Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 28 de julio de 2014

CUANDO TU LEVADURA NO SE VE



En muchos momentos de tu camino has pensado parar, parar y dejar de caminar. De caminar en el sentido y dirección que ibas, y optar, al menos lo deseas, por tomar un rumbo diferente y sin mediaciones. Te preguntas quién eres, y te respondes que quieres ser. Y piensas que ser tú es seguir según tus apetencias y deseos. Te pareces que has estado manejado/a y crees que ha llegado la hora de caminar por ti mismo.

Hay muchas personas que se sienten utilizadas y manejadas. Son aquellos que piensan que seguir a Jesús es un camino de cumplimientos, normas y preceptos. Y, ¡claro!, se sienten dirigidos y controlados. E incluso llegan a pensar que no son ellos mismos. No hace mucho se lo oí comentar a una persona en un programa de la tele. Se hace necesario aclarar criterios y formarse para entender el verdadero sentido de libertad.

Cuando tú buscas el bien, y el bien nace en el amor, entregado gratuito, libre y como servicio, te sientes libre a pesar de las renuncias y sacrificios que haces, porque sólo buscas el bien de la persona amada. Así te ama Jesús. El Señor busca nuestro bien, y nos ama hasta la locura de dar su Vida por nosotros. 

Cuando somos capaces de descubrir ese Amor, nace en nosotros un deseo de corresponderle de la misma forma. Es decir, gratuitamente, libremente y por amor. Es descubrir ese Tesoro aludido en el Evangelio del domingo que, encontrado, vendemos todo para comprarlo. Y lo haces libremente y gozosamente, porque sentirte amado y amar es la única Verdad de tu vida. Y la Verdad te hará libre. Entonces tu vida hecha levadura, aunque pequeña y pobre, fermentará la masa de la vida que te ha tocado vivir.

Pidamos al Señor que nuestra vida sea esa levadura invisible que, siendo pequeña e invisible, fermente la masa de nuestro ambiente y de nuestro entorno. Amén.

domingo, 27 de julio de 2014

SÓLO VALE LO QUE ES ETERNO EN PLENITUD DE GOZO Y FELICIDAD



Si hay algo seguro es que todos buscamos la felicidad. Y la buscamos porque ser feliz colma todo nuestro gozo y nos llena plenamente. De modo que si no soy feliz estaré triste, amargado y seré infeliz. Pero, ¿dónde está la felicidad? Esa ha sido y será la pregunta que todos los seres humanos nos hacemos a lo largo de toda nuestra vida.

¿Es ese, pues, nuestro tesoro? Sin lugar a duda, ese es nuestro tesoro: "La felicidad eterna". Pero, ¿dónde la buscamos?  Sabemos, por la experiencia de nuestra vida, que la gente busca esa felicidad en el mundo, en las cosas que ofrece este mundo. ¿Y cuáles son? El dinero, el poder, el placer y muchas cosas más que nos satisfacen, nos divierten, pero que nunca nos llenan definitivamente y, siempre, al final nos defraudan y nos dejan vacíos e insatisfechos. Cosas que buscamos fuera de nosotros, lejos de nuestro corazón.

Sin embargo, descubrimos que la verdadera y única felicidad está dentro de nosotros, en nuestro corazón. Y lo hacemos cuando vivimos los impulsos que nuestro corazón libera y derrama por y con amor. Entonces nos volvemos limpios, sencillos, humildes y sinceros, y nos damos con libertad y gratuitamente. Es entonces cuando experimentamos que amamos y que el amor nos hace plenamente feliz.

Y cuando tomamos conciencia de ese Tesoro que llevamos impreso dentro de nosotros mismos, es cuando descubrimos su verdadero valor y nos disponemos a dejarlo todo por seguir sus impulsos y vivirlos de forma intensa y total. Lo inmediato es seguirlo y acercarnos a Él, porque sólo ese Amor nos hará plenamente feliz. Encontrar al Señor que nos revela el Amor del Padre es el Tesoro por el que vale la pena dejarlo todo para no perderlo jamás.

Pero antes tendremos que conocerlo, tomar conciencia de su Amor y descubrir que no hay nada más grande que puede llenarme plenamente y para toda la vida. Pidamos esa Gracia de descubrirlo, pues está muy dentro de nosotros mismos. Amén.

sábado, 26 de julio de 2014

EN CONTACTO PERMANENTE



Cada momento de nuestra vida es una oración, o al menos puede serlo. Y lo es en la medida que nos esforzamos por vivir y actuar según tu Palabra Señor. No es fácil discernir entre lo que está bien o mal. Y menos una vez decidido esforzarnos en llevarlo a cabo. ¡Na es nada fácil!

Y eso nos descubre la necesidad de no caminar solo, y también de abrirnos a la acción del Espíritu Santo. Necesitamos su fuerza y su Gracia para encontrar luz en nuestras decisiones y acertar en nuestras elecciones buscando el bien común y la verdad. Es en ese sentido cuando todo nuestro ser y obrar se convierte en una oración, plegaria y súplica, para vivir y decidir según su Palabra.

Sin Él quedamos a merced del poder del Maligno, y las tentaciones aparentes y falsas de este mundo. Y sólo no podemos vencer, pues estamos sometidos e inclinados a nuestras pasiones y apegos. 

Por eso, Padre, conscientes de nuestras debilidades e impotencia, nos ponemos en tus Manos con la esperanza de que asistidos y llevados por tu Espíritu alcancemos la victoria del trigo de nuestro corazón sobre la cizaña del mundo. Amén.