Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 11 de agosto de 2018

TU FE DARÁ LA MEDIDA DE TUS MILAGROS

Resultado de imagen de Mt 17,14-20
Para Dios no hay nada imposible. Es el Creador y dueño de todo lo visible e invisible. Por lo tanto, capaz de cambiar todo sólo con su pensamiento. Él ha creado las leyes gravitatorias y todo lo que el hombre ha ido descubriendo. Ha creado el cerebro del hombre y su pensamiento, y lo ha dejado libre para que pueda orientar su camino hacia su verdadero Hacedor.

Sin embargo, la soberbia y la avaricia del hombre le han perdido y le han enfrentado a su Creador, y así su naturaleza humana, antes salvada, ahora está sometida a la lucha de cada día contra su mayor enemigo - el Maligno - que le engaña y seduce con los aparentes placeres y satisfacciones de este mundo, que pronto desaparecen y vuelven a dejarle sediento y hambriento.

Necesitamos tener fe, pero una fe firme, sólida y sostenida en la oración, los sacramentos y la comunidad. Una fe que, injertada en Jesús, sea capaz de hacer el milagro de no dejarnos vencer ni engañar por las tentaciones del demonio. Una fe que crea que en el Señor podemos mover las montañas de nuestra soberbia, avaricia, orgullo, egoísmo e insolidaridad. Una fe que nos dé perseverancia y fortaleza ante las tentaciones del pecado. Una fe que nos levante cada día para continuar la lucha contra el mundo que quiere absorbernos y tragarnos. Una fe sostenida en el amor.

Tengamos fe a pesar de la oscuridad de cada noche y del amanecer de cada día. Tengamos fe, porque con el aclarar de cada día nace la esperanza de un mundo mejor, de una vida vivida en la verdad, en la esperanza y justicia de que todos los hombres puede amarse y construir un mundo como siente en lo más profundo de sus corazones. Una fe que nos haga soñar esperanzado en una Vida Eterna junto al Padre Eterno. Amén.

viernes, 10 de agosto de 2018

EL MIEDO NOS PARALIZA Y NOS INFUNDE DESEOS DE ABANDONO

Resultado de imagen de Jn 12,24-26 por Fano
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


No sería normal actuar con valentía y sin miedo; no sería normal responder con alegría y valor a todas las amenazas y peligros que, por Jesús, sufrimos y padecemos. Lo normal sería tener miedo, quedarnos paralizados y hasta pensar en abandonar. Antes que nosotros lo sufrieron sus apóstoles y discípulos y muchos más después que, llegado el momento, lo superaron respondiendo con fe a los peligros y amenazas y convirtiéndose en mártires al entregar sus vidas por defender su fe en Jesús.

El miedo nos paraliza y nos infunde deseos de abandonar. ¡Claro que sí!, no somos de hierro y sentimos miedo y dolor, pero, nuestra fe nos da valor, impulso y fortaleza para superar esos momentos inimaginables a los que, quizás en estos momentos,  nos somos capaces de enfrentarnos. Nunca perdamos de vista que el Espíritu Santo está con nosotros y en esos momentos también. Él no se retira ni huye ni se va. Está ahí y nos dará la fortaleza para soportar con valentía y entereza los momentos de entregar nuestras vidas como hizo nuestro Señor Jesús.

Es verdad, yo el primero, que experimentamos miedo y nos sentimos incapaces de padecer y dar la vida como tantos otros, ya mártir, la han dado por defender su fe. Pero, no perdamos la confianza y la fe que el Espíritu está a nuestro lado, no para vernos sufrir, sino para darnos vigor, valentía, valor, sabiduría y poner las palabras que necesitamos en nuestros labios para dar alabanzas y glorias al Señor. Claro, así todos seremos fuertes para dar nuestras vidas por el Señor.

Y así muchos la están dando hoy en la India, Nicaragua, Guatemala, Siria, Nigeria, el Salvador y otros lugares del mundo. Pidamos, unidos a todos los que sufren persecuciones y padecimientos por su fe, para que siempre seamos firmes y fieles, auxiliados por el Espíritu Santo, a confesar y dar la vida por el Señor. Amén.

jueves, 9 de agosto de 2018

LA FE ES FUNDAMENTAL

Resultado de imagen de Mt 25, 1-13
Ante el panorama que la vida nos presenta, da miedo. No se puede experimentar otra sensación. La verdad duele a los señores de la mentira e irán por ti a por todas. Tu vida estará, por consiguiente, en grave peligro a cada instante. Sigues los mismos pasos que Jesús  y su Pasión y Muerte se te hacen presente en tu vida. ¿Cómo tener valor para afrontar esta tragedia?

Hoy, celebramos el día de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, que superó la prueba de sostener siempre su lámpara encendida y su alcuza bien llena del aceite de la Gracia. Siendo judía se convirtió al cristianismo y supo tener siempre bien cargada la lámpara del aceite de la Gracia para afrontar todas las calamidades que su identidad judía le preparaba en aquellos terroríficos tiempos de la Alemania Nazi. 

Entendió el valor del sufrimiento y del dolor y, por la Gracia de Dios, soportó todas las calamidades y dolores que la vida le fue presentando en plena unión con el Señor. Su lámpara estuvo siempre bien llena del aceite de la Gracia y respondió firmemente a la llamada del Novio. No se puede explicar de otra forma sino por la asistencia del Gracia de Dios el superar todos esos momentos cargados de sufrimiento y de dolor. Y movidos a redimir por medio del amor y perdón.

Posiblemente, pensemos que no somos capaces de superar tanto dolor, pero la Gracia del Señor supera todo eso y nos da la fortaleza necesaria para soportar la cruz que cargamos sobre nosotros. Pidamo al Señor que seamos lo suficientes atentos a no dejar nuestras lámparas sin el aceite de la Gracia y que permanezcamos vigilantes a su llamada siempre con nuestras alcuzas llenas del aceite que nos da la luz para caminar y vivir en su Palabra. Amén.

miércoles, 8 de agosto de 2018

EN TUS MANOS, SEÑOR

Resultado de imagen de Mt 15,21-28
Todos, al ser bautizados, recibimos al Espíritu Santo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida auxiliándonos y fortaleciéndonos en la fe. Todos somos llamados, como hijos de Dios, a la Casa del Padre, pero no todos recibimos la misma misión y responsabilidad. Quizás, ahora empiezo a entender que muchos son los llamados, pero pocos los elegidos -Mt 22, 14-.

El reino de Dios viene para todos los hombres. Jesús lo deja claro en este episodio con la mujer cananea - «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos» -. Sin embargo, la fe lo cambia todo. Quien cree es salvado por la Gracia de Dios. Las Palabras de Jesús no dejan lugar a duda: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas»

Jesús ha venido para salvar a todos aquellos que creen en Él. La fe es la clave de la salvación, porque para seguir a Jesús y vivir en el esfuerzo de su Palabra aplicándola a su vivencia de cada día tendrá que tener fe. Quien cree vive lo que cree y creer en Jesús es creer en el amor. Un amor incondicional a todos, incluso a los enemigos.

¡Señor!, queremos creer en Ti. Queremos creer como aquella mujer cananea que no perdió las esperanzas de ser escuchada y atendida, porque su fe le decía que Tú, Señor, quieres y buscas la salvación del hombre. Si bien dejas un margen para que el hombre te dé pruebas de su fe. Una fe que, como fe que es, necesita pasar por pruebas para demostrar que realmente existe.

Danos, Señor, esa fortaleza y esa fe firme para, superando todos los obstáculos que en nuestras vidas se presenten, no desfallecer y seguir tras tus pasos esperando tu salvación. Amén.

martes, 7 de agosto de 2018

ESPACIOS DE PAZ Y SOSIEGO

Resultado de imagen de Mt 14,22-36)
La luz no se puede ver sino en los momentos de paz y sosiego. El silencio es el espacio donde nos encontramos con Dios y desde Él volvemos a la lucha y a la batalla de cada día. Precisamente, la oración de este mes de agosto de la Conferencia Episcopal reza por "todos los cristianos, para que con su testimonio de vida y con su palabra, anuncien el Evangelio de Jesucristo en las actividades de cada día: familia, trabajo, ocio.

Y ese testimonio de vida y anuncio de la palabra necesita oración y silencio para escuchar lo que Dios nos dice. Todos buscan al Señor porque piensa que serán curados, y hoy, también le seguimos con el mismo propósito, para que nos cure. Sin embargo, debemos darnos cuenta que Jesús, el Hijo de Dios, no ha venido para curarnos transitoriamente, sino para siempre. Ha venido a salvarnos y eso es lo que debemos buscar con fe y confianza.

Vemos signos y milagros que nos asombran y que nos descubren que realmente Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías enviado para salvarnos, pero no todos, al parecer creen. Muchos se obstinan en exigir razonamientos que ellos no pueden entender. No nos cabe en nuestra cabeza que podamos camina por las aguas; tampoco lo de la encarnación; menos lo de la Resurrección. Así será difícil creer en Jesús. El Maligno lo tiene muy fácil.

¿Es qué si ha creado la tierra y las aguas, no puede someterlas? ¿Es qué si ha creado la vida, no puede resucitarla? ¿En y cómo pensamos? ¿Acaso un niño se resiste a todo lo que le dice su padre aunque no entiende nada? ¿Y no confía plenamente en que lo que le dice es para su bien? Démosle un margen de confianza al Señor, porque lo único que nos pide es que creamos en Él. Amén.

lunes, 6 de agosto de 2018

LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR (LAUDES)

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Himno

Transfigúrame,
Señor, transfigúrame.

Quiero ser tu vidriera,
tu alta vidriera azul, morada y amarilla.
Quiero ser mi figura, sí, mi historia,
pero de ti en tu gloria traspasado.

Transfigúrame,
Señor, transfigúrame.

Mas no a mí solo,
purifica también
a todos los hijos de tu Padre
que te rezan conmigo o te rezaron,
o que acaso ni una madre tuvieron
que les guiara a balbucir el Padrenuestro.

Transfigúranos,
Señor, transfigúranos.

Si acaso no te saben, o te dudan
o te blasfeman, límpiales el rostro
como a ti la Verónica;
descórreles las densas cataratas de sus ojos,
que te vean, Señor, como te veo.

Transfigúralos,
Señor, transfigúralos.

Que todos puedan, en la misma nube
que a ti te envuelve,
despojarse del mal y revestirse
de su figura vieja y en ti transfigurada.
Y a mí, con todos ellos, transfigúrame.

Transfigúranos,
Señor, transfigúranos.

domingo, 5 de agosto de 2018

¿DÓNDE ESTÁ NUESTRA FORTALEZA?

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Es curioso, pero basta una simple mirada para darnos cuenta de donde busca el mundo su fortaleza y poder físico. Las avenidas y lugares propios para pasear y correr se llenan a diarios, más los fines de semanas, por personas que hacen ejercicios. Todos quieren fortalecer sus músculos y vigorizar sus cuerpos. La salud es una de las prioridades del ser humano y la cuidan fortaleciéndola con el ejercicio. Y también con las dietas alimentarias.

Pero, la realidad es otra. Aunque todo eso no perjudica, al contrario, ayuda a fortalecer y cuidar nuestros cuerpos y a ello estamos obligados, no es la respuesta adecuada, porque, también sabemos que toda la materia se corrompe y se pudre. Nuestros cuerpos tendrán sus horas contadas, y si hay algo cierto es la hora de nuestra muerte donde nuestro cuerpo se corrompe. Por lo tanto, surge una pregunta, ¿qué estamos con tanto empeño y dedicación cuidar? ¿Algo que va, irremediablemente, a desaparecer?

No digo que no se cuide. Al contrario, debe cuidarse, pero no con tanto empeño o dedicación. Porque, lo que nos interesa es lo que va a quedar. ¿Y qué va a quedar? La respuesta la tenemos en el Evangelio de hoy: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello».

Eso es lo que hoy, Señor, queremos pedirte. Queremos ese alimento, ese alimento que nos satisface plenamente y nos da la Vida Eterna. Y queremos buscarlo siguiendo tus pasos, escuchando tu Palabra y tratándola, en el Espíritu Santo, de vivirla y hacerla vida en nuestra vida. Amén.