Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 9 de diciembre de 2014

GRACIAS SEÑOR POR TU BÚSQUEDA



Me buscas Señor para salvarme. ¡Cuánto me quieres! Porque esa paciencia Tuya, sin merecer nada, de buscarme para dármelo todo, la felicidad y la Vida Eterna, nunca lo podré entender. Soy una oveja privilegiada que goza de redil y de todo lo necesario para pastar en paz, y que tengo pendiente de mí al Buen Pastor.

Por eso, Señor, te doy gracias, a pesar de no comprender el Tesoro de tu Amor y de no ser consciente de todo lo que te necesito. Gracias, Señor, porque tendría que ser yo quien te busque y, aunque me esfuerzo en ello, sólo te encuentro porque eres Tú quien te haces el encontradizo y presente en mi vida. Despierta en mí la humildad de reconocerte Señor y de tomar conciencia de mi calidad de siervo y de apreciar, como tu Madre, las maravillas que haces en mí si te respondo como tu Madre María.

Dame la Gracia de descubrir tu presencia y tu visita, porque me anuncias que has nacido, pero que también naces cada día, por si todavía no me he dado cuenta, dentro de mi corazón. Y, ¡Dios mío que grandeza!, te abajas y me pides permiso para nacer en mi corazón, porque quieres encontrarme como el Buen Pastor a la oveja perdida, y llevarme, cuando vuelvas de nuevo al final de los tiempos, al redil de tu morada eterna.

Gracias Señor y tómame en tus Manos para que eso que Tú quieres se cumpla en tu humilde siervo que quiere escucharte y servirte. Amén.

lunes, 8 de diciembre de 2014

TAMBIÉN YO SOY VISITADO



No pensemos que nuestro Padre Dios visitó sólo a María. María fue la puerta para que el Señor se encarnara, y, y de esa manera, hecho carne como nosotros, visitarnos también a cada uno de nosotros. El Señor te invita a que le dejes nacer cada día en tu corazón. Te anuncia, como a María, que eres lleno de Gracia y espera tu sí como se lo dio María, su Madre.

No hay diferencias, sino que María dijo sí y tú y yo nos lo pensamos y todavía no hemos respondido de forma clara y firme. Hoy, y cada día, es tiempo favorable para decir "Sí". Un sí firme como el que dio María y abrirle las puertas de nuestros corazones al Espíritu de Dios, y someternos a su Voluntad despojándonos de la nuestra. 

Te pedimos Espíritu Santo que tomes nuestro corazón y hagas de nosotros esclavos del Señor, como María, su Madre, y se haga su Voluntad en nuestros corazones. Haz que cada día de este adviento sepamos decir que sí al anuncio de salvación que Juan el Bautista nos propone, y de preparar nuestro corazón arrepentido para entregarlo al Espíritu que nos purifica y nos fortalece.

No estamos en el desierto, Señor, pero queremos hacer de nuestro interior un desierto que nos ayude a meditar, a despojarnos y a apartarnos de todos aquellos ruidos que nos impiden oírte y escucharte. Sabemos que para nosotros es imposible lograrlo, pero contigo y en tu Espíritu podemos conseguirlo.

Sé, Señor, que en Ti puedo confiar y abandonarme, en y con la esperanza, de ir transformando las apegos y pasiones de mi corazón en desprendimientos y generosidad de actos de amor. Amén.

domingo, 7 de diciembre de 2014

LOS TIEMPOS NO SON FAVORABLES



Cada momento trae sus circunstancias, dificultades, cultura y sus problemas. No podemos que estos sean mejores que aquellos. Cada cual tendrá que resolver su hora y responder a ella desde su época, su situación, circunstancias y cultura. Juan el Bautista predicó la venida del Señor. Eran momentos que exigían penitencia, arrepentimiento, y conversión.

No hay conversión sin dolor de contrición. Se hace necesario dolerse del mal realizado para, arrepentido, encontrar el perdón. Y Juan anuncia ese perdón bautizando con agua en la esperanza de la llegada de Aquel que Bautiza en el Espíritu Santo y perdona los pecados. 

Se hace duro escapar de esta preparación mundana de la Navidad. Una preparación donde se canta la venida del Señor, pero no se le espera. En cambio, se esperan loterías, comilonas, regalos y diversiones. Se disfraza el corazón de amor, pero se vive el egoísmo y los placeres. Se recuerda al que sufre con alguna que otra visita y bajamos el telón. Y dentro de esta tela de araña, abstraerte se te hace difícil.

Buscar tranquilidad, espacios de tiempo de reflexión y despojarte de la algarabía de luces y consumismo exige aislamiento y paz. No es difícil si hay búsqueda de encuentro. Sí, necesitas voluntad, pero cuando has salido al desierto las luces quedan lejos y la voz que clama se acerca. La Gracia te invade y el corazón palpita de deseos de purificarse y de limpiarse.

Te cuesta desprenderte, pero no ignores que el Espíritu de Dios lo puede todo, y sólo necesita tu sí, como lo dio María, y lo demás corre por cuenta del Espíritu Santo. No midas tus fuerzas, porque te asustarás y no seguirás adelante. Confía en las fuerzas del Espíritu y ponte en sus Manos. Experimentarás como las luces de la mentira empiezan a apagarse y se encienden las luces de la Verdad, las que alumbra el único y verdadero camino hacia la esperanza.

La esperanza de que vuelva a nacer en mi corazón un Niño Dios que me siga alimentando, alumbrando a discernir el bien del mal, la justicia de la injusticia, el amor del desamor. Amén.