Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 24 de diciembre de 2017

LA BUENA NOTICIA


Himno

Ya muy cercano, Emmanuel,
hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora.

Ven ya, del cielo resplandor,
Sabiduría del Señor,
pues con tu luz, que el mundo ansía,
nos llegará nueva alegría.

Llegando estás, Dios y Señor,
del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste
y tu poder allí mostraste.

Ven, Vara santa de Jesé,
contigo el pueblo a lo que fue
volver espera, pues aún gime
bajo el cruel yugo que lo oprime.

Ven, Llave de David, que al fin
el cielo abriste al hombre ruin
que hoy puede andar libre su vía,
con la esperanza del gran día.

Aurora tú eres que, al nacer,
nos trae nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva esperanza
el corazón del hombre alcanza.

Rey de la gloria, tu poder
al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza,
se manifiesta tu grandeza. Amén.

IV Domingo de Adviento, solemnidad
                                                                                                           
FELIZ NAVIDAD

sábado, 23 de diciembre de 2017

TÚ TAMBIÉN HAS SIDO ELEGIDO

Nuestro nacimiento es también un misterio. Independientemente de que podías haber nacido en otro lugar, en otra familia, continente o de otra raza, la realidad eres quien eres y estás aquí. Y ahora eres quien escribe esta sencilla y humilde reflexión. Has nacido en una familia concreta, con unos hermanos concretos y tu vida tiene un recorrido que en este momento se hace presente en el ahora.

Y en ese recorrido has formado tu propia familia, con tu mujer y los hijos que te ha dado. Esa es tu realidad. Realidad que ha sido seguida por Dios y que te ha elegido para una misión concreta. Está presente en tu vida y espera de ti que cumplas con su Plan. Un Plan que te toca descubrir en el esfuerzo de ir caminando en su presencia y experimentando en la escucha atenta y vigilante a su Palabra.

En el momento de tu Bautismo has sido configurado como sacerdote, profeta y rey por la Gracia de Dios y enviado a proclamarle por todos los lugares por donde recorre tu vida. Sí, realmente tenemos una misión que cumplir como Juan. Será grande o pequeña, pero una misión para la que Dios me ha dotado de lo necesario. Una misión que tengo que descubrir y que darle vida en el camino de mi vida. Una misión cuyo fondo de base está apoyado en el servicio y el amor. 

Pero, una misión que debemos preparar desde nuestra propia conversión y arrepentimiento, y que se transmite en la medida que tu vida se asienta en la verdad, en la justicia, en la fraternidad y en el descubrimiento del rostro del Señor Jesús en cada unos de los hombres que sienten necesidad y que en su pobreza aceptan ser ayudados y asistidos.

Y una misión que pasa por reconocernos pecadores y por la humildad de aceptar ese perdón en y por la Misericordia del Señor. Para eso, sintiéndonos pobres y necesitados, te pedimos, Señor, que nos des la suficiente humildad y el necesario dolor de contrición para que, presentándote todos nuestros pecados, podamos quedar limpios de toda impureza que nos desvíe de tu camino. Amén.

viernes, 22 de diciembre de 2017

UNA RESPUESTA AGRADECIDA


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


María se llena de gozo y exulta de alegría. Posiblemente, no se le esconde los riesgos y dificultades que se le vendrán encima. Sabe que José no lo entenderá y que su entorno familiar tampoco entenderán nada. No es lógico que la gente reaccione así. Y es que no es inteligible a la razón humana. Dios es inalcanzable para el hombre, pero para Él no hay nada imposible.

Pero, a pesar de todas las dificultades e incoherencias que le plantea su humanidad, ella dice "Sí" y canta alborozada esa hermosa alabanza del Magnificat. También nosotros hemos recibido un compromiso nacido el día de nuestro Bautismo. Desde ese día hemos quedado configurado como sacerdotes, profetas y reyes, y comprometidos a seguir a Jesús y proclamarle por todas partes.

También nosotros sabemos de los riesgos de esa misión. El Señor nos lo ha dicho en alguna ocasión. Tendrá que padecer, ser ridiculizado, abofeteado, escarnecido y, por último, crucificado. Una pasión completa. Siendo Dios ha decidido voluntariamente tomar la naturaleza humana para, siendo como nosotros, entregarse a una muerte de cruz para redimirnos. Tanto lo uno como lo otro se hace difícil entenderlo. No cabe en nuestras cabezas. Y eso debe de bastarnos para comprender lo pequeño que somos y lo necesitados que estamos de humildad.

Es lógico y de sentido común que a sus seguidores les ocurra algo parecido. El sufrimiento está garantizado. El mundo va por otro lado y crucificará a todo aquel que levante la voz en defensa de la verdad, de los más humildes y pobres. El amor lleva implícito sufrimiento, porque quien ama padece. Y, a pesar de todo eso, María se reafirma y canta la alabanza del Magnificat.

También nosotros te pedimos eso hoy, Señor. Danos la valentía, la fortaleza y la serenidad para ser pacientes y soportar todas las dificultades que traten separarnos de Ti. Toda adversidad que intente alejarnos de tu Amor  y que levante muros para que te perdamos de vista. Danos la alegría y la sabiduría de asumir, como María, nuestra misión y cantar llenos de gozo tus alabanzas. Amén.

jueves, 21 de diciembre de 2017

¡SALTO YO DE ALEGRÍA COMO JUAN?

No se puede explicar, sino por la acción del Espíritu Santo, que, desde el vientre de su madre Isabel, Juan saltará de gozo y alegría al sentir la presencia del Mesías en el vientre de María. Sin intermediar aviso ni palabra, Isabel, llena de Espíritu Santo, conoció que el vientre de María era morada del Hijo de Dios. ¿No es esto un milagro? ¿Es qué queremos ver lo que a nosotros se nos antoja y queremos? ¿No fue Zacarías silenciado de su lengua por exigir pruebas y desconfianza a lo que el Ángel Gabriel le anunciaba? También nosotros seremos olvidados y marginados por no creer y confiar en lo que el Señor nos dice.

Por eso, Señor, te pedimos que nos aumente nuestra fe, y, como tu Madre María, danos la fortaleza, la sabiduría y la voluntad de dejarnos invadir por tu Gracia y ser dócil a tu Palabra. Danos también la valentía de salir corriendo y contagiar todo lo que palpita a nuestro derredor y llenarlo de tu Gracia, como sucedió con María e Isabel.

Líbranos, Señor, de tantas tentaciones y de todo aquello que nos aleja del verdadero amor que significa darse y amar el bien y la verdad para ser justo con los demás. Danos, Señor, la agilidad que tuvo María, tu Madre, para salir corriendo al servicio de todo aquel que lo necesita, sin miramientos de ninguna clase y sin amedrentarse por los riesgos e incertidumbre que el propio camino le presentaba.

Así, Señor, quiero yo saltar también de alegría. Saltar de gozo y alegría como Juan en el camino de mi vida en este momento. Contagiar y proclamar que Tú naces cada día en el corazón de todo aquel que se abre a tu Palabra y que, escuchándola, se esfuerza en hacerla vida en su vida. Pero, consciente de que sin Ti nada puedo hacer, pero que contigo sólo basta, te pido que no dejes de pasar por mi pobre corazón y, allí, prepararte un humilde pesebre para que yo también pueda nacer en Ti y vivir a tu estilo amando como Tú me amas. 

Gracias, Señor, por tu visita acompañado de tu Madre. Porque, es ella con la que vas a todas partes y por la que te has hecho presente en este mundo. Y todo por amor y para darnos vida eterna. Amén.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

¿CUÁ ES NUESTRA MIRADA?

Cuando titulo esta reflexión, "cuál es nuestra mirada", quiero significar y descubrir el sentido de cómo miramos nosotros este acontecimiento de la anunciación. ¿Lo miramos como algo sucedido en la lejanía y con cierto sarcasmo que nos trae la duda? ¿O también como algo que se cuenta y se dice, pero que no se sabe si en realidad sucedió? ¿O con la indiferencia de que es un cuento más de los muchos que la historia narra? ¿O con cierta credibilidad, pero que no trasciende en mi vida, ni me mueve ni compromete a nada?

Es posible que algunas de esas miradas estén en tu corazón, u otras que solo las sabes tú, pero la única mirada que te permitirá dejar nacer al Niño Dios en tu corazón es la de contemplar a María en su dolor gozoso al ser anunciada como la elegida para prestar su vientre al nacimiento del Hijo de Dios. Y digo dolor porque ella antepone la Voluntad de Dios a su´dolor ante la incertidumbre de no saber la respuesta de José y la de su familia.

María sufre la incertidumbre de no ser comprendida, ni por José ni por su entorno familiar y social. María, dentro del gozo de compartir con su prima Isabel la alegría de ser la Madre de Dios, experimenta el riesgo y la amenaza de no saber qué va a ocurrir. Su vida está en peligro ante la posible y lógica repudia de José, pero, destaca un cosa, que nos sirve de ejemplo y testimonio para también nuestras adversidades, su fe en la Palabra y promesa de Dios.

El saludo del Ángel Gabriel: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin» 

Ese "No temas, María..." es guardado plenamente en su corazón y en él se abandona y confía. María se fía de Dios y, a pesar de todo lo que se le viene encima, manifiesta su Sí y acepta la Voluntad de Dios. ¿También es nuestra mirada de esa forma? Conscientes de nuestras debilidades y pecados, pidamos que estas navidades nuestra mirada sea como la de María, Y no tengamos miedo, porque también cada uno de nosotros tenemos nuestro propio ángel de la Guarda. Amén.

martes, 19 de diciembre de 2017

HÁGASE TU VOLUNTAD, SEÑOR

Nunca podré entender muchas cosas, ni saber el cómo y el por qué, pero sé, Señor, y eso me basta, que Tú eres mi Creador y Señor. Sé que Tú me quieres y deseas llevarme contigo para que sea feliz eternamente. Experimento en mi vida tu grandeza, Señor, y veo tu Mano Misericordiosa actuar en los acontecimientos de mi vida. Sé que me escuchas y actúas.

Posiblemente, no lo vea como a mí me gustaría, ni con la rapidez que deseo, pero yo sé que mis planes no son los Tuyos, ni tampoco puedo comprenderlos. Tú, Señor, eres el Creador de todo lo que el hombre puede ver, y también de todo aquello que se le esconde a su vista. Y tu Poder puede alterar las leyes naturales establecidas, pues has sido puestas por Ti para regir al mundo.

Gracias, Señor, porque lo que escribo me lo dicta tu Espíritu, pues sería incapaz de hacerlo por mí mismo. Sin tu permiso no podríamos pronunciar tu nombre. Gracias, Señor, porque mi boca y mis labios se mueven en alabanza hacia Ti, Creador del Cielo y la Tierra, y te proclaman como único Dios del Universo. Gracias, Señor, porque, asistido por el Espíritu Santo, acepto tu Voluntad, y confiado en ella me abandono en tus brazos.

Y en este momento de oración, a ejemplo de tu Madre, y por intercesión de ella, que nos acompaña y nos cuida, nos llene de fortaleza, paciencia y fe para, rendidos a tus pies, perseveremos en la obediencia a tu Voluntad. Te pedimos, Señor, que, a pesar de nuestras debilidades, nuestros pecados y fracasos, nos hagas fuerte para no rechazarte y aceptar el dolor o sufrimiento que nos quiere arrebatar de tu presencia.

Sabemos, aunque eso nos produzca dolor, que sólo en Ti está nuestra alegría y gozo eterno. Por eso, confiamos en Ti, Dios mío, y queremos dejarte nuestro corazón para que Tú lo modeles y lo llenes de fortaleza, sabiduría y paz según tu Voluntad. Amén.

lunes, 18 de diciembre de 2017

PIDAMOS LUZ PARA ENTENDER

Nos cuesta trabajo entender el sacrificio y la renuncia de José, y también de María, respecto a aceptar y realizar la Voluntad de Dios. Nos cuesta mucho, repito, entenderlo. Sólo basta mirarnos un poco e imaginar que el Señor nos indique una misión concreta que cambie todos nuestros planes mundanos y altere totalmente nuestro rumbo en la vida. ¿Lo aceptaríamos? ¿Cuántas disculpas, justificaciones y autoengaños tendríamos a punto en nuestros labios para presentar nuestro rechazo?

Ponernos en esa situación nos ayudaría algo a comprender la situación de José y María. Porque, ¿cuándo estamos seguro que nos habla el Señor? ¿Cómo distinguir la voz de Dios tratándose de tomar un camino opuesto al que habíamos decidido tomar? ¿Te ha ocurrido esto en tu vida? ¿Adviertes la voz del Espíritu Santo que te sugiere un camino?

A través del tiempo me he dado cuenta de alguna cosa, y también, de lo difícil que es advertirlo. En mi adultez, sólo en mi adultez, repito, me he dado cuenta que el Señor no me ha llamado por el camino del sacramento del orden. ¿Por qué?, porque siendo joven nunca me lo planteé, al menos seriamente. Y sí por el del matrimonio, porque siempre pensé en casarme y formar una familia. Además, lo confieso con total seguridad, tremendamente enamorado y comprometido. Y sigo estándolo. Porque, el amor no sabe de pasiones ni de apetencias, sino de compromiso en verdad y justicia. Así como nos quiere Dios.

Por eso, ruego a San José, esposo casto y obediente de nuestra Madre, María, que interceda por todos nosotros y nos ayude a comprender y advertir la Voz del Señor. Una Voz que nos puede llegar a través de un amigo; de un acontecimiento; de un ejemplo o testimonio, o de un ángel. O por donde el Espíritu Santo quiera tocarnos.

Ruego también a nuestra Madre que, unida a su esposo José, intercedan por todos nosotros, para que descubramos la llamada del Señor y sepamos llenarnos de paciencia, serenidad, confianza y fe para discernir y esperar los signos e indicaciones que el Espíritu de Dios nos quiera transmitir. Amén.