Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 31 de enero de 2014

¿VEO FRUTOS EN MI VIDA?



En el recorrido de nuestra vida percibimos los logros, aunque también las sombras, de nuestro quehacer diario. Nos sabemos útiles para nuestra familia y también experimentamos lo mucho que recibimos de ella. De no ser así estaríamos en peligro de caer en depresión y, desvalorados y desmotivados, abandonarnos al nihilismo y al quietismo. Habíamos ya caído en el pozo de la depresión.

Necesitamos sentirnos útiles y que nuestra existencia tenga sentido para alguien. Es algo que está impreso dentro de nosotros y nos da vida. Sin embargo, no es esa toda la verdad, porque la sola presencia de estar, de existir es ya de por sí un valor. Porque tu inutilidad sirve para que otro se sienta útil. Todos podemos tener experiencia de eso y de conocerlas.

Así que siendo útil, o inútil para que otros se sientan útiles por ti, todos estamos y cumplimos una misión. Y eso sucede queramos o no. Así ha sido plantada la semilla desde el principio, y seguirá creciendo ya se haga de noche o empiece un nuevo día. Lo importante es ver que la obra crece y que nosotros tendremos que ser buenos agricultores en este mundo de la siembra.

Y los frutos saldrán cuando se pone todo el amor para que salgan. Será pequeño el comienzo, pero terminará haciéndose tan grande que iluminará a todo el mundo. Por eso, a la hora de mirar el recorrido de tu vida, mira si hay más frutos de amor que de otros intereses materiales porque son los primeros los más importantes.

Danos Señor el agua de la Gracia para que mis frutos no sean de semillas de este mundo sino de la Semilla de tu Amor.

jueves, 30 de enero de 2014

¿EN DÓNDE PONGO MI LUZ, SEÑOR?



Sin darnos cuenta nuestra propia vida permanece escondida y situada debajo del lecho. No se deja ver, no sale a la luz y no transparente su sentir y vivir. No participa, no comenta, no se exhibe ni abre su boca. Simplemente dice, sí o no, o buenos días o noches, que no es poco, pero que quizás puede ser más.

No consiste en vivir la vida que yo quiero sino la que puedo. He de ascender a capitán y no quedarme en sargento si mis posibilidades son esas. No se trata de agobiarme, ni tampoco de exigirme más de lo que puedo, pero uno sabe cuál es su tope y hasta dónde puede llegar. Percibes cuando tu motor está dando todo lo que puede y cuando se desliza suavemente si forzar la máquina.

Dame Señor la sabiduría de saber el máximo de mis posibilidades y ponerlas enteramente a tu servicio. Dame Señor la fortaleza de experimentarme cansado y agotado en el momento del descanso y saborearlo hasta reponer todas mis capacidades y fuerzas para volver a empezar, hasta cuando Tú, mi Señor, decidas y creas.

Haz que mi vida sea luz hasta en el descanso y no deje que ningún rayo se pierda inútilmente entre la suave brisa.

miércoles, 29 de enero de 2014

SÓLO LA VIDA DE LA GRACIA DA VERDADEROS FRUTOS



 Hay muchas cosas que amenazan mi vida, y no descansan en tentarme e inclinarme a aceptarla. Mis apegos son un lastre con los que cada día tengo que luchar. Mis debilidades no cogen vacaciones y siempre están despierta para impedir que las olvide y no les haga caso.

Aprovechan cada ocasión, cada fiesta, cada situación o circunstancias que vean oportuna para tentarme, para seducirme y vencerme. Y me canso y me agoto. Muchas veces aparece la tentación de dejarlo todo bajo un respiro o cambio de actividad, pero luego resulta que a la vuelta, vuelvo, valga la redundancia, más cansado o agotado. Cuando admitimos la posibilidad estamos admitiendo casi la derrota.

¡No!, debemos seguir en la lucha. Sabemos, y eso nos conforta y anima, que la lucha no va a cesar nunca. No habrá vacaciones hasta el desenlace final, nuestra muerte, y cada día será un batalla más en esa larga o corta guerra de nuestro peregrinar. Pero eso ya le da aliciente y curiosidad a la batalla de cada día. Podemos pensar: ¿a ver quién gana hoy?

Y sabemos que yendo bien acompañado de la Mano del Espíritu Santo e injertado en el Señor nadie nos podrá vencer, y a nadie tenemos que temer. Ese es el secreto, no separarnos del Señor.

Y en estas batallas de cada día, nuestra arma invencible será la oración. Con ella no sólo están ganadas todas las batallas, sino la guerra. Nadie ni nada nos impedirá amar.