Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 6 de octubre de 2015

NO ME DEJES MIRAR PARA OTRO LADO, SEÑOR



Ayer nos hablaba Jesús en el Evangelio sobre pedir, buscar y llamar, y hoy, siguiendo tu invitación, Señor, aprovecho para pedirte que no me distraiga con las cosas de este mundo, y aunque son buenas usadas de forma moderada, no debo perder de vista que lo verdaderamente importante es la escucha de tu Palabra y la vida abierta al servicio por amor.

Todo lo demás, aunque sea satisfactorio es temporal. No nos llena plenamente y nos esclaviza a habituarnos a su uso y a depender de ello. Perdemos nuestra libertad y nuestra voluntad de ponernos al servicio de lo verdaderamente importante, que es el servicio por amor. Ese es el ejercicio que debemos buscar, practicar y vivir. 

Y no lo podremos alcanzar sin la escucha atenta a tu Palabra, como hizo María, la hermana de Marta, y a la que Tú distinguiste ante la reclamación de su hermana. Nada hay más importante sino escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Esa es la mejor tabla de ejercicios físicos y gimnasia que podemos hacer para mantenernos en forma, pero fundamentalmente para salvarnos de verdad. 

Porque lo otro, siendo bueno, no nos sirve sino para un cierto tiempo. Todos nuestros esfuerzos serán vanos si no tenemos la Gracia del Espíritu de Dios, y para ello hay que escucharle y estar atento a su Palabra. Por eso, Señor, desde este rincón de oración, te pedimos la sabiduría de estar pendiente de tu Palabra cada día y de seguir las indicaciones que en ella nos sugiere e invitas a seguir.

Danos, Señor, la capacidad de discernir donde debemos poner todo nuestro empeño para crecer en sabiduría y gracia, y para servirte en el servicio a los hermanos. Danos, Señor, esa intuición sabia de elegir siempre la mejor parte para el cuidado de nuestro cuerpo y nuestra alma, que es tu Palabra y el ejemplo de tu Vida. Amén.

lunes, 5 de octubre de 2015

LA ALEGRÍA DE TENER A QUIEN PEDIR



No cabe duda que el hombre tiene muchas cosas que pedir. Sobre todo aquellas ante las que nada puede hacer. Sus limitaciones le apartan de crecer en santidad y de creer en el Señor. Y también su impotencia le pierde ante el poder de su propia soberbia.

Sí, el hombre, que en muchos momentos se cree fuerte y poderoso, se ha atrevido a hacerse como Dios, y la caído en la tentación del pecado y de su propia condena. Sin embargo, nunca entenderemos ese Amor y Misericordia tan grande que Dios nos tiene para enviar a su propio Hijo a rescatar al hombre de sus propios pecados y a liberarlo de la esclavitud de perder su destino de gozo eterno en la Casa del Padre.

Gracias Señor por darme la oportunidad de poder pedirte que aumentes mi fe; gracias Señor por la posibilidad de discernir y buscar el Camino que tu Hijo, Jesús, nos señala y nos ofrece como perdón para nuestros pecados; gracias Señor por la invitación a llamar para que las puertas de tu Gracia se nos abra y nos transforme nuestro corazón de piedra en un corazón contrito de carne.

Yo quiero, Señor, pedir, buscar y llamar para, por tu Gracia y la acción del Espíritu Santo, ser mejor cada día, servirte y amarte. Y poder hacerlo en el servicio a mis hermanos por la Gracia de tu Amor injertado en mi pobre y humilde corazón. Yo, Señor, no quiero dejar ni un instante de mi vida desaprovechar esa gran oportunidad que Tú me das de pedir, buscar y llamar.

Y quiero que me enseñes, por la Gracia de tu Amor, a pedir lo mejor para mi vida según tu Palabra. A buscar las huellas de tu Camino que verdaderamente me llevan a la Casa del Padre, y a llamar a la puerta de tu Amor para abrirte el mío y dejarme amar intregarmente por el Tuyo. Amén.

domingo, 4 de octubre de 2015

LA FAMILIA, ESPACIO DE AMOR



No cabe ninguna duda que es en la familia donde se aprende a amar. Porque es en la familia donde recibimos todo el amor que necesitamos desde el primer momento de nuestra gestación y en los primeros años de nuestra vida fuera del útero materno. Y es allí, en la familia, donde aprendemos a dar amor.

Damos gracia a Dios por la familia, y también por nuestra familia. Y le pedimos que nuestra familia sea una familia como la de Nazaret. Una familia construida sobre la unidad y el amor. 

La familia es la célula de la sociedad, y depende de su salud, la salud de los pueblos. Es fundamental cuidar la salud de las familias y los Gobiernos deben tener eso muy presente, porque pueblos con familias saludables y unidas, serán pueblos que gocen de salud y de unidad.

El matrimonio es a la familia, lo que la familia es a la sociedad. Un matrimonio separado, desunido y roto, rompe también la familia y, en consecuencia, rompe la unidad de los pueblos. Por eso, el sentido común es que el matrimonio sea para vivir en la unidad y, en ella, sostener la convivencia, la paz, la justicia y unidad de los pueblos.

La Voluntad de Dios al crear hombre y mujer está sostenida en la unidad familiar, porque sin la familia, matrimonio unido, los pueblos se desestructuran y terminan por desaparecer. Sin familia el amor se muere, y sin amor la vida desaparece.

Pidamos a nuestro Padre Dios que proteja la unidad matrimonial que garantiza la unidad familiar y la convivencia en paz de los pueblos, porque dentro de la familia nace el amor y el aprendizaje de amar. Amén.