Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 14 de marzo de 2017

LA DEBILIDAD DE NUESTRA NATURALEZA

Somos débiles y propensos a las apariencias. Nos experimentamos inclinados a aparentar. Escondemos nuestras debilidades delante de los demás, y eso nos trae graves consecuencias. Muchas rupturas entre matrimonios son consecuencia de las apariencias, que, luego, en la convivencia, no se pueden esconder y salen a la luz. Mostrarse tal como se es es la mejor carta de presentación. Al menos no tiene engaños ni tampoco sorpresas futuras. Se sabe con quien se va.

En la vida de la Iglesia ocurre lo mismo. Ya ocurrió en la cátedra de Moisés, donde se sentaron escribas y fariseos y gustaron de aparentar y falsear su fe y santidad. Y ocurre ahora también. Muchos se esconden en sus propias apariencias para figurar y parecer lo que no son. Todo lo que hacen está recubierto de segundas intenciones que persiguen sus propios intereses y satisfacer sus egoísmos.

Tampoco nosotros estamos excluidos. Nuestra naturaleza es débil y propensa a caer en esas tentaciones. Necesitamos el camino cuaresmal para advertirnos de estos pecados y para prepararnos y no caer en estas tentaciones. Necesitamos prepararnos y revestirnos de la Gracia del Espíritu para sortear todas estas ofertas y tentaciones que nos amenazan.

Por eso, te pedimos, Señor, que nos des la sabiduría de ser auténticos y no aparentar. Mostrarnos tal y como somos y reflejar nuestra humanidad débil pero deseosa de mejorar y crecer asistido por la fuerza del Espíritu Santo. Queremos caminar y convertirnos a vivir una vida tal y como Tú, Señor, nos la presenta y señalas. Una vida escondida en la humildad, el servicio y el amor. Una vida donde, despojado de todo título, honores y alabanza, seamos humillados para en Ti, Señor, alcanzar el honor de ser enzalzado.

Y en esa actitud y esfuerzo nos abandonamos en tus Manos, Señor, para abrirnos a la acción del Espíritu Santo, que nos guia y nos dirige por las caminos de este mundo tentador y lleno de peligros. Danos, Señor, un corazón humilde y servicial. Amén.

lunes, 13 de marzo de 2017

PERDÓN Y MISERICORDIA

Lo justo es que lo que recibes, tú también desees que otro lo reciba. Es decir, amar como deseas ser amado. O lo que es lo mismo, desear que traten a los demás, tal y como tú quieres ser tratado. Eso ya nos lo había dicho Jesús. Viene desde la Ley y los profetas: "Amar al prójimo como a ti mismo".

Sin embargo, Jesús da un giro de tuerca y se pone Él como ejemplo: "Ámesen unos a otros como yo los he amado". Él es la referencia y el ejemplo a seguir. De modo que, ya no vale amar como a mí mismo, sino como nos ama Jesús. Esa es la perfección y el criterio. Así, cuando te presentas delante de Él adviertes que sí tú no estás dispuesto a perdonar las ofensas recibidas, tampoco el Padre te perdonará tus ofensas.

Eso lo recordamos todos los días en el Padre nuestro, pero quizás lo olvidamos con relativa frecuencia. Cuando el perdón se me atraganta, recuerda que Dios te está perdonando a ti, y que, en su presencia, te exigirá que tú también perdones. Luego, perdonar las ofensas recibidas de otro, es recibir el perdón de Dios. El premio no es proporcional, porque recibir el perdón por tus ofensas y pecados al Señor no tiene precio, ni tus méritos tienen valor para ello, pues son finitos, mientras lo recibido de Dios es Infinito. Su Amor es Infinito.

Dios mío, te pedimos que nos revistas de sabiduría para, si no entender, sí, al menos, perseverar con paciencia y fidelidad a tu Palabra. Y aumentar nuestra fe y esperanza a la gratuidad de tu Amor, que nos llena de tu Gracia, gozo y alegría eterna. Amén.

domingo, 12 de marzo de 2017

¡¡TRANSFIGURADO!!

No hay palabras para expresar lo que significa tu Transfiguración, Señor. Nos adelanta tu Resurrección y nos llenas de esperanza contemplarte Transfigurado en compañía de Moisés y Elías. Es para quedarse, como expresó Pedro, contemplandote sorprendido por tu figura. La Transfiguración explica muchas cosas de las que van a suceder poco después y tu entrega voluntaria a dar tu vida por redimir de sus pecados a todos los hombres.

Hoy, Señor, como ocurrió con Pedro, Santiago y Juan ayer, queremos pedirte que nos des sabiduría para entender el misterio de tu redencción. Nosotros sabemo lo ocurrido, pero, como ellos - Pedro, Santiago y Juan - que no entendieron nada, también nosotros no terminamos de creérnoslo ni de comprometernos. Y, como tal, no lo contamos, porque lo que no crees no puedes transmitirlo.

Hoy, en este "rincón de oración-reflexión", queremos reflexionar, valga la redundancia, sobre este hecho que Tú, Señor, nos has regalado, y pedirte que nos des la fe necesaria para creer y vivir en la esperanza de verte Transfigurado algún día con todo tu esplendor y divinidad. 

*Cuando la cara resplandece como el sol y la ropa, transformada en luz,
parece estar definitivamente a salvo de las manchas, podrías pensar
que, por fin, estás lanzado fuera del espacio y del tiempo.
Pero no es así: Moisés y Elías aparecen y, con ellos,
vuelve toda la memoria del Israel. Lo Nuevo
no se concibe sin lo Antiguo. La Gloria
no es una fuga fuera de la historia.

Eres Tú que quieres salvar Dios, Tú minúsculo, al que han conducido,
a pesar de todo, las generaciones anteriores y la evolución del 
universo. Te llama por tu apellido y, si le respondes, va a
justificar todo tu linaje. Ya que Tú también estás aquí
para aprovechar bien el tiempo (Ef.5, 16), para
cumplir con la gracia del Mesías, las 
expectativas de todos los que 
te han precedido.


*Textos: Fabrice Hadjadj-Tradución:Romain Gillain

sábado, 11 de marzo de 2017

CONTIGO, SEÑOR, MAYORÍA APLASTANTE

Quizás nuestro mayor pecado sea el de andar mucho camino de forma individual. No ya alejado de la comunidad, sino sin la presencia del Espíritu Santo. En la medida que avanzamos y nos experimentamos fuertes, confiamos en nuestras fuerzas y nos olvidamos del Señor. Y, claro, cuando más confiados estamos nos viene la caída y la debilidad.

Muy claro debemos tener que nuestro camino es un camino acompañado, comunitario. Un camino de ir de la Mano del Espíritu Santo y también de la comunidad. Caminar solo es una locura y una temeridad. Estamos hecho para amar y no hacerlo es una irresponsabilidad por nuestra parte. Porque nuestro corazón arde y está vivo en la medida que es capaz de amar. El amor lo sostiene en llama viva.

Y arde más en la medida que ama, sobre todo, a los que no nos simpatizan y a los enemigos. Esa es nuestra petición de hoy, Señor. Te pedimos un corazón grande para mar. Amar a los que se nos atragantan; amar a los que me incordian y hacen imposible mi vida; amar a los que me injurian e insultan. Amar en una palabra a todos mis enemigos.

Porque esa es tu consigna y es también tu testimonio. Abrazastes y aceptastes la Cruz perdonándonos a todos desde ella. También nosotros, siguiendo tu ejemplo, queremos hacer lo mismo, amparados e injertados en Ti. Amén.

viernes, 10 de marzo de 2017

EL PECADO ESTÁ EN LA INTENCIÓN

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


Un hombre bueno se nota enseguida. Su cara refleja sus intenciones y su verdad le descubre como un hombre con buenas intenciones. Una persona, hombre o mujer, inspiran confianza cuando sus actos van revestidos de buenas intenciones y reflejan verdad en todos sus movimientos e intenciones. Son personas buenas aquellas que sólo tienen una cara, una cara que presenta la justicia, el respeto, la verdad, el buen trato, la igualdad y se brinda para hacer siempre bien.

Cuando encontramos personas así decimos que son buenas personas. Y es que el pecado está en la intención. Hay, también, personas que respiran malas intenciones, y tratan de, revestidas de piel de cordero, esconder sus malas intenciones. Son personas que se esconden en la mentira, en la injusticia, en la venganza, en la ira, odio y ambición. Son personas que, aunque no maten físicamente, si matan moralmente y destrozan la vida de otras personas.

Personas que con su lengua y critican roban la fama y el honor de otras personas y destrozan familias y matrimonios. Y, aparentemente, tratan de revestirse del perfume de la bondad y la filantropía para parecer lo que realmente no son. Son a esas personas a las que el Señor dirige sus Palabras en el Evangelio de hoy: «Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo».

De eso se trata, de ser transparente y abiertos a la verdad con todos y dispuestos al perdón y a la fraternidad. Y eso es lo que hoy tratamos de pedirte, Señor. Siendo dócil a tu Palabra, pedirte, como Tú nos invitas a hacer, por todos aquellos y por nosotros mismos, para que sepamos despojarnos de todas las ataduras humanas que nos esclavizan y nos enfrentan y buscar la reconciliación. 

Cierra mis oídos a toda murmuración; guarda mi lengua de toda maledicencia, para que todos los que se acerquen a mí descubran tu presencia, Señor. Amén.

jueves, 9 de marzo de 2017

TU PALABRA, SEÑOR, ME DA CONFIANZA


¿Qué sería de mí sin tu Palabra, Señor? ¿Y qué sería de mí sin tu ofrecimiento e invitación a que te pida, Señor? No haría falta decir que estaría perdido. Porque sin Ti, Dios mío, nada soy y nada puedo hacer. Por eso, desde este humilde blog, me hago eco de tu ofrecimiento y voz de tus Palabras.

Sí, Dios mío, tengo mucho que pedirte y te tomo por tu Palabra. Quiero pedirte, en primer lugar, que esa pequeñita fe que has puesto en mí me la aumentes y que cada día sea mayor. Sea una fe más fiable, más madura, más dócil, más fuerte y más confiada. Y también más paciente y esperanzadora. Una fe que sea capaz de, incluso, en los momentos de silencio saber esperarte y aguardar pacientemente. Una fe como supo llevar y sostener tu Madre María.

Una fe que, su consecuencia sea darse y entregarse al servicio de los demás; una fe que sepa comprender, de la misma forma que Tú, mi Señor, me comprendes a mí. Una fe que desprenda servicio, escucha y atencíón a los que necesitan ser servidos, escuchado y atendidos. Una fe que se note y no quede sólo en la apariencia litúrgica y piadosa. Una fe como Tú, Señor, quieres.

Una fe cuyo resultado sea el amor. Una fe que se cuide de amar, y para ello se esfuerce en someter mis sentimientos a tu Voluntad, Señor, con la voluntad que Tú me has dado. Una fe que no se deje dominar ni influir por todas esas tentaciones que el mundo me ofrece. Una fe sostenida en la oración de cada día en mi y nuestra relación contigo, Señor.

Una fe que se alimenta en y de la Eucaristía, del banquete de tu Cuerpo y Sangre, que Tú nos has dejado para que, fortalecidos en ella seamos capaces de recorrer el camino injertados en el Espíritu Santo hasta alcanzar la Casa del Padre. Amén.

miércoles, 8 de marzo de 2017

TAMBIÉN NOSOTROS BUSCAMOS SEÑALES

¿Quién no ha tenido dudas? En el camino nos asaltan muchas dudas. Sobre todo, cuando las dificultades nos exigen superarnos, resistir, renunciar e ir contra corriente. Nos resulta más simple y fácil acomodarnos, dejarnos llevar por la corriente y evitar la lucha. Ocurre cuando nos callamos; cuando silenciamos nuestra lengua o disimulamos nuestra posición o pensamiento. Somos muchos los Jonás de nuestro tiempo que contravenimos las ordenes de Dios.

Porque como Jonás tratamos de evadirnos y no ir a Nínive. Y es más, incluso pedimos signos y pruebas que satisfagan nuestro rechazo. Porque nos conformamos un Dios a nuestra medida y según nuestros gustos e intereses. Eso de se enviados, de obedecer la Ley impresa en nuestro corazón, nos resulta fastidioso y humillante. Nuestra soberbia se despierta y se rebela.

Pidamos que nuestro corazón sea obediente y capaz de apaciguar nuestra soberbia; pidamos que nuestra mente se fíe y se goce en la Resurrección del Señor. Nuestro camino cuaresmal, empezado el miércoles de ceniza, y que nos conduce a la Pascua, termina con la manifestación más grande para un cristiano y creyente en Jesús, el Hijo de Dios, "la Resurrección", el fundamento de nuestra fe.

No hay otro signo mayor, porque eso es lo que fundamenta y le da valor y sustento a nuestra fe. Vamos hacia la Vida. Nuestra cuaresma es un camino de Vida. De Vida Eterna, y esa esperanza nos empuja, nos sostiene y nos vivífica. ¡Alabado y glorificado sea el Señor!

Te pedimos, Señor nuestro, que alimentes nuestra esperanza y nos llenes de fe y fortaleza para continuar, sin interrupción, nuestros camino cuaresmal hacia la Pascua. También nuestra pascua, porque, como Jesús, nuestro Señor, nosotros, cada uno de nosotros, tenemos que compartir nuestra muerte con el Señor, para, luego, Resucitar en, con y por Él.. Amén.