen.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

martes, 15 de abril de 2025

XIV ESTACIÓN. EL SEPULCRO

Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. (Juan 19,41-42) ¿La muerte puede retener la vida? ¿La piedra puede detener para siempre el poder del amor victorioso? Terrible silencio de la Palabra eterna, un poder a punto de desprenderse de la Palabra de la nueva creación. En la colina cercana a Jerusalén, el nuevo mundo, como en el vientre de una madre, se prepara para el nacimiento, llevando en la carne del Hijo abandonado la materia del mundo, resucitado en el Resucitado. Contigo, el deseo se convirtió esperanza, y la esperanza anticipaba el futuro prometido. ¡Ven, Señor Jesús!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

lunes, 14 de abril de 2025

XIII ESTACIÓN. EL DESCENDIMIENTO.

Vino José de Arimatea, miembro noble del Sanedrín, que también aguardaba el reino de Dios; se presentó decidido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana. (Marcos 15,43 y 46)

Yacías abandonado en los brazos de aquella que te había envuelto en pañales recién nacido, y te había custodiado en el silencio del corazón. Ahora te contemplaba para decirte todavía palabras de amor… En su corazón de Madre la espera lacerante era abandono y paz confiada en la fidelidad de la promesa divina. La Madre del sábado santo llenaba de fe la noche de la espera. Con ella cerca, nuestro dolor es alcanzado por la promesa de que la vida vencerá a la muerte y se convertirá en el misterioso amanecer del octavo día. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

domingo, 13 de abril de 2025

XII ESTACIÓN. LA MUERTE.

Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». (Lucas 23,44-46) 

Y la Palabra enmudeció, inmersa en el último silencio. Abandonada en los brazos del madero de la cruz, después del último grito, entró en el silencio. ¡El silencio nunca fue tan grande ni la oscuridad tan densa! Se apagó la luz, la que ilumina a todo ser humano que viene a este mundo. La Palabra calló, la que dijo y todo fue creado. Suspendida, la tierra esperaba y el corazón del mundo latía en el anhelo de la noche que prepara el amanecer de tu resurrección: como nuestra esperanza para que la vida resurja en tu vida de Señor resucitado. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

sábado, 12 de abril de 2025

XI ESTACIÓN. LOS CLAVOS

Era la hora tercia cuando lo crucificaron. Crucificaron con él a dos bandido uno a su derecha y otro a su izquierda. (Marcos 15,25 y 27) 

Los clavos asidos a la carne del Hijo de Dios para detener tu aliento, ¡tú que eres la fuente de la vida! ¡Delirio de la omnipotencia del verdugo! Humildad de Dios que se rinde a la cautividad de la muerte, para vencerla irradiando desde su interior la vida más fuerte que el dolor y la prueba, y que convierte el último silencio en un canto de victoria. ¡Ven a salvarnos, Señor Jesús!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina