Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 28 de mayo de 2012

ABANDONADO A SU ESPÍRITU

Ven Espíritu Santo y lléname con tu amor. Purifícame, renuévame, sáname y ...


Hay momentos de oscuridad, de desgana, de ceguera, y el corazón atenaza los sentimientos, y las palabras quedan encadenadas a la lengua. No sale nada, no se expresa nada, no hay ni ganas de hacerlo. Todo se vuelve oscuro y la voluntad se debilita hasta el punto que se te paraliza el cuerpo y la mente.

Sin embargo, hay todavía una opción, una posibilidad que se hace oración: ¡Dios mío, toma mi alma y sálvala! Me pongo en tus Manos, porque a pesar de mis debilidades y fracasos, sé que Tú, Espíritu de Dios, estás conmigo y presto a recoger mi llamada y protegerme de mis debilidades y limitaciones.

Quiero que me acompañes, pues a pesar mío, Tú me has creado, me amas y me ofreces la salvación eterna. Soy tuyo pese a que me resista a no creerlo, ni a tener plena confianza en Ti. Me repito que no estoy solo. Tú, Señor Jesús, te has ido, pero me has dejado tu Espíritu para que no me pierda. 

Sólo tengo que dejarme guiar, confiar en Él y estar atento a sus consejos e indicaciones. Ahora me encuentro mejor, siento que el ánimo me viene. Me lleno de paciencia y espero, tranquilo y sereno, que el Espíritu Santo me hable y me dirija. Después de todo siento un alivio en mi ser, pues aunque no eludo mis responsabilidades, me tranquiliza y serena el saber que tu, Espíritu Santo, vas conmigo.

domingo, 27 de mayo de 2012

¡ABRAMOS NUESTRO CORAZÓN AL ESPÍRITU!

Abramos nuestro corazón ...

Y dejemos que organice nuestra vida, porque vivir en Él es dejarle actuar y seguirle según sus impulsos. Es el Espíritu quien nos descubre, en el acontecer de nuestra vida, el camino a seguir y lo que Dios espera de nosotros. 

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tu fieles y enciende  en nosotros la llama de tu amor, envíanos Señor tu Espíritu. Y se renovará la faz de la tierra.

Oh Dios que iluminas los corazones de tu hijos con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a tu Espíritu para buscar siempre el bien y gozar de tu consuelo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

En el silencio de tu vida busca la guía y los impulsos del Espíritu que, como a Jesús, nos conduce al desierto de nuestra propia vida y de la Voluntad de Dios. Hagamos todos unos minutos de silencio en presencia del Espíritu Santo que mora en nosotros.

sábado, 26 de mayo de 2012

DAME UN CORAZÓN PARA AMAR

reconstruye mi corázón roto...

Porque hay mucho ruido a mi alrededor. Los pasos de los que te seguimos no son todos uniformes. Hay quienes corren muy deprisa y tropiezan o resbalan; están otros que apenas se mueven y, aparentemente, ni caminan; otros por el contrario hacen mucho ruido y no dejan en paz a los del al lado.

¿Qué hacer, Señor? Dame un corazón que pueda comprender, tolerar y unir todas esas dificultades y hacerlas partícipe de mi vida, de mi camino y de mis cruces para, amándolas, no importarme que te sigan, sino todo lo contrario, ayudarles a que te sigan.

Porque Tú, Dios mío, eres también su Padre, y quieres y permites que te sigan. ¿Por qué a ellos no? ¿Acaso me siento yo el discípulo preferido? ¿El hijo privilegiado o predilecto? Dios mío, si perdonas mis pecados, ¿cómo me atrevo yo a juzgar y señalar el pecado de otros?

Déjanos seguirte, Señor, junto a los demás. Amén.