Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 9 de agosto de 2016

DORMIDOS Y ATONTADOS POR COSAS PERECEDERAS




No me gusta llamar basura a las cosas de este mundo. Entre otras cosas porque han sido creadas por nuestro Padre Dios para nuestro provecho y para nuestro uso, pero, tengo que confesar, que muchas veces siento esa tentación porque pueden ser la causa por la que, despistados como las doncellas necias, seamos también nosotros necios, valga la redundancia, y perdamos el Único y Verdadero Tesoro por bienes y tesoros con minúscula que están llamados a desaparecer.

Por eso, en esta reflexión-oración de hoy, vamos a gastar nuestro humilde esfuerzo en pedirle al Señor que nos llene de luz, de sabiduría, de paciencia y voluntad para sostenernos firmes en su presencia, atentos y vigilantes para no ser sorprendidos por ninguna tentación, despiste u olvido, tal y como le ocurrió a aquellas doncellas necias.

Tenme siempre, Señor, pendiente de Ti. A pesar de que los otros se rían, se mofen y valoren poco mi humilde esfuerzo de ponerte en el altar de mi pobre vida. No permitas que me desgaste y, olvidado, no tenga mi lámpara plena de aceite, y también mi alcuza completamente llena.

Abre siempre mi boca para pedirte auxilio, sin miedo, sin respeto humano, sin vergüenza, sin dudarlo ni un sólo momento. Consciente a cada instante que Tú eres mi Padre y, como Padre, me has salvado por los méritos contraídos por tu Hijo Jesús, entregado a una Muerte de Cruz voluntariamente y Resucitado para tu Gloria.

Gracias, Señor, por pensar así, por traer a mi pobre mente estas palabras que Tú me envías, construyes y despierta dentro de mi pobre y pequeño corazón. Gracias, Señor, porque mis dedos se mueven para, en tu Amor y Misericordia, formarlas y compartirlas en y por tu Nombre. Gracias, Señor por el Infinito e Inmenso regalo de tu Salvación. Amén.

lunes, 8 de agosto de 2016

POR TU PASIÓN Y MUERTE, SEÑOR, NOS HAS SALVADO EN TU RESURRECCIÓN



Ser hijos de Dios es el privilegio y el honor más grande de este mundo, y también del prometido. Porque siendo hijos de Dios gozaremos eternamente de su presencia y en su plenitud. Por eso, Señor, te doy gracias eternamente porque me aceptas como hijo y me amas como Padre.

Un Padre que me das la herencia, la herencia de tu Gloria y coheredero con tu Hijo Jesús si, injertado en Él, padezco con Él a fin de que también sea glorificados con Él. Y eso lo haces extensivo a todos, porque somos todos hijos tuyo, Padre del Cielo.

Estamos, pues, salvados. Lo deciamos el otro día y, en el Evangelio de ayer domingo, nos lo repite de nuevo el Señor: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino (Lc 12,32-48). Y es que el Reino de Dios es el Señor Jesús, que ha venido para, en nombre del Padre, entregarse a una muerte de Cruz, que hoy nos la descubre, para pagar el rescate y librarnos de nuestros pecados y darnos la salvación.

Te damos gracias, Señor, poque no hay privilegio mayor. Te damos gracias, Señor, por el privilegio de darnos la enorme grandeza de ser verdadero hijos tuyos. Te damos gracias Señor por darnos tan alta y grande dignidad. Y te pedimos que nos des la sabiduría y la voluntad para superar todos los obstáculos que nos ayuden a ser digno de tan alto galardón y ser fieles a tu Palabra y Voluntad.

Danos, Señor, la fortaleza de responder a tu Misericordia y Salvación siendo buenos hijos. Hijos que cumplan tus mandatos y tus exigencias de amor, que no es otra cosa que simplemente hacer lo que más nos conviene, que es amar. Porque sólo amando encontraremos esa gozosa felicidad que buscamos desesperadamente y que por tu Misericordia y Bondad encontramos en Ti. Gracias Padre. Amén.

domingo, 7 de agosto de 2016

VIGILANTES Y DESPIERTOS A LA LLEGADA DEL SEÑOR



El verdadero tesoro no se puede dejar sin tenerlo controlado y vigilado. De la misma manera tenemos que estar vigilantes para que no nos sorprenda la llegada del Señor y estemos prestos a abrirle en cuanto llame a la puerta de nuestro corazón. 

Pero presentemos el verdadero tesoro. No tesoros caducos y expuestos a ladrones y polillas que los roban y corroen. Tesoros efímeros y caducos. Presentemos el verdadero Tesoro. Aquel que perdura, que está compuesto y hecho de buenas obras que relucen y le dan brillo. Aquel Tesoro que llena nuestro corazón de amor, justicia y paz. Y permanezcamos vigilantes para que los ladrones de este mundo no nos puedan distraer ni descuidarnos de tenerlo bien guardado y vigilado.

Por todo ello, te pedimos Padre del Cielo que nos des un corazón vigilante, atento y presto a saber buscar, guardar y sostener el verdadero Tesoro de Tu Reino. Un Reino donde con nuestro esfuerzo podamos dar brillo a la justicia, a la fraternidad, a la buena convivencia en paz y con amor. 

No permitas nuestras distracciones ni tampoco nuestras apetencias. Nos sabemos débiles, torpes, distraídos, humanamente frágiles y fáciles de poder convencer. Nuestros apegos y apetencias humanas nos pueden y nos someten, y somos presas fáciles de vencer. No queremos quedarnos solos, porque no sabemos vencidos. Te necesitamos, Señor, para que con tu Fuerza y Poder seamos invencibles. Somos esas ovejas que tu Hijo nombra en el Evangelio y fáciles de perderse. No permitas que seamos pasto de lobos y bandidos que tratan de engañarnos y devorarnos.

Sostennos firmes, despiertos, vigilantes y sabios en discernir y saber dónde y cuál es el Tesoro que debemos buscar y custodiar. Y, encontrado, que sepamos guardarlo y vigilarlo para que nadie nos lo robe ni nos aparte de Él. Gracias, Señor, por darnos tu Reino. Amén.